Con el buen tiempo las salidas al campo son más frecuentes, ya sean para hacer rutas a pie, a caballo o por sendas cicloturistas. Si estás pensando en realizar un poco de ejercicio y disfrutar de rutas por lugares perdidos, antes de salir de casa, es necesario que tengas ciertas nociones como saber si una bicicleta está en buen estado para poder para evitar posibles problemas cuando te planteas disfrutar de un día en la naturaleza.
Mantenimiento de la bicicleta
Al igual que el resto de vehículos, las bicicletas también necesitan un mantenimiento regular que dependerá sobre todo del uso que hagas de ella. Las bicicletas pueden ser de distintos tipos y están preparadas, debido a sus componentes, para poder moverse por ciudad de manera adecuada, por carretera o por montaña. Para conocer todos los componentes de tu bici y saber qué mantenimiento requiere, es conveniente que revises el libro de instrucciones del fabricante. En él se establecerán los periodos recomendados para cada revisión y las necesidades técnicas específicas del modelo.
Por otro lado, para una puesta a punto en profundidad, es recomendable que acudas a un taller especializado y ellos repararán y reemplazarán las piezas necesarias para que la bicicleta funcione correctamente. En algunos casos en períodos en los que no se ha hecho uso de la misma es posible que sus componentes se deterioren, es decir, las ruedas se deshinchen o se cuarteen, los tornillos se aflojen o el polvo acumulado se deposite sobre la cadena y forme una capa que impida que esta se mueva correctamente.
Para evitar problemas mayores es conveniente que realices revisiones periódicas de su estado y la mantengas siempre a punto para poder circular con ella cuando la necesites. Si eres una persona que circula habitualmente con tu bicicleta es conveniente que hagas revisión semanal de la misma para comprobar que todos los tornillos se encuentran en su sitio y todas las piezas funcionan correctamente.
Mantenimiento periódico
Después de cada uso, debes comprobar si está limpia y seca. La suciedad puede hacer que los componentes se estropeen más fácilmente y se rompan con el consiguiente gasto de reparación. Que esté seca, es esencial, ya que la humedad puede hacer que el cuadro se oxide y causar daños muy graves para la estructura de la bicicleta.
Por otro lado debes mantener las partes móviles, como los pedales, sillín, platos…. engrasados y lubricados correctamente para que su movilidad no se vea afectada. Lo primero que debes hacer es quitar la suciedad y el polvo con una manguera o un paño. Posteriormente, con un lubricante específico para bicicletas comienza el proceso para engrasar todas las piezas móviles. No es necesario que realices este mantenimiento siempre que salgas, pero sí una vez al mes.
Las tuercas y tornillos deben estar correctamente ajustados para evitar que se caigan o se pierdan provocando un accidente. Debido a las vibraciones que se producen en cada desplazamiento, estos componentes pueden aflojarse y pueden causarte daño. Es probable que salgas solo a realizar rutas, por lo que aparte de ir bien equipado con las medidas de seguridad pertinentes como casco o rodilleras, es recomendable que contrates un seguro para bicicletas para protegerte de posibles caídas en mitad de la naturaleza y lograr una atención rápida en cualquier parte.
Por otro lado, el cuadro y la tijera son el cuerpo de tu bicicleta, estas son esenciales para sostener toda la estructura y hacer que puedas circular con ella. Para un correcto funcionamiento, deberás comprobar que están en perfecto estado sin ninguna fisura o golpe que pueda ocasionar un daño de gran envergadura.
Es conveniente que realices revisiones periódicas cada semana, cada mes y cada seis meses para disfrutar al máximo de tu bicicleta y que esta se conserve en perfecto estado durante muchos años.
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