Hay una buena cantidad de usuarios a los que no les gustan los túneles de lavado y prefieren encargarse de la limpieza de sus vehículos con mucha implicación y detalle, especialmente en momentos de altas temperaturas (primavera o verano) en los que los coches se llenan fácilmente de polvo, insectos o excrementos de pájaros ya que llueve mucho menos y se necesitan realizar lavados con mucha frecuencia y detalle.
A priori puede parecer bastante sencillo el lavado del coche, pero es necesario tener un cuidado muy especial, ya que se pueden cometer errores que podían terminar siendo de difícil solución.
Fallos más comunes
Los diversos estudios consultados, enfatizan los siguientes errores que se cometen genéricamente en el momento de lavar el coche, tanto por dentro como por fuera:
- Dejar secar las ruedas al aire: en caso de no secar las ruedas con un paño (preferiblemente de microfibra) tras su lavado, lo normal es que el secado al aire produzca marcas del agua que darán la impresión de que no se lavaron las ruedas.
- Lavar con calor ambiente: cuando hace calor o bien el motor está aún caliente después de un largo uso del coche, nunca conviene limpiar el motor ni las partes del coche que mantengan aún cierta temperatura.
- Lavar el coche bajo la luz directa del sol puede producir adherencias en la superficie de las sustancias usadas en el lavado que llegan a ser de gran dificultad para su eliminación.
- No limpiar el dibujo de los neumáticos: conviene siempre limpiar las ruedas con un sistema a presión y a ser posible desde abajo (para evitar oxidaciones futuras), ya que las mismas en sus dibujos acumulan sal y lodo a lo largo del tiempo de utilización en carreteras.
- No quitar lo más rápido posible los excrementos de pájaros: el alto nivel de pH de estos es letal para la carrocería del coche con daños de imposible reparación, así como el uso de sustancias abrasivas puede dañar aún más la pintura al intentar eliminarlos si se ha dejado pasar demasiado tiempo.
- No seguir un orden en el lavado: los pasos a seguir deberían ser siempre:
- No enjuagar previamente el coche para eliminar los excesos de suciedad.
- Rociar el limpiador de llantas sobre los neumáticos.
- No usar el champú para automóviles comenzando desde la parte superior para que la espuma no gotee sobre una parte que ya se haya limpiado.
- No enjuagar de nuevo toda la carrocería.
- No secar con paños de microfibra a ser posible.
- Usar cepillos abrasivos: tanto los cepillos de cocina como los estropajos pueden causar daños irreversibles en la pintura de la carrocería del coche, por lo que nunca se deben utilizar.
- Usar desinfectantes domésticos: las superficies interiores se dañan seriamente por los productos químicos de los desinfectantes, y en especial las tapicerías que pueden resultar muy dañadas con el tiempo.
- Usar detergente lavavajillas: esta puede ser una costumbre que puede terminar siendo muy cara ya que el uso de este tipo de detergentes produce la eliminación de algunos aceites esenciales de la pintura exterior del coche haciendo que se vaya desvaneciendo el color de la carrocería con el tiempo. También en el salpicadero y en los interiores esta costumbre hace perder incluso los brillos de los materiales.
- Usar un solo cubo: nunca olvidar que, al usar un único cubo de agua para el lavado, lo normal es que tras limpiar durante algún tiempo el mismo esté lleno de residuos y tierra que si no se cambia podría dañar la carrocería llenándola de arañazos inicialmente imperceptibles pero que generarán una pérdida constante de brillo en las pinturas.
Recuerda que la mejor solución está en la prevención. Por tanto, además de aplicar estos consejos para cuidar tu coche, lo ideal es que cuentes con una póliza de Seguro de Coche MAPFRE que te deje tranquilo en todo momento, al saber que tu vehículo está protegido pase lo que pase.
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