Viajar en moto ya no es sinónimo de sacrificio alguno: con estos tipos de alforjas para moto podremos llevar nuestro equipaje con nosotros de la manera más eficiente y segura para la conducción. Solo hay que pensar algunas cosas de antemano para poder decidir cuál es el tipo de almacenamiento que más nos conviene y ¡a la carretera!
¿Qué uso le vamos a dar a nuestras alforjas?
Como tantas otras cosas, el tipo de alforjas para moto que necesitemos vendrá determinado por la frecuencia en la que nos pongamos al frente del manillar para hacer viajes largos: es decir, que si cogemos mucho la moto para hacer largos desplazamientos, nos convendrá un tipo de maleta distinta que si es algo puntual y esporádico.
Maletas duras
En el primer caso, el de viajes frecuentes y largos, encontraremos que lo más adecuado es un tipo de maleta rígida. Este tipo de almacenamiento, como su propio nombre indica, es una caja de plástico resistente, cuyo tamaño podremos elegir entre una gran variedad.
Se enganchan de manera permanente al subchasis de la moto, de manera que queda una a cada lado de la estructura, por lo que no tendremos que preocuparnos de ella cuando estemos en marcha, ya que estará muy bien sujeta. Las podemos encontrar de la propia marca de la moto, aunque también las ofrecen en el resto de la industria.
A la hora de cargarlas, tendremos que tener cuidado de equilibrar cada una, ya que puede ser molesto, e incluso peligroso, tener una diferencia de peso notable de un lado para otro.
Además, son bastante seguras ya que, aparte de ser sólidas y fijas, también suelen contar con un tipo cerramiento con llave.
Los top-case son baúles que se colocan en la parte trasera de la moto sobre un transportín. Aunque son duros, su tamaño no es el de las alforjas duras, por lo que están pensados más para un uso urbano en el que queramos poner a buen recaudo unas pocas cosas de valor.
Alforjas blandas
En el segundo caso, podremos encontrar mochilas de distintos tipos en lo que conocemos como alforjas. Se trata de bolsas de plástico blando que podremos colocar en distintas partes de la moto, según su forma y nuestras necesidades. Son más fáciles de montar y desmontar que las maletas fijas, ya que son mucho más flexibles y ligeras. Además, una vez separadas de la moto son relativamente cómodas de llevar, y suelen contar con distintas partes en su interior para que podamos organizar nuestros bultos de equipaje.
La principal ventaja con la que cuentan es que son mucho más fáciles de adaptar a la moto que las duras, ya que están concebidas para montar y desmontar de manera frecuente. Además, tienen una mayor variedad en el diseño, yendo, por ejemplo, desde las de cuero típicas para motos cruiser hasta las pequeñas mochilas de las motos naked.
Nuestras cosas a mano
Existen otro tipo de mochilas que no cuentan tanto con una gran capacidad para el equipaje, como su utilidad durante el camino. Son las mochilas que podemos encontrar para situarlas más a mano, durante la conducción, como las que se ponen sobre el depósito o las que se agarran a nuestra pierna. Están concebidas para trayectos cortos o para viajes en los que sean la mochila auxiliar, más que la maleta principal. En ellas, podemos guardar el móvil, nuestra documentación, los mapas… en definitiva, las cosas que más podamos necesitar en caso de detenernos.
Estos tipos de alforjas para la moto facilitarán nuestros viajes a la hora de llevar el equipaje con nosotros. Para todo lo demás, un Seguro de Moto, además de ser obligatorio, nos protegerá ante imprevistos innecesarios que puedan surgir en nuestro camino.
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