Está ya perfectamente acreditado que el frío reduce la autonomía de las baterías. Además, hay otra serie de cuestiones que tienen que ver con la seguridad, como es el caso de la desactivación conveniente del “one-pedal” o retención con el motor en momentos de mucha agua, hielo o nieve. Desarrollamos a continuación las cosas que debe saber un usuario de vehículo eléctrico en su mantenimiento invernal.
El consumo de un eléctrico crece un 20% con frio
Esto afecta directamente a la autonomía en una proporción similar, pudiendo recorrer menores distancias con una carga de batería. Muchos estudios confirman que conviene siempre considerar un 25% menos de capacidad para viajes.
Este efecto, evidentemente no se da en vehículos con motor a gasolina o gasoil, aunque si suben algo los consumos por la frialdad de los motores.
La climatización del coche eléctrico al inicio de marcha aumenta el consumo de energía
Un vehículo estacionado durante horas accede a la temperatura ambiente, por lo que elevarla hasta los 20 o 22 grados requiere un importante sobreesfuerzo para la batería, por lo que aconsejamos pre-climatizar cuando el vehículo está enchufado a la red, programando la calefacción logrando así un consumo moderado al emprender la marcha, además de un mayor confort.
El uso de la calefacción en marcha aumenta el consumo de batería
También se reduce así la autonomía y de hecho, esto se puede comprobar en la autonomía potencial indicada en la instrumentación del vehículo.
Una posible solución es la utilización de la calefacción de asientos o del volante ya que generan un consumo mucho menor, aunque esto puede generar la incómoda sensación denominada de “cara fría”.
La batería fría reduce su capacidad de aceptación de carga
Una precaución a tener en consideración en invierno es cargar la batería nada más usar el vehículo y no programar para que se inicie la carga horas después.
Es posible que viajando a temperaturas muy bajas no se alcance una buena temperatura de trabajo hasta pasadas algunas horas de funcionamiento (alrededor de 2 horas), para así obtener una recarga más rápida y eficaz.
Por ello, si la recarga es doméstica, conviene ponerlo a cargar al llegar, aunque siempre hay que considerar las tarifas de cada horario que normalmente se abaratan a partir de medianoche.
La oxidación de los discos de freno puede generar problemas
Es cierto que en los vehículos eléctricos se frena mucho menos porque los motores eléctricos ejercen su propia deceleración (en especial en los que cuentan con “one-pedal”), y por ello, la sal y el polvo de las calles pueden impregnar estos componentes que son especialmente proclives a la oxidación. Esto favorece la acumulación de residuos que pueden atascar las pastillas y reducir la efectividad de la frenada.
Hay que recordar que para disminuir este efecto conviene frenar de vez en cuando, evitando pararse siempre por inercia y retención del motor, además de realizar lavados periódicos a presión de la zona interior de las llantas.
La retención del motor eléctrico al decelerar puede producir el bloqueo de las ruedas
La función “one-pedal” sobre firme muy deslizante (nieve o hielo) puede producir este efecto, por lo que se recomienda no frenar si no queda más remedio o realizar una frenada suave con calzada resbaladiza, por lo que conviene desactivar la función de alta retención en este caso.
Cuando la batería está cargada, la retención es mucho más débil y, conforme se gasta la energía, aumenta el poder de retención al decelerar, aunque siempre conviene en estas situaciones de baja adherencia desconectar el sistema y utilizar la frenada tradicional.
La reacción instantánea de la propulsión eléctrica puede hacer perder el control del vehículo
Las mecánicas eléctricas aportan su par de una forma más inmediata, y aun contando con controles de tracción conviene modular esos arranques con firmes húmedos, con lluvia, nieve o hielo, para evitar una pérdida de tracción.
Hay que recordar que las cadenas se deben ubicar en el eje delantero si contamos con tracción delantera o total y en el eje trasero si la tracción del vehículo es trasera.
Los vehículos eléctricos someten a sus neumáticos a tareas más duras
Por su mayor masa, los vehículos eléctricos perjudican la duración de las gomas, lo que en invierno puede afectar a la seguridad en circulación, con lo que siempre conviene, asegurarse de que hay neumáticos con sus bandas de rodadura en buen estado.
La baja adherencia de los neumáticos de baja resistencia a la rodadura
Los neumáticos de baja resistencia a la rodadura para reducir el consumo eléctrico son habituales en los vehículos eléctricos ya que aumentan notablemente la autonomía de los mismos, pero esa baja resistencia suele equivaler a baja adherencia.
Como estamos viendo, la tendencia hacia los coches híbridos enchufables es cada vez mayor, por eso hay que contar con un seguro que se adapte a esta tipología de vehículos como el que te ofrece el Seguro de Coche Eléctrico e Híbrido MAPFRE.
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