Es un sistema de inyección de combustible controlado a través de la centralita y que está indicado para motores específicamente diésel, y aunque actualmente es un término poco escuchado, más del 70% de los vehículos de gasoil lo montan, por lo que conviene conocer los aspectos básicos de esta tan extendida tecnología.
Hay que recordar que la inyección de combustible se produce directamente en la cámara de combustión del motor, a la que llega el gasoil que pasa desde el depósito hasta la bomba de alta presión a través de los conductos denominados inyectores.
Funcionamiento del “Common Rail”
El combustible pasa desde el depósito hasta la bomba de alta presión, utilizando en algunos motores bombas eléctricas ya dentro del depósito.
Por su parte, la bomba de alta presión se ocupa de aportar una presión suficiente al combustible como para generar un pulverizado perfecto ya dentro de los cilindros que logran una inflamación espontanea de la mezcla.
Estas presiones pueden variar entre los 300 y los 2500 bares según cada motor y sus exigencias de carga, pasando en el caso del “Common Rail” por una serie de conductos “comunes” (de ahí el nombre del sistema) o rampas para así llegar hasta los inyectores, que son controlados de forma electrónica a través de la centralita del vehículo, lo que asegura una inyección perfecta hacia los cilindros de explosión.
Ventajas del sistema “Common Rail”
La ventaja más llamativa del sistema es el control electrónico de la misma, que permite conseguir pre-inyecciones y post-inyecciones, lo que, sin duda, aporta un mayor rendimiento y una importante reducción de ruido del motor.
El sistema “Common Rail” precisa para su correcto funcionamiento y para generar una adecuada explosión en el motor, que todos los sensores del mismo trabajen perfectamente, siendo los más importantes:
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caudalímetro
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sensor CMP
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sensor de posición del cigüeñal
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sensor de presión de la admisión del turbo
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sensor de presión de la rampa de inyectores
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sensor del pedal del acelerador
Cuando cada uno de los sensores emite su información, los correspondientes actuadores deben ejecutar la orden, es decir los inyectores, las electroválvulas de gases de escape (EGR), la mariposa de admisión, el precalentamiento de las bujías, regulador del caudal y presión del raíl.
Toda esta tecnología provoca además que la inyección del combustible sea mucho más limpia y, por supuesto, mucho más eficiente, gracias a las cortas distancias de pulverización del combustible y a la inyección múltiple, consiguiendo emisiones más reducidas, mayores potencias en el desarrollo del motor, y también una reducción de consumos muy notable.
Además, al tratarse el “Common Rail” de un sistema modular, se puede implementar en una amplia variedad de vehículos diésel en función de las necesidades de cada motor.
El “Common Rail” supuso un antes y un después en lo relacionado con eficiencia y rendimiento de los motores diésel, y fue desarrollado inicialmente por BOSCH en 1997.
La concepción de este sistema provoca que tanto el rendimiento como los consumos se ajusten gracias a una sincronización perfecta de todos los componentes de explosión del motor, generando el que es el sistema de inyección más eficiente montado sobre vehículos diésel actualmente.
Tanto es así, que el “Common Rail” se mantiene desde hace ya más de 20 años en casi todas las cadenas de producción, y ha venido renovándose de manera constante con mejoras adecuadas a cada motor en el mercado.
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