El líquido refrigerante y el aceite son esenciales para el funcionamiento del motor del coche. Estos cuentan con sus propios circuitos y no deben mezclarse, pero si revisando el vehículo has comprobado que el anticongelante presenta un color extraño es posible que se pueda haber aceite en el líquido refrigerante. Te contamos por qué ocurre y cómo solucionarlo.
Para saber si estos dos elementos se han mezclado bastará con revisar el tanque del anticongelante y comprobar su textura y color. Si este presenta un aspecto marrón lechoso, podría deberse a que algo de aceite haya entrado en el compartimento.
¿Cómo saber si hay aceite en el líquido refrigerante?
Además, puedes comprobar si hay aceite en el refrigerante tras una fuga si visualizas un brillo aceitoso en la parte superior del anticongelante. El caso más grave se da cuando no se visualiza correctamente y el vehículo se sobrecalienta. Para evitar problemas, es necesario reparar la fuga cuanto antes, lavando los tanques y reemplazando los líquidos cuanto antes.
¿Por qué puede haber aceite en el líquido refrigerante?
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Para poder solventar el problema, lo primero es saber qué causas lo pueden estar ocasionando. Las más frecuentes cuando descubres que existe aceite en el refrigerante tienen que ver con un enfriador de aceite defectuoso, con una junta de la culata en mal estado o con una fuga en el enfriador de la transmisión.
Enfriador de aceite defectuoso
Este tipo de dispositivos son muy comunes en los coches que disponen de turbo, no así tanto en los de gasolina. Si tu coche cuenta con este elemento, podrás comprobar si está defectuoso de manera rápida si existe aceite en el refrigerante ya que no produce pérdidas en el rendimiento del motor.
Junta de la culata en mal estado
La junta de culata puede fallar y esto va a provocar que el aceite pueda filtrarse en el sistema de refrigeración. Si accede a estos conductos puede acabar mezclándose con el anticongelante, creando una masa marrón que aparecerá en la parte superior del radiador y en el depósito. Además, si está dañada, notarás una pérdida considerable de rendimiento en el motor.
Este refrigerante, también puede filtrarse en la cámara de combustión, lo que provocará una nube de humo blanco de olor dulzón que se podrá apreciar al circular con el vehículo. Para saber si el problema procede de la junta de la culata, será necesario realizar una prueba de compresión, esta diagnosticará si la junta está o no soplada. En caso de que así sea, deberás repararla cuanto antes. Acude a un taller para reemplazar la junta y lavar todo el sistema de refrigeración. Una vez realizada la acción comprueba el estado del radiador y la bomba de agua para comprobar si existen daños.
Fuga en el enfriador de transmisión
Los vehículos de transmisión automática tienen un enfriador para el líquido de transmisión que forma parte del radiador. Este puede originar grietas en los dos elementos. Cuando sucede, el fluido se puede mezclar con el refrigerante. En este caso, el tono que adquirirá será rosado y con espuma. Si no se soluciona a tiempo puede provocar problemas en la transmisión y haciendo que sea necesario cambiarla.
Llevar un correcto mantenimiento del vehículo es esencial para conseguir evitar averías graves. Contar con un Seguro de Coche MAPFRE te ayudará a tener las mejores garantías para tu automóvil sin que tengas que preocuparte por nada.
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