Las luces para bicicleta son un elemento de seguridad que permiten que otros usuarios de la vía puedan verte y garantizar tu integridad mientras te encuentras circulando con ella por cualquier tipo de vía, sobre todo en carretera. Aunque son obligatorias de noche y existe mucha controversia sobre su uso, cada vez son más personas las que las utilizan también durante el día.
¿Dónde van las luces de la bicicleta?
La normativa de la DGT indica que el uso de luces en las bicicletas de carretera tan solo será obligatorio entre la puesta y la salida del sol para que puedas ver y te vean si circulas por la noche con tu bici. Las luces para bicicletas deben estar homologadas por la Unión Europea para que puedan ser utilizadas, ten en cuenta que, si no lo están, la policía podría denunciarte.
El reglamento de la DGT indica que será obligatorio llevar una luz de posición en la parte trasera de la bicicleta. Esta debe ser fija y de color rojo y un catadióptrico del mismo color de cualquier forma que no sea triangular. Si lo deseas, y con el objetivo de hacerte aún más visible, puedes incluir catadióptricos de colores amarillos colocados entre los radios de las ruedas y en los pedales, aunque estos suelen venir incluidos en la mayoría de las bicicletas.
El objetivo del uso de estos elementos reflectantes (también prendas visibles) es que el resto de usuarios puedan verte a una distancia superior a 150 metros. En el caso de las luces, estas deben ser visibles a más de 300 metros, algo que solo se logra con el uso de las luces homologadas.
En cuanto al uso de luces durante las horas de luz, no existe una normativa específica y el uso de estos dispositivos durante el día no es obligatorio. A pesar de ello, cada vez más personas deciden incorporar estos elementos de seguridad a su día a día para evitar sufrir accidentes.
Por qué usar luces
Aunque no sea obligatorio, es recomendable que utilices luces también durante el día, ya que ayudarán a mejorar mucho más tu visibilidad para que otros vehículos puedan saber que te encuentras en la calzada. Llevar la luz roja en la parte posterior de la bicicleta hará que te vean a mayor distancia y tengan mucho más tiempo para reaccionar. Además, si viajas con ella en posición parpadeante, lograrás un mejor contraste que hará que el conductor que viaje detrás de ti pueda verte mucho mejor y más rápido.
Aunque su uso es recomendable sobre todo en días en los que la luz es más baja o existe niebla o lluvia, la mejor opción para evitar problemas en la carretera es que siempre las lleves, a pesar de que sea un día de verano con mucha luz, pues lograrás aumentar al máximo tu seguridad y hacer que tu señalización en bicicleta sea más efectivo.
Luces diurnas
Al igual que en los coches, las bicicletas también pueden equiparse con luces diurnas con el objetivo de garantizar la seguridad del ciclista y de otros usuarios de la vía. En el mercado podrás encontrar marcas que ya fabrican luces que son específicas para ser utilizadas cuando las condiciones lumínicas exteriores son favorables. Este tipo de luces buscan que el ciclista se vea y por lo tanto no alumbran e iluminan como las que están concebidas para circular por la noche.
Las luces diurnas son parpadeantes e intermitentes con un patrón que es aleatorio y en el que se pueden establecer distintas intensidades. La potencia siempre deberá ser superior en aquellos días con más sol. Normalmente, y para mejorar la experiencia del ciclista, este tipo de luces también incluyen un modo noche que permite ajustar la luz en condiciones de baja visibilidad.
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