Estamos en un mercado en el que las scooters se han convertido en las grandes protagonistas en el sector de las motocicletas. Eso sí, cada vez más tecnológicas, más rápidas, prácticas y polivalentes… Sin embargo, es inevitable, nadie se resiste a esa Vespa “de siempre”, de chapa, con rueda de carretilla y con su peculiar sonido ronco…
Un vehículo para el día a día de la ciudad que aporta ese toque distintivo y nostálgico que supone conducir una Vespa.
El espíritu de la scooter más clásica
La Vespa PX 150 sigue con el mismo espíritu estético y mecánico.
El modelo ha ido variando con los años, pero mantiene el espíritu y las formas. En el caso de la PX, también el sonido característico de las más de dos millones de Vespa PX (125, 150 y 200) que salieron hace un par de años de la cadena de montaje italiana. Su fiabilidad la mantiene en nuestros días, más viva que nunca.
En estos años se han producido más de 2 millones de Vespa PX.
Siempre ha sido una moto para todos los públicos y lo sigue siendo. Puede ser un mensajero, un ejecutivo que va al trabajo, un estudiante con su mochila entre las piernas o el ‘hipster’ más moderno.
La nueva versión de la Vespa PX 150
Evidentemente, la Vespa PX 150 tiene algunos pequeños cambios en relación a sus modelos predecesores. Para empezar, el arranque eléctrico, aunque conserva el tirador del starter. A partir de ahí, engranamos primera y… ¡todo es como siempre! El sonido es totalmente reconocible, disfrutando del paseo. Te acostumbras a la rueda pequeña y al cambio del puño izquierdo.
El carenado protege perfectamente del viento y la lluvia.
Otra peculiaridad que marca la diferencia de este modelo es el engrase separado para gasolina y aceite 2T, más cómodo para su usuario.
Quizá muy escasas las innovaciones añadidas en la ‘nueva’ Vespa PX 150.
Por su parte, la piña de luces e intermitentes, aunque funcionan correctamente, ofrecen una calidad media-baja. Y es que las luces del cuadro se ven muy poco, incluso, la de reserva. Además, otro de los puntos débiles de este modelo es el relativo a la maneta del freno: queda demasiado alto y sin posibilidad de regular la distancia del puño. Los intermitentes no son sonoros.
Son detalles que podrían haberse mejorado sin un coste excesivo de fabricación y venta y que no habrían violado el espíritu clásico del modelo. Sin embargo, el nuevo propietario ya conoce el ADN del mito y poco le importa estas imperfecciones.
Y es que la avispa italiana es un mito al que los amantes de este modelo le perdonan sus imperfecciones. No obstante, lo que no deberías pasar por alto son los aspectos relacionados con tu seguridad sobre las dos ruedas. Lo más recomendable para disfrutar al máximo de este clásico de las motocicletas, es contar con la tranquilidad y las protecciones que te ofrecen los Seguros de Moto MAPFRE.
LO QUE DEBES SABER… |
|
Comentarios (0)