Las averías de los inyectores son una de las más complejas y de mayor coste que pueden afectar a tu vehículo. Por suerte, de los fallos que se detectan en el sistema de inyección del motor, solo el 6 por ciento está directamente relacionado con una avería en los inyectores.
Si tienes sospechas de que éste es tu caso, te contamos cómo averiguar si el fallo está en los inyectores, cómo saber qué inyector está fallando y cómo solucionar el problema. Además, no te pierdas los consejos que te ofrecemos para prevenir dichas averías.
Cómo saber si los inyectores de gasolina están fallando
Los inyectores pueden presentar ciertas averías y, como veíamos al principio, el coste de la reparación puede ser muy elevado. Por eso, es importante estar atentos a cualquier síntoma, sobre todo en los casos de avería leve que, por otra parte, son más difíciles de detectar.
Los síntomas más usuales que podemos encontrar son:
Luz encendida en el tablero del coche
Normalmente, cuando los inyectores están obstruidos o presentan alguna anomalía, lo veremos reflejado con su correspondiente luz encendida en el tablero. De no ser así, debería revisarlo un mecánico para evitar problemas mayores.
Pérdida de potencia del motor
Al margen de la luz indicativa en el tablero, el primer síntoma que se suele detectar ante una avería en los inyectores suele ser el descenso considerable en la potencia del motor. Se nota que la velocidad máxima queda muy limitada a pesar del notable aumento en el consumo habitual de combustible.
Tirones al andar
Si los inyectores están desgastados u obstruidos, percibiremos que el coche da tirones durante la marcha, o que incluso llega a pararse. Además, notaremos el olor característico del combustible sin quemar.
Humo negro
Cuando el origen de la avería de los inyectores está relacionado con alguno de los elementos del sistema porque se haya quedado permanentemente abierto, veremos que el tubo de escape expulsa humo negro y que las bujías están mojadas.
Ruidos en el motor
Otro de los síntomas más comunes de avería en los inyectores es que el motor emite ruidos extraños y violentos. Además, cuesta encender el coche o directamente no se enciende.
Fuga de combustible
Si los inyectores tienen fisuras o grietas, puede originar un escape del combustible. Si notas olor a combustible mientras circulas con el coche, o percibes que el coche consume más de lo habitual, seguramente se deba a una avería en los inyectores.
¿Cómo solucionar la avería de los inyectores?
Si sospechas que los inyectores de tu coche están dando fallos, lo más recomendable es acudir cuanto antes a un centro especializado que disponga de terminal de diagnóstico con el que puedan señalar el inyector o inyectores concretos que están dando problemas.
Otra opción -aunque menos aconsejable- es comprobar su funcionamiento uno mismo. Para ello, coloca los conductos de los inyectores dentro unos vasos de plástico (un vaso por cada inyector), arranca el coche a ralentí y observa cómo reaccionan los inyectores. Si detectas que alguno de los inyectores llena el vaso de combustible más rápido que los demás, es que ese está defectuoso.
Pero, como decimos, lo ideal es trasladar el coche al taller, a ser posible en una grúa para no forzarlo demasiado y evitar que la avería vaya a más. Este detalle es crucial, sobre todo si crees que los inyectores pueden estar abiertos, ya que en ese caso podrían causar daños al catalizador y a los cilindros, lo que complicaría mucho más la avería e incrementaría el coste de reparación.
¿Se pueden prevenir los problemas de inyectores?
Sí, además es la opción más económica para evitar este problema. Al margen de las revisiones que deben realizarse al vehículo, hay otra serie de gestos que pueden ayudar a prevenir problemas con los inyectores, por ejemplo:
- No circules con el depósito en reserva. Si apuras el combustible al máximo llegarás a la parte en la que se acumulan todas las impurezas.
- Si ves que el camión cisterna está llenando los depósitos de la gasolinera, vete a otra estación de servicio. Cuando las mangueras de estos camiones meten el combustible nuevo, la presión que ejerce hace que se remuevan todos los posos e impurezas.
- Cambia el filtro del combustible cuando lo indique tu fabricante, o al menos cada 30.000 kilómetros. El gasto que puede acarrear es mínimo y, a cambio te ahorra un sinfín de problemas futuros.
- Limpia los inyectores con aditivos específicos, sobre todo si tu coche es diésel. De esta manera, evitas que se acumulen impurezas y se formen obstrucciones.
Si alguna vez te encuentras con este problema, quizá sea hora de cambiar de coche y contratar un nuevo seguro. Infórmate sin ningún compromiso del Seguro de Coche MAPFRE con las mejores garantías adaptadas a tus necesidades.
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