La junta homocinética, también conocida como junta de velocidad constante, es una pieza mecánica que va unida a los palieres de transmisión y que se encarga de conectar estos con las ruedas para que reciban el movimiento del motor. De este modo, se consigue que la velocidad de giro en los distintos elementos sea la misma en todo momento.
¿Para qué sirve la junta homocinética?
En otras palabras, puede decirse que este componente se utiliza para que la energía del propulsor se transmita de forma correcta a las ruedas. Además, gracias a estas juntas, el conjunto consigue adaptarse a los baches y otras irregularidades de la vía, absorbiendo las vibraciones y favoreciendo el correcto funcionamiento del vehículo.
En caso contrario, es decir, si el eje fuera rígido por no incluir las juntas homocinéticas, el coche tan solo podría moverse de forma longitudinal. En este supuesto, sería imposible la adaptación al terreno, ya que el sistema no tendría la capacidad de circular con las subidas y bajadas que permite la suspensión del coche. Al no soportar los constantes movimientos de los neumáticos, las diferentes piezas no tardarían en dañarse.
Asimismo, estas juntas también sirven para unir las ruedas a los ejes, garantizando que no se pierda tracción en el momento de girar las ruedas. De hecho, uno de los principales objetivos de las transmisiones es posibilitar el giro en cualquier posición sin sufrir ningún percance.
¿Cuáles son las averías?
La junta homocinética suele sufrir un desgaste notable como consecuencia de la excesiva fricción que experimenta el sistema. Por ello, una de las principales averías en esta parte es la rotura del fuelle de transmisión o guardapolvos que protege estas piezas frente a los agentes externos perjudiciales.
Esto no solo provoca daños en la junta, sino que también implica dificultades durante los giros al no recibir la cantidad de energía adecuada. Además, esta última circunstancia deriva en un mayor consumo de combustible.
Para evitar este tipo de problemas, es fundamental mantener este elemento siempre engrasado y limpio para minimizar el deterioro. No obstante, cuando se produce la rotura del protector, se pierde toda la grasa que mantiene lubricada la junta homocinética, la cual también se ve afectada por la humedad y la suciedad que pueda entrar. Por estos motivos, es necesario sustituir el fuelle cuanto antes, incluso cuando se producen pequeñas hendiduras.
¿Cómo saber si una junta homocinética está dañada?
Entre los indicios que apuntan que una junta homocinética puede estar dañada se encuentran:
- Demasiadas vibraciones al acelerar el coche a cierta velocidad.
- Ruido extraño al girar las ruedas.
- Manchas de grasa debajo del coche junto a los neumáticos o en las propias llantas.
¿Cuánto cuesta reparar una junta homocinética?
Si la rotura del fuelle de transmisión se detecta a tiempo, el coste de la sustitución no suele exceder de 50 euros más el precio de la mano de obra que fije cada taller mecánico. Sin embargo, si la avería llega a afectar a otras piezas del sistema y es necesario cambiar otros elementos, el precio puede llegar a superar los 500 euros.
Antes de llegar a esta situación, es recomendable cambiar los guardapolvos cada dos años aproximadamente, así como engrasar las juntas homocinéticas de forma anual. En caso de percibir durante un desplazamiento alguna de las señales que advierten de una posible rotura, es conveniente detener el vehículo inmediatamente. En cualquier supuesto, el Seguro de Coche MAPFRE incluye asistencia en viaje que cubre tanto al vehículo como a los ocupantes en caso de accidente, avería o robo desde el kilómetro cero.
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