Anticipando el futuro que nos espera y cambiando el concepto de movilidad en una Harley-Davidson, se pone en el mercado la primera moto de eléctrica verdad, que no es scooter o similar, con una estética que sin duda llama la atención.
Muchos aficionados pueden considerar que este primer paso hacia la electrificación es una auténtica aberración al sustituir ese clásico sonido de los motores gasolina bicilíndricos en V de la marca tan reconocibles, por el total silencio de este motor eléctrico, aunque se ha intentado mantener el ADN de la marca en la creación estética de esta peculiar máquina.
La ventaja será poder circular sin ningún tipo de contratiempos por las grandes ciudades en una auténtica Harley-Davidson.
Los tiempos cambian y, guste o no, hay que adaptarse a los nuevos requerimientos que nos exigen, eso sí, con 105 CV y con una autonomía que se posiciona entre 135 y 235 kilómetros según nuestro estilo de conducción, esperando no defraudar siquiera a los más puristas frente a los que se suben al carro del futuro eléctrico que ya todas las marcas empiezan a preparar.
La electricidad genera algunos detalles nuevos
Una de las primeras cosas que sorprenden al ver esta auténtica “naked”, es el hecho de que no cuenta con maneta en su puño izquierdo ya que, por supuesto, no necesita embrague al contar con un ciclo eléctrico continuo.
Harley ha querido mantener el freno trasero clásico en el pedal del lado derecho, como siempre ha hecho, intentando dar continuidad a la mítica marca americana a través de estas decisiones de ADN clásicas, que la dotan de una actitud potente, elegante y ágil, con una gran facilidad de conducción.
Dentro de estas múltiples decisiones, se han querido mantener muchas de las características conocidas de la marca, tales como la posición bien retrasada de las estriberas que dotan al piloto de una posición muy reconocible, el falso depósito que esconde el enchufe para recarga, el envoltorio mediante la cúpula clásica del faro, etc.
Se ha buscado, además, un centro de gravedad bajo en su reparto de pesos en beneficio de su conducción suave, precisa, ligera y ágil, aunque sus 249 kilos de peso pueden generar un poco de impresión. Es claro que este elevado peso se compone, sobre todo, por la batería de iones de litio que, junto al motor eléctrico “Revelation” con refrigeración líquida, componen prácticamente su sistema completo de gestión.
Al conducir esta nueva Harley se percibe una estabilidad casi perfecta, cosa que se ha conseguido equilibrando de manera envidiable su chasis exterior y sustentándolo con una horquilla ajustable invertida delantera y un amortiguador único súper regulable (marca “Showa”).
Además, se ha conseguido la excelencia a través los discos Brembo montados en sus llantas de 17”, que dotan al conjunto de una frenada que podríamos considerar como excelente.
Ayudas electrónicas avanzadas
Para gestionar sus 105 CV de manera adecuada, al aportar una entrega de la potencia total desde el momento inicial con una aceleración casi instantánea, resulta muy importante el tarado de la amortiguación y, por supuesto, también de los sistemas de frenada.
Para ello, la Livewire ha sido dotada de infinidad de ayudas electrónicas en lo que se refiere a la seguridad activa del conjunto, mediante un súper completo aporte de asistencia electrónica con varios modos de conducción, ABS y control de tracción con sensibilidad a la inclinación y un especial sistema de control de frenada con el motor (DSCS). Todo ello concebido para ser ajustado a las necesidades y gustos del piloto.
Las necesidades de información durante la conducción han sido resueltas con una curiosa pantalla táctil TFT que incluye muchas posibilidades y gadgets al modelo como el arranque con llave remota, la iluminación Led y otros muchos detalles.
Fuente: Motor Mundial
Bajo el asiento se encuentra el cable para carga que puede conectarse al cargador integrado que se suministra junto con la Livewire y que es conectable a un enchufe clásico de 220V, pudiendo recuperar 20 kilómetros por hora y con capacidad para recargar el 80% de la baterías en 40 minutos y el 100% en una hora en un terminal de carga rápida.
Conducción tan natural como cualquier modelo
La Livewire aporta una conducción muy divertida dentro de los márgenes de seguridad importante con que cuenta, llegando desde parado a 100 km/h en 3 segundos dado su aporte de potencia inmediata a la que es necesario acostumbrase ya que asusta un poco al principio. Una vez que se le coge el pulso, la verdad es que se obtienen sensaciones dinámicas muy agradables.
Conviene estar pendiente de los datos de autonomía que aporta esta peculiar moto, ya que en función de recorridos mixtos (carretera y ciudad) y también de nuestro modo de conducción con o sin ahorro de energía, podemos disponer de 150 y hasta 225 kilómetros desde baterías completas hasta la siguiente recarga.
No hay duda de que Harley-Davidson ha empezado a entender de manera excepcional el futuro que se nos viene ya desde esta excelente “Livewire”.
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