Tanto el diésel como la gasolina entraron a principios de 2019 en una tendencia alcista con la que rompían la espiral a la baja que había llevado al abaratamiento del 13 por ciento en el caso de la gasolina, y del 12 por ciento en el gasóleo, desde los máximos que alcanzaron en octubre de 2018. En el momento de elaborar este artículo, el precio medio de la gasolina de 95 octanos en España era de 1,321 euros el litro, y el del gasóleo A de 1,291 euros, pero esta subida de precios no viene sola, sino que llega acompañada del incremento en los precios de la cotización del petróleo.
Con todo, parece que repostar en una gasolinera low cost es una opción más que interesante para el bolsillo, ya que puede suponer un ahorro de entre 5 y 10 céntimos de media por litro. Pero, ¿realmente son tan ventajosas? Con la Ley de Hidrocarburos de 2013 comenzó una nueva era en el sector que ponía fin al monopolio de las grandes cadenas de repostaje, ya que limitaba su cuota de mercado en un 30 por ciento por provincia, dando paso a las gasolineras de marca blanca (que hoy se conocen como gasolineras low cost).
Se abría así un nuevo negocio para el gran público: el de la comercialización de combustibles, antes en manos de las petroleras y las grandes cadenas de gasolineras. Gracias a ello, los que tenían parcelas bien situadas en carreteras y estaban dispuestos a invertir una media de 200.000 euros -que es lo que cuesta este tipo de instalaciones- solo debían solicitar la licencia correspondiente para hacerlo.
Aquí llegó la primera ventaja para los usuarios, y es que, cuanta mayor es la competencia, mejores son los precios.
¿De dónde viene el precio tan barato?
Construcciones clic and go
El tipo de construcciones que se utilizan en la creación de estas estaciones de servicio es una de las claves que explican sus precios más rebajados. Se trata del modelo clic and go, es decir, una construcción a base de módulos que se montan como si de un mueble de Ikea se tratase y, en pocos días, y con un coste más reducido, se tiene la estación de servicio en funcionamiento. En este vídeo se puede ver más claro:
Además, no hace falta ser un experto en la materia, con aportar el permiso y el terreno basta. Después son las petroleras las que se encargan de levantar las estructuras y suministrar el combustible a cambio de un canon, una comisión por venta y el pago del montaje y la puesta en marcha de la estación. En total la cifra ronda entre los 120.000 y 290.000 euros.
Ausencia de servicios adicionales
Otra de las formas de abaratar costes es que, a diferencia de las grandes cadenas, las gasolineras low cost no suelen disponer de otros servicios, como cafetería, tienda, túnel de lavado, etc. Como mucho, algunas ofrecen máquinas expendedoras de aperitivos, bebidas, golosinas y otros productos.
Poca mano de obra
En muchas gasolineras low cost es muy habitual que el cliente tenga que echarse él mismo la gasolina e, incluso, pagar a través de cajeros. Esto abarata los costes de personal y de mantenimiento de la estación.
¿Tienen combustible de peor calidad?
Una de las grandes polémicas de este tipo de gasolineras low cost gira en torno a la calidad de los combustibles que sirven. Ante los precios más rebajados, es normal que muchos se pregunten si la gasolina o el gasóleo que dispensan son peores que los de las grandes cadenas. En principio, el combustible que sirven es de la misma calidad, ya que todo el combustible que se dispensa en las estaciones de España (independientemente de la compañía de donde salga) cumple con las normas de calidad exigidas por la Ley.
CLH (Compañía Logística de Hidrocarburos) por ejemplo, no discrimina en función de si la estación es de una gran compañía o es una low cost, sino que ofrece la misma materia prima a todos. El descuento de estas últimas, por tanto, sale de la ausencia de servicios adicionales y personal, así como de los costes económicos que conlleva levantar una estación siguiendo el modelo clic and go.
Las grandes compañías incluyen aditivos que mejoran la calidad del combustible
Cabe señalar que, en su búsqueda por diferenciarse de las low cost, las grandes compañías suelen aumentar la calidad de sus combustibles incorporando ciertos aditivos. Estos productos químicos pretenden mejorar la combustión en los diésel, ayudar a limpiar los inyectores, o generar menos espuma y bolsas de aire para incrementar la eficiencia del llenado. En definitiva, son carburantes más eficientes. La propia CLH cuenta con un servicio de aditivado que ofrece a las estaciones que se lo soliciten, y entre algunas de ellas pueden encontrarse también las low cost.
Por otro lado, es importante saber que CLH no realiza la distribución del combustible a las gasolineras. Esta labor la realiza cada operador petrolífero, con su flota de camiones. CLH recibe, almacena y transporta productos petrolíferos únicamente por oleoducto o barco (en el caso de las islas o las instalaciones que no están conectadas al oleoducto).
Ahora que sabes que los combustibles de marca blanca son totalmente legales y cumplen su función, quizá te interese repostar en una gasolinera low cost. En este enlace, te contamos cuáles son las gasolineras más baratas de España para ahorrarte unos euros en cada repostaje de combustible. Y si también quieres economizar el precio de tu póliza, con los Seguros de Coche MAPFRE disfrutarás de todas las garantías a un precio muy competitivo.
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