En la mayoría de las ocasiones, la batería que montan los vehículos actuales es de agua destilada, es decir de celdas húmedas (aunque en la actualidad ya se encuentran muy expandidas las baterías sin mantenimiento de origen), por lo que cuentan con agua o electrolito que se utiliza como conector entre los electrodos de la batería.
Para prolongar su vida útil es necesario reponer líquido cuando los niveles estén bajos. Para realizar esta operación es conveniente usar guantes y gafas de seguridad. También conviene desconectar la batería y sacarla del vehículo, con toda la peligrosidad que conlleva esta situación.
Es fundamental mantener limpia la parte superior de la batería siempre para evitar así potenciales contaminaciones en el interior de la batería cuando se abra y también disminuir el riesgo de descargas no deseadas.
Para limpiar la batería lo mejor es utilizar un cepillo de dientes o de alambre con una mezcla de bicarbonato de sodio y agua, eliminando cualquier corrosión y terminando con una limpieza final con un trapo seco y sin pelusas.
Funcionamiento del agua destilada de la batería
Cada vez que se carga la batería (cosa que sucede constantemente en ciclo de conducción), inevitablemente la solución electrolítica sufre calentamiento y experimenta una pérdida de agua debido a la evaporación, por lo que se afecta la densidad del nivel de agua de la batería, aumentando la concentración de ácido sulfúrico.
Por ello se debe añadir agua destilada a la solución electrolítica para evitar esos posibles bajos niveles de electrolito y mantener así la correcta concentración de ácido sulfúrico.
Si cada vez que se recargue la batería se produce una mayor pérdida de agua y si no se repone, puede ocurrir que el nivel de agua deje expuestas las placas de plomo al oxígeno y al gas hidrógeno de la batería, lo que podría generar una evidente sulfatación de la batería y una pérdida total de operatividad.
En la mayoría de los casos una comprobación mensual podría ser suficiente, aunque con calor conviene realizar más comprobaciones, asegurando también que la caja de la batería no presenta fugas.
Para ello hay que retirar los tapones de las celdas o la tapa de la cubierta y llenar cada celda hasta el nivel marcado normalmente en la caja o al menos hasta cubrir las piezas internas que se ven con claridad.
Además del agua destilada existen líquidos de relleno específicos que se pueden adquirir en talleres, tiendas de accesorios e incluso a veces en farmacias. Para evitar inversiones importantes por sustitución de la batería conviene siempre mantenerla adecuadamente.
El relleno de agua destilada o des-ionizada es una operación sencilla y de buen resultado, recordando que no se debe usar nunca agua normal del grifo porque esto puede disminuir notablemente la vida de la batería.
Si aun así te quedas sin batería siguiendo estos consejos, recuerda que el Seguro de Coche MAPFRE dispone de Asistencia en viaje.
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