Ya hace algunos años se creó la señal V-25, también denominada “pegatina medioambiental” que ya está definitivamente implantada en el día a día de la circulación, y de forma mucho más reciente se ha creado la señal V-26 que también se configura como una etiqueta y que marcará los vehículos compartidos (“carsharing” y “motosharing”) para una correcta identificación y gestión de estos a efectos de tráfico.
En las ciudades españolas y europeas tanto el “carsharing” como el “motosahring” está ya perfectamente implantados y visibles de forma muy clara, por lo que es conveniente que también en la circulación se puedan reconocer este tipo de vehículos por muchos motivos.
La señal V-26 al detalle
El Reglamento General de Vehículos en su Anexo XI, define al detalle el aspecto que debe tener esta señal, (tanto en el distintivo de los vehículos compartidos, como en la señalización vertical y horizontal en las calles):
• Color de fondo en azul cobalto.
• Un coche con un pictograma en color blanco.
• Rodeando al pictograma del coche 5 personas también en blanco.
• Símbolo de la DGT en su parte baja en color plateado.
Actualmente y de acuerdo con esta nueva señal creada por la DGT, todos los coches compartidos deben llevar esta identificación en el parabrisas, junto a la pegatina medioambiental correspondiente.
Para los coches y demás posibles vehículos compartidos, esta pegatina será adherible en su delantera para que se pueda colocar desde el interior del vehículo y se pueda ver perfectamente desde fuera.
Fuente: revista Motor Mundial
Las motos compartidas la deben llevar en algún lugar bien visible sin que el reglamento especifique la ubicación. En este caso la pegatina es adherible en su cara trasera para que se pueda poner por ejemplo en el carenado.
Esta pegatina de vehículo compartido V-26 será de gran ayuda para los usuarios a la hora de localizar con facilidad este tipo, facilitando también el trabajo de los agentes de tráfico, ya que, entre otras cosas, los vehículos compartidos tienen aceptado el acceso a los carriles de alta ocupación o carriles VAO, y deben ser perfectamente identificables para evitar confusiones o sanciones que no correspondan.
Definición de vehículo compartido
Los vehículos compartidos cuentan con una definición propia en las normas por parte de la DGT, y ahora además cuentan con su propio distintivo.
De hecho el Reglamento General de Vehículos en su Anexo II, define un vehículo compartido como sigue: “vehículo destinado al alquiler sin conductor dedicado a su uso concatenado e intensivo por un número indeterminado de usuarios dentro de una zona de servicio delimitada. Estará disponible, en cualquier momento, para ser utilizado mediante el empleo de aplicaciones móviles”.
Queda patente en la norma que en ningún caso se considerarán incluidos en este tipo de definición los vehículos destinados al alquiler sin conductor que no estén oficialmente dedicados a esta tipología de alquiler, tal y como está descrita en la normativa.
Fuente: revista Motor Mundial
La tendencia hacia la utilización de los vehículos compartidos es netamente creciente, aportando dos ventajas muy claras e indiscutibles, que son:
• Reducción de las emisiones contaminantes, debido a su uso intensivo bajo normas de contaminación mínimas.
• Menor afluencia y ocupación de las vías públicas al reducirse el uso de los vehículos privados.
Descripción de la motivación de la DGT para crear la señal V-26
Fuente: revista Motor Mundial
La tendencia necesaria de eco-movilidad es uno de los motivos por los que la DGT decisión impulsar el aumento de “Sharing” de vehículos dentro de todos sus reglamentos, fomentando la reducción de emisiones contaminantes de los coches (fundamentalmente en ciudades).
Por supuesto, la creación e impulso de la señal V-26, enlaza con otras iniciativas importantes, como es el hecho de que existen ya múltiples parkings exclusivos y específicos para vehículos de “carsharing” o “motosharing”, cosa que las instituciones apoyan e impulsan en nuestras ciudades.
Es claro que este distintivo responde también a una necesaria identificación de los vehículos, para facilitar el trabajo a los agentes de tráfico, como hacen también otras señales “V”, como la gran desconocida V-7 que tiene como misión señalar que el vehículo en cuestión está matriculado en España, y otras tantas ya bien conocidas actualmente.
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