Sobreviraje o subviraje son dos términos que se refieren a dos fenómenos de la conducción que se dan en curva y que suelen estar originados por un pavimento deslizante, por exceso de velocidad, por unos neumáticos en mal estado, porque la suspensión del vehículo esté defectuosa, etc. Por eso, lo primero que hay que hacer es tener siempre el coche en buen estado acudiendo a las revisiones periódicas. A continuación, te contamos las diferencias que existen entre ambos conceptos y qué es lo que puedes hacer para contrarrestar sus efectos.
¿Qué es el subviraje y el sobreviraje?
Como decía Walter Röhrl, expiloto y campeón del mundo de rallies en la década de los ochenta: «Subviraje es cuando ves el árbol contra el que te vas a estrellar y sobreviraje es cuando sólo lo sientes». Aunque no es una definición de libro, sí es una pista bastante acertada de lo que significan cada uno de los términos.
Sobreviraje
El sobreviraje se produce cuando un vehículo toma una curva y las ruedas traseras no siguen el mismo trayecto de las delanteras, sino que se desplazan hacia el exterior de la curva haciendo que el coche gire más de lo esperado. Es lo que se conoce comúnmente como trompo o derrape. Puede producirse por un pavimento deslizante a causa de la lluvia, por ejemplo, por una mala tracción de las ruedas, o por cambios bruscos en la dirección.
Normalmente se da en coches en los que la propulsión se encuentra en el tren posterior, aunque eso no quita que los de tracción delantera no puedan sufrir un subviraje.
¿Cómo evitarlo?
Si entras en una curva y notas que las ruedas traseras pierden el control, lo primero que debes hacer es mantener la calma y evitar realizar frenadas bruscas o soltar del golpe el acelerador, ya que con eso conseguirías intensificar aún más el efecto del sobreviraje causando un trompo.
Dado que el objetivo es que el tren trasero recupere la adherencia y que la trayectoria, que se ha cerrado demasiado, se corrija, lo que hay que hacer es aflojar el pie del acelerador (pero sin soltarlo) y hacer contravolante, es decir, girar el volante hacia el lado contrario a la curva.
Si el coche tiene tracción delantera, el procedimiento es el mismo, salvo que en este caso hay que pisar el acelerador un poco más fuerte y el contravolante debe ser más suave.
Subviraje
El subviraje es exactamente lo contrario del sobreviraje. Es decir, en este caso el coche gira menos de lo deseado y la trayectoria que toma es más abierta de lo que debería ser. Es como si al entrar en una curva, el coche quisiera seguir en línea recta.
Este fenómeno se produce, sobre todo, por la inercia cuando se entra en la curva a una velocidad excesiva, pero también cuando los neumáticos delanteros están en mal estado o muy desgastados, por un pavimento deslizante, o por una dirección blanda e imprecisa.
¿Cómo evitarlo?
Si se produce el subviraje, hay que actuar con mucha precaución. Por suerte, es un efecto más sencillo de corregir que el sobreviraje. Basta con dejar de acelerar y pisar el freno ligeramente. De esta forma, se consigue que el peso se traslade al eje delantero y éste recupere de nuevo la adherencia. Aunque instintivamente sintamos la necesidad de girar más el volante o pisar el freno a fondo, no hay que hacerlo, ya que esto bloquearía más el tren delantero aumentando los efectos del subviraje.
Si el coche no dispone de sistema ABS, hay que soltar el acelerador e ir dando pequeños toques en el freno.
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