¿Se pueden hacer caballitos en zonas públicas?
Uno de los principios de la legislación de circulación española es asegurar que se circula con seguridad por las carreteras y vías de España. Eso implica realizar actividades que puedan poner en riesgo la vida propia y del resto de los usuarios de las vías que, por supuesto, no tienen ninguna culpa de las acciones desconsideradas o de los comportamientos imprudentes de otros usuarios.
El mantenimiento de la seguridad vial se basa en que todas las conductas de los conductores se sometan a límites claros y en caso de superarlos seguramente también a sanciones que sean detonantes del respeto de las reglas.
Estos límites en España se marcan en el Reglamente General de Circulación, que expresa las reglas de circulación y las sanciones en caso de no respetarlas, y, aunque algunas normas puedan tener una interpretación recaudatoria por parte de algunos conductores, en realidad, si se analiza al detalle cada norma, es fácil entender que se basa en términos de seguridad vial y suelen ser razonables, lógicas y perfectamente esperables ante las diversas infracciones.
Fuente: revista Motor Mundial
Este es el caso que nos ocupa muy claramente al tratarse un caballito de una acción realmente peligrosa tanto para el conductor como para el entorno.
¿Es “conducción negligente” o “conducción temeraria”?
Circular en moto ofrece un extra de diversión y adrenalina en relación a otro tipo de vehículos, si bien hay que tener en cuenta que la pérdida de control circulando con una moto es más peligroso. En caso de accidente, al no disponer de una carrocería de protección a los impactos, es el cuerpo del usuario el que está más expuesto en los impactos.
Por ello, la posibilidad de un desenlace fatal es muy superior en todo caso.
Circulando en moto, hay una serie de maniobras como son los caballitos o los derrapes provocados, que está perfectamente tipificados en el Reglamente General de Circulación como “conducción negligente” que es una infracción sancionada de forma genérica con 200 € de multa.
Fuente: revista Motor Mundial
En el caso en el que se pueda detectar y demostrar que el usuario, además de conducir de una forma imprudente, pone en riesgo la vida de otras personas, podría tratarse de una infracción que pasaría de ser meramente administrativa a ser considerada como un delito.
Si los agentes o autoridades consideran que se está poniendo en riesgo la vida o la integridad física de un tercero, entonces se hablaría de “conducción temeraria” que ya es un delito recogido en el artículo 380 del Código Penal. Será sancionado con una multa como mínimo de 500€ y con la retirada de 6 punto del carnet de conducir, al tratarse ya de una infracción grave y peligrosa, siendo los motoristas probablemente los usuarios más vulnerables sobre el asfalto.
Incluso, bajo ciertas circunstancias, se podría derivar en una pena de prisión de 6 meses a 2 años, tal y como enuncia el artículo 380 del Código Penal: “El que condujere un vehículo a motor o un ciclomotor con temeridad manifiesta y pusiere en concreto peligro la vida o la integridad de las personas será castigado con las penas de prisión de seis meses a dos años y privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo superior a uno y hasta seis años”.
Es evidente que nuestra sugerencia, ante la peligrosidad que conllevan este tipo de maniobras, es no realizarlas nunca en espacio públicos para evitar su incidencia en la integridad del piloto y de los demás usuarios de la vía.
Al circular es obligatorio respetar todas las normas de seguridad vial y tener contratado un seguro. Con el Seguro de Moto Terceros Ampliado MAPFRE tendrás acceso a numerosas coberturas como la defensa en multas de tráfico y asesoramiento al motorista, para la tramitación de recursos en vía administrativa y ejecutiva por infracciones al Reglamento General de Circulación.
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