Un gato es una máquina que se utiliza para levantar cargas pesadas, en este caso vehículos, mediante el accionamiento de una palanca o manivela, para llevar a cabo tareas como por ejemplo el cambio de una rueda.
Pueden ser mecánicos, que son aquellos cuyo funcionamiento es similar al de las palancas o tornos; o hidráulicos, que son los que se basan en el principio de Pascal, según el cual la presión ejercida sobre un sobre un fluido contenido en un recipiente cerrado se transmite con igual intensidad en todas las direcciones y en todos los puntos del fluido.
Es decir, al colocar el gato hidráulico debajo del coche y mover la palanca de arriba hacia abajo, ésta transmite la fuerza ejercida a través del fluido -generalmente aceite-, generando un movimiento del émbolo del pistón pequeño que da lugar a un movimiento del pistón de recorrido elevando así el vehículo.
Puede parecer sencillo, pero para evitar problemas, es importante saber dónde colocar el gato hidráulico y cómo usarlo. Si pones el gato en otro lugar no diseñado para ello, puedes ocasionar daños en el marco del vehículo o, peor aún, hacer que el gato se salga.
Te contamos los pasos que debes seguir para que la operación sea todo un éxito.
Pon el vehículo en un lugar seguro
Estaciona el vehículo en una superficie plana y firme, sin gravilla o similar, para que el que el punto de levante esté nivelado con el suelo, evitando así que durante su uso el gato se mueva y provoque un accidente.
Echa el freno de mano para impedir que el coche de ponga a rodar mientras cambias la rueda.
Asegúrate de que el gato tiene la capacidad adecuada
El gato hidráulico debe ser capaz de soportar el peso a levantar. La capacidad de elevación viene indicada en cada gato.
Si lo que necesitas es cambiar una rueda, no necesitas levantar toda la carga, sino la mitad con un solo punto de anclaje. Por tanto, si tu vehículo pesa dos toneladas, necesitas un gato con capacidad para, al menos, una tonelada.
¿Dónde colocar el gato hidráulico?
Lo normal es que haya dos puntos de apoyo bajo el coche.
Los identificarás fácilmente porque son dos barras planas metálicas que se extienden por ambos costados del coche, situándose en paralelo con los paneles laterales (las tiras de metal o plástico que hay debajo de las puertas). De largo ocupan el espacio que hay entre las ruedas delanteras y las traseras.
En algunos casos, puede haber otros dos puntos de apoyo más, situados justo detrás de los parachoques delantero y trasero.
No obstante, la ubicación de estos puntos de apoyo viene descrita en el manual del automóvil, por lo que conviene consultarlo ahí previamente. Además, algunos vehículos vienen con una pequeña muesca o un bloque de plástico que indica el lugar donde se debe colocar el gato hidráulico.
Acciona el gato hidráulico y cambia la rueda
Una vez localizado el punto de apoyo, desliza el gato debajo de él hasta tocar el coche, mueve la manivela o palanca para bombear el fluido, y continúa hasta que notes que la esquina del coche se levanta lo suficiente como para cambiar la rueda con comodidad.
Ya solo queda cambiar la rueda. En este enlace te contamos cómo hacerlo.
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