La correa de distribución se encarga de sincronizar el movimiento de las distintas partes del motor, como el cigüeñal, los árboles de levas o los periféricos como el alternador. Pero algunos motores, en lugar de utilizar una correa, se decantan por una cadena de distribución que frente a la anterior tiene algunas ventajas en relación al mantenimiento. Por norma general, no es necesario sustituir la cadena, lo que repercute en los costes de mantenimiento.
Además, las cadenas se suelen usar más en motores grandes, aunque hay motores relativamente pequeños que también las usan. Por su parte, las correas se suelen usar en todo tipo de motores de tamaño pequeño y mediano.
Cadena de distribución: más duradera, pero menos elástica
Una de las principales diferencias entre correa y cadena de distribución se basa en el continuo desgaste que sufre la correa con el paso del tiempo, frente a la perfecta conservación de la cadena.
La cadena, que se mueve con poleas dentadas, se diseña para no tener que ser sustituida durante toda la vida útil del motor. Sin embargo, la correa deberá ser sustituida cuando el fabricante lo aconseje para evitar un deterioro acusado que pueda acabar partiendo la correa o patinando en el circuito.
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Diferencias principales entre correa y cadena
Aunque a simple vista, la cadena de distribución puede parecer la opción más rentable, existen otros motivos para decantarse por la correa en algunos tipos de motores:
- La correa es más elástica y por ello, puede tener un circuito más complicado y mover más poleas, pudiendo hacerse cargo de la importantísima sincronización del cigüeñal con los árboles de levas y a la vez, del movimiento del alternador y otros periféricos.
- Para realizar esta misma función, las cadenas necesitan la ayuda de otras segundas correas para mover los periféricos.
- Las cadenas de distribución no pueden tener circuitos complicados y suelen necesitar correas secundarias para los periféricos.
- Son más económicas y compactas que las cadenas, ya que éstas, debido a lo anterior, suelen complicar el diseño del motor. Aunque no es normal que se estropeen, cambiar una cadena puede ser una reparación muy cara.
A pesar de estas diferencias entre correa y cadena de distribución, también tenemos que añadir que los coches actuales ya no necesitan cambiar la correa de distribución cada 60.000 -120.000 kilómetros según el coche, sino que ahora ya puede durar hasta el doble de kilómetros o más, en función del uso que le demos al vehículo.
En el caso de que viajes muy a menudo (por ejemplo 100.000 kilómetros al año) es aconsejable tener en cuenta el precio de la correa, que ronda entre 800 y 2.000 euros, a la hora de elegir modelo de coche.
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