Mantener el coche en perfecto estado requiere revisiones periódicas inevitables en talleres de confianza y realizar un correcto mantenimiento. A pesar de hacer las cosas bien en este sentido hay que saber que hay algunas manías o malos hábitos de conducción que pueden dañar el estado del vehículo (dejar la mano apoyada sobre el pomo del cambio, apurar demasiado el depósito de combustible, etc..).
Los vicios más comunes entre los conductores
Estos malos hábitos, que suelen ser inconscientes, ponen en riesgo el funcionamiento del vehículo pudiendo generar averías importantes con el paso del tiempo, por lo que es importante revertirlos y evitarlos. Estos son los vicios más comunes:
Presión de los neumáticos no controlada
No llevar la presión de los neumáticos dentro del rango estipulado puede ser peligroso porque aumenta la distancia de frenado, reduce el agarre y aumenta la posibilidad de sufrir un reventón.
Se produce además un desgaste muy irregular de los neumáticos con un consumo creciente de combustible.
Es además importante evitar golpes con los neumáticos en los bordillos o incluso los roces del flanco en las maniobras de aparcamiento, ya que pueden tener consecuencias graves.
Circular con el depósito en reserva
Esto puede producir que las impurezas del combustible sean introducidas en el sistema de inyección y en el filtro del combustible. Esto puede causar daños en la bomba de combustible, eliminar la correcta funcionalidad del filtro lo que incrementaría notablemente el consumo.
Revolucionar en exceso el motor en frío
El correcto funcionamiento del motor precisa que el aceite del motor alcance una temperatura adecuada, y en caso contrario el aceite no circula de forma fluida a través de los circuitos de engrase, lo que, sin duda, puede generar mayores desgastes en todas las piezas móviles del motor y su consiguiente degradación.
Caja de cambios mal usada
Algunas manías pueden dañar la caja de cambios:
- Engranar la marcha atrás sin detener el coche puede dañar la caja de cambios, así que siempre conviene detener el vehículo antes de entrar atrás.
- Mantener el pedal del embrague pisado constantemente, ya que el mismo desembraga la caja de cambios y se desconecta la transmisión del motor, por lo que es fundamental pisar el embrague sólo cuando se vaya a realizar un cambio de marcha.
- Mantener una marcha engranada con el coche parado puede acelerar el desgaste del embrague, por ejemplo, en un semáforo en rojo. Lo correcto es siempre dejar el coche en su punto muerto.
No evitar los baches
Un tercio de los daños que sufren los vehículos a lo largo de su vida en el sistema de suspensión, transmisión o neumáticos, se debe a los baches en las carreteras, por lo que conviene siempre que se pueda, cumpliendo las normas de tráfico y sin crear peligro a los usuarios de las vías, esquivar los baches o superarlos a velocidades adecuadas para evitar daños en el vehículo.
Exceso de la velocidad en resaltos o badenes
Tanto los resaltos como los badenes deben ser superados a velocidades nunca excesivas para evitar los correspondientes desgastes de los elementos de suspensión y también para salvaguardar los bajos del vehículo, evitando que el escape, o los paragolpes delanteros o traseros golpeen contra el suelo y sus elevaciones para evitar las posibles graves averías que esto podría ocasionar.
Coche muy cargado
A mayor carga del coche mayor inestabilidad ante cualquier potencial incidencia, y además hay que recordar que tanto los frenos como la suspensión y la transmisión se ven forzadas a un esfuerzo mayor con su correspondiente desgaste. Hay que tener siempre controlado el exceso de peso a bordo para evitar este efecto.
Además de seguir estas recomendaciones para cuidar tu vehículo recuerda protegerlo con el Seguro de Coche de MAPFRE que se adapta a tus necesidades.
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