La forma de conducir ha evolucionado considerablemente en los últimos años. Hasta no hace mucho, para hacer maniobras tan sencillas como girar o aparcar había que tener una fuerza inusitada y un exhaustivo control de cada movimiento. Y, por su puesto, lo de maniobrar con una mano en el volante y la otra en la palanca de cambios era impensable. Todo esto evolucionó -a mejor- a principios del siglo XX, cuando se empezaron a implantar los primeros sistemas de dirección asistida en los vehículos. Por suerte, en la actualidad es casi imposible encontrar uno sin esta ayuda, pero ¿en qué consiste exactamente?
¿Qué es la dirección asistida?
La dirección asistida es una ayuda al conductor que permite girar o maniobrar sin esfuerzo. Sin ella, cada giro del volante requiere de una fuerza hercúlea, y no digamos cuando el conductor se ve obligado a realizar algún movimiento brusco.
Pero, ¿cómo nos ayuda a girar sin esfuerzo? Para conseguirlo, el sistema incluye un circuito hidráulico compuesto por una bomba de dirección que se acciona con la polea del cigüeñal, de manera que el aceite circula por el circuito y se distribuye hacia un lado u otro gracias a la válvula de control. Finalmente, la unidad de control de la dirección gestiona la dirección en función de la fuerza que ejerza el conductor sobre el volante.
¿Cómo funciona?
Con el volante quieto
Con el motor encendido, la bomba de dirección recibe la energía cinética necesaria gracias a la correa de accesorios. Entonces, la bomba envía el aceite a la válvula de control y, si no se efectúa ningún giro en el volante, la válvula de control, en lugar de distribuirlo a un lado u otro, lo envía de nuevo al depósito.
Al mover el volante
Si realizamos un giro en el volante, la válvula de control corta el paso del aceite al depósito y lo lleva hacia un lado del cilindro. A medida que se llena de aceite, la presión en el cilindro aumenta, activando el pistón que hay en su interior y que es el encargado de accionar los elementos mecánicos de la dirección y, por tanto, las ruedas.
Si se llena el otro lado del cilindro, ocurre lo mismo, pero en el sentido contrario.
Al dejar de mover el volante
Cuando se deja de girar el volante, la válvula de control deja de mandar aceite al cilindro, lo que hace que el pistón deje de moverse. Entonces, la válvula de control envía el aceite de nuevo al depósito.
Tipos de dirección asistida
Existen tres tipos de dirección asistida. Todos ellos son eficaces, pero tienen algunas particularidades:
Hidráulica
Es la que hemos explicado anteriormente. Funciona gracias a la energía hidráulica generada por la bomba de dirección hidráulica. Es la más común.
Eléctrica o sistema EPS
También denominado sistema EPS, necesita un motor eléctrico para funcionar y se ubica en la columna de dirección del vehículo. Es el modelo de dirección asistida más actual.
Su principal desventaja es que, en caso de avería, su reparación es la que presenta mayores complicaciones.
Electro-hidráulica
Este sistema se puede accionar de manera hidráulica a través de una bomba, pero también con un motor eléctrico alimentado con la propia batería del vehículo.
A nivel mecánico, es la opción que ofrece menos problemas, lo que, a la larga, supone un importante ahorro.
Mantenimiento
Como ocurre con otros sistemas del vehículo, la dirección asistida necesita una revisión periódica en la que se debe vigilar los siguientes elementos:
- El estado del aceite.
- La aparición de posibles fugas de líquido. Si las hay, hay que llevar el vehículo al taller.
- El correcto funcionamiento de la cremallera de dirección.
- Loa amortiguadores y la presión de la bomba.
- La presión de los neumáticos o si estos están desgastados, ya que este factor puede causar problemas en la dirección asistida.
Además, algunos fabricantes aconsejan cambiar el líquido cada dos años o cada cien mil kilómetros, cuando el líquido tenga un color oscuro, o cuando se perciban sonidos extraños o cierta dureza al girar el volante.
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