A lo largo de su vida útil un automóvil puede sufrir multitud de averías derivadas de su uso. Para poder resolverlas es necesario realizar unas tareas de mantenimiento y reemplazar las piezas dañadas para que el coche pueda circular con normalidad.
Algunos componentes como: el aceite, las ruedas o los filtros deben cambiarse transcurridos una serie de kilómetros. En otros, sin embargo su duración y reemplazo dependerá del uso y el modo de conducción. Este es el caso de tener que cambiar el disco de embrague, cuya sustitución dependerá del uso hagas de él.
El disco es uno de los elementos claves en los coches con cambio manual y por ello uno de los más castigados diariamente. No existe un número de kilómetros exacto en el que haya que repararlo ya que su duración dependerá de cómo lo cuides y de tu modo de conducción. Además, debes tener en cuenta que el desgaste será mayor si habitualmente conduces por ciudad ya que pisarás el pedal con mucha más frecuencia.
El desgaste del embrague es inevitable ya que se usa continuamente para conducir. Cuando un embrague está dañado y necesita cambiarse por otro nuevo, aparecen una serie de síntomas que te harán comprender que es el momento de reemplazarlo.
Si escuchas ruidos extraños al utilizar el embrague como chirridos o sonidos metálicos que antes no se producían puede significar que existe un problema. También, pueden manifestarse si encuentras mayor dificultad a la hora de meter las marchas, estas siempre deben entrar con suavidad.
El pedal del embrague también puede ayudarte a detectar problemas ya que puedes notar que este patine o que esté más duro de lo habitual.
¿Cómo hacer que el embrague dure más?
Las averías del embrague no son precisamente baratas, por lo que la mejor opción para ahorrarte ese dinero es que realices un correcto mantenimiento de tu coche y que empieces a cambiar tus costumbres de conducción.
No lo dejes pisado
Muchas personas tienen malos hábitos con respecto al uso del embrague y por comodidad dejan pisado constantemente el pedal del embrague. El embrague solo debe utilizarse para cambiar de marchas y no debes colocar el pie sobre él ni apretarlo cuando te encuentras parado en un atasco o circulando si no lo necesitas. Esto te ayudará a que el embrague dure mucho más ya que la presión y desgastes a los que está sometido serán menores.
Habitualmente los conductores tienen la costumbre de mantener el coche con la marcha activa cuando se encuentran en un semáforo en rojo o un atasco. Esto en ocasiones lleva a que el embrague esté accionado durante todo el tiempo que el coche esté detenido. Para evitar que sufra daños innecesarios deberás dejar tu coche en punto muerto y retirar el pie del embrague.
Pisar a fondo y soltar con suavidad
Para cambiar las marchas de forma correcta sin que el mecanismo se vea dañado, deberás pisar el embrague a fondo, a continuación introducir la marcha y soltar poco a poco y con suavidad el pedal. En caso contrario la vida útil de tu embrague se verá muy reducida.
Con estos sencillos consejos conseguirás que esta pieza tan esencial de tu vehículo se mantenga en perfectas condiciones durante mucho más tiempo. En ocasiones cambiar tus hábitos de conducción supone un ahorro para tu bolsillo debido a que evitas muchas averías innecesarias.
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