Aunque la tendencia es decreciente, en España mueren varios ciclistas al año. En 2014, murieron 75 personas, en 2015 fueron 55 y en 2016, 33. Sin embargo, en lo que llevamos de año, ya hemos superado la cifra del año pasado por estas mismas fechas.
A esto hay que sumarle que, además de ser un sector de usuarios de vías particularmente vulnerables, los conductores de coche actúan con bastante impunidad ante los incidentes. Un claro ejemplo reciente es el de Chris Froome, actual campeón del Tour de Francia, que publicó en su Twitter:
“¡Me acaba de arrollar a propósito un conductor impaciente! Afortunadamente, estoy bien, la bici ha quedado destrozada y el conductor se ha dado a la fuga”. El ciclista de Sky, que estaba entrenando en la localidad francesa de Beausoleil, recibió muchísimo apoyo en la red social y ha logrado la indignación con sus compañeros de deporte.
Si bien Froome publicaría al día siguiente una nueva foto montando en bici, lo cierto es que no todos los ciclistas tienen la misma suerte: el pasado mayo, cinco integrantes de un equipo de triatlón fueron arrollados por una conductora ebria. De los cinco, Eduardo Monfort y Luis Alberto Contreras perdieron la vida y los otros tres fueron trasladados al hospital, heridos gravemente.
El presidente del club de triatlón que perdió dos miembros, Jaime Escortell, declaró que “Tráfico debería ponerse las pilas. Deberían intensificar las campañas de concienciación, así como la presencia de la Guardia Civil en las zonas de afluencia ciclista. Las sanciones deberían aumentar, especialmente para aquellos que no respeten el metro y medio de seguridad a la hora de adelantar. Los infractores deberían notarlo en el bolsillo, sólo se aprende así”.
Javier Villalba, responsable de la DGT de las medidas de seguridad vial para ciclistas, afirmaba que “es una desgracia todo lo que estamos viviendo. Esperamos que en 2017 el número de fallecidos sea menor que en 2016, pero no nos detendremos hasta que no haya ninguna”. El endurecimiento de las penas corresponde a otros, ellos quieren trabajar en la concienciación y en la prevención.
Anna González encabeza el movimiento #PorUnaLeyJusta, que quiere asegurar que el parlamento tome acción respecto a estos problemas. “Ni siquiera el vencedor del Tour se libra de sustos en la carretera”, afirmaba el día que se entraba a debate en el Congreso este tema.
Y en mayo, el ministro de interior Juan Ignacio Zoido, explicó las conclusiones a las que habían llegado para intentar reducir el número de accidentes en carreteras. La convocatoria fue creada de forma urgente, principalmente por los sonados casos de accidentes que han salpicado a la Península recientemente.
Zoido afirmaba que “se está trabajando en varias acciones como una campaña de concienciación basada en los testimonios de víctimas o familiares, el uso de paneles variables, la creación de una app que facilitaría la convivencia entre conductores y ciclistas o el refuerzo en vías predilectas para hacerlas más seguras para los más vulnerables”.
Una de las primeras medidas que han tomado ha sido la de aumentar en 100.000 los controles de alcohol y en 30.000 los de drogas. Por otra parte, se han establecido las Rutas Ciclistas Protegidas: rutas especialmente transitadas por bicicletas en las que se ha reforzado la vigilancia de los efectivos de la Guardia Civil de Tráfico.
Si bien no se cubren todas las rutas que se hacen en España, usando los recursos que tiene la DGT, han seleccionado las tres rutas más problemáticas por provincia. Por norma general, la vigilancia en estas carreteras se intensificará en las horas más concurridas, las mañanas de los sábados y los festivos.
Entre las nuevas medidas de seguridad vial para ciclistas, se incluyen:
- Señalización de la ruta y disminución del límite de velocidad.
- Mayor vigilancia presencial por parte de la Guardia Civil, especialmente sobre el incumplimiento de las normas de seguridad, como la distancia lateral de adelantamiento o velocidad inadecuada.
- 3.000 patrullas más en julio y agosto.
- Controles preventivos de alcohol y drogas en estas rutas y sus vías de acceso.
- Los helicópteros de la DGT ahora sobrevolarán estas rutas.
- Las jefaturas provinciales colaborarán activamente con la policía local para mejorar la seguridad en estas vías.
Todas estas medidas tienen un único objetivo: “reducir el número de muertes ciclistas en carretera a cero, hacer de las vías un lugar de convivencia y fortalecer una buena cultura vial”, afirmaban desde su comunicado.
Lo cierto es que más que nada, se trata de una labor de los conductores, que están mucho más protegidos ante los peligros de la carretera. Prestar atención a los más vulnerables debe ser su responsabilidad, para garantizar menos muertes. Por supuesto, contar con un Seguro para bicicletas como es el Seguro BiciMas de MAPFRE nos protege tanto al ciclista como a la bici y ofrece una de las coberturas más completas del mercado.
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