La limpieza exterior de un coche es algo que va más allá de lo puramente estético. La clave está en mantener en buen estado la pintura, es decir, la capa protectora de la carrocería. Pero no solo eso: la acumulación de suciedad puede repercutir negativamente al rendimiento de los faros, los sensores y las cámaras de los coches que lo equipen. El sistema con el que lo limpiemos también es relevante: no es lo mismo elegir un lavado a presión para el coche que un túnel de autolavado, ya que la carrocería puede verse afectada según el sistema elegido.
Descubre cómo limpiar el coche no solo para que se vea más reluciente, sino también para mantenerlo siempre en buen estado.
El lavado a presión para el coche
El sistema de lavado a presión para el coche es más económico y eficaz que un túnel de lavado. Nos permite incidir sobre la suciedad persistente; acceder a los bajos y los pasos de rueda (que son “zonas muertas” para el túnel de autolavado); y es prácticamente inocuo para la pintura del vehículo. Eso sí, si la carrocería está en mal estado, la presión del agua podría hacer saltar algún trozo
No hay que olvidar que el sistema de lavado a presión funciona de acuerdo al principio de acción y reacción enunciado por Newton, según el cual si un cuerpo A ejerce una acción sobre otro cuerpo B, éste realiza sobre A otra acción igual y de sentido contrario. Dicho de otro modo: el agua a presión ejerce un empuje que puede hacer saltar los restos de pintura que estén en mal estado.
Para evitar que esto ocurra, debemos situar la manguera a presión a una distancia mayor a la que siempre se suele colocar y, al mismo tiempo, tener cuidado cuando se pase el chorro de agua por las partes del vehículo que hayan sufrido rayones y golpes.
Aun así, el lavado a presión –y otros sistemas que no conllevan rozamiento con la carrocería- es la mejor forma de lavar el automóvil sin dañar la capa de pintura.
Para conseguir un resultado impecable, antes de acometer la limpieza con la manguera es aconsejable repasar la carrocería en busca de daños y aplicar un producto específico para cada tipo de mancha (excrementos, resina o insectos). Para las llantas, hay que pulverizar un producto específico y aclarar con la manguera a presión. Después se puede usar un sellador de llantas, que creará una película protectora sobre la misma para mantenerla limpia más tiempo.
Las lunas son caso aparte. No importa si lavamos el coche en un túnel o con una manguera a presión: para tener la mejor visibilidad tenemos que limpiar los cristales nosotros mismos. Por la parte exterior se puede usar un limpiacristales, pero en el interior es mejor no aplicarlo, ya que suele dejar un rastro translúcido. En este caso, hay que usar un producto específico y después retirar la humedad por completo con un papel de periódico.
Túneles de autolavado de coches
No cabe duda de que acudir a un túnel de autolavado de coches es la opción más cómoda y sencilla. Basta con colocar el vehículo en la posición indicada, introducir unas monedas y dejar que la máquina haga su trabajo. En pocos minutos, el coche estará limpio, seco y reluciente.
Sin embargo, hay un detalle que no podemos pasar por alto. El túnel de lavado se compone de un sistema de rodillos que entran en contacto directo con la carrocería para eliminar la suciedad y que pueden terminar dañando superficialmente la pintura del coche. Los efectos –pequeñas marcas que erosionan la capa exterior de la pintura- se pueden observar fácilmente al examinar la pintura bajo la luz directa del sol.
Bien es cierto que, hoy en día, casi todos los rodillos están compuestos de cerdas de polietileno, un material muy parecido a las fibras textiles. Cuando están coordinados con el riego adecuado, no tiene por qué suponer un riesgo para la pintura. Pero los desperfectos pueden aparecer por otras causas, como restos de arena o suciedad muy incrustada que, al ser arrastrados por las cerdas, ocasionan rayones en la carrocería.
Para evitar este tipo de daños, un consejo es aprovechar un día lluvioso para lavar el coche en un túnel. Así, la suciedad estará lo suficientemente blanda como para no suponer un problema. También se puede hacer un prelavado para eliminar la arena o los restos superficiales.
Otras opción de lavado para el coche
Además de las descritos anteriormente, existen otras opciones para mantener el coche limpio y reluciente y que también contribuyen al mantenimiento de la carrocería:
- Lavado tradicional: es la limpieza a mano de toda la vida, la opción elegida por los amantes de los coches, y la más cara. Requiere de más tiempo, pero los resultados que se obtienen son los mejores.
- Lavado ecológico: se trata de una limpieza integral totalmente a mano en la que no se usa directamente agua, sino una serie de productos ecológicos y biodegradables. Se le denomina también “lavado en seco”.
- Túnel sin rodillos: aunque es una opción poco corriente, algunas gasolineras y estaciones de servicio la ofrecen. Son túneles de lavado en los que el vehículo se sube a una plataforma y pasa por debajo de un arco del que cae agua a presión.
Lavado a presión o tunel de autolavado ¿Cuál es mejor?
En conclusión, depende de nuestras prioridades y necesidades. El lavado de presión es menos agresivo para la pintura del automóvil, pero también es más difícil eliminar con él la suciedad profunda y suele exigir más esfierzo por nuestra parte. Por el contrario, la comodidad de poner el coche en el túnel y el acabado que permite es indudablemente superior, pero como contrapartida, suele ser algo más caro y hay riesgo de que se produzcan rayones y desperfectos en la carrocería que a la larga desluzcan la pintura del automóvil.
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