Precisamente la dirección, que es uno de los componentes de seguridad más importantes de un vehículo, ha venido evolucionando de manera muy directa desde principios del siglo XIX hasta los sistemas actuales, con una reciente y nueva evolución en la que los fabricantes empiezan a incorporar dirección también en el eje trasero con la denominación “Eje trasero direccional o auto-direccional”.
En los 90, se vieron los primeros ejes traseros rígidos direccionales, que aportaban un cierto ángulo de giro o desplazamiento al tomar curvas, dando así orientación a la rueda correspondiente.
Fue ya sobre 2005 que se empezaron a montar verdaderos ejes direccionales que daban giro hacia un lado y el otro en función de las necesidades en la conducción (el Citroën ZX fue el primero en incorporar un eje trasero rígido suspendido sobre “silentblocks”).
En la actualidad, el eje trasero direccional ya se monta en varios modelos, aunque no parece que se esté generalizando debido principalmente al sobrepeso que genera y a la gran complejidad técnica de su montaje y correcto tarado.
Es evidente que su incorporación aporta mayor seguridad ya que permite modificaciones del giro en las ruedas traseras, aportando así más estabilidad, aunque resulta complejo el acoplamiento correcto de las dos ruedas traseras de manera que el eje no se descompense.
Renault, en su Laguna GT lo incorporó mediante su tecnología “4 control” y con control electrónico. Actualmente solo marcas como Audi, Porsche y Mercedes Benz lo vienen incorporando en algunos de sus modelos, aunque casi siempre a título opcional.
¿Cómo se constituye y cómo funciona el eje trasero direccional?
Actualmente el sistema se realiza con uno o dos motores eléctricos en el eje trasero (según cada modelo y marca), siendo con dos motores en el caso del Porsche 911 Carrera (uno para cada rueda), o en el Volkswagen Touareg que se gestiona con un único motor eléctrico sobre el eje trasero que permite una actuación directa sobre ambas ruedas.
Es cierto que a velocidades inferiores de 35 km/h el sistema es muy útil, haciendo que las ruedas traseras giren en sentido opuesto a las ruedas delanteras en un máximo de 5 grados angulares, haciendo que los radios de giro tiendan a converger en un punto de expansión más cercano a la carrocería para conseguir un diámetro de giro mucho menor, aportando así trazados en curvas más eficaces y ligeros.
El sistema se gestiona con una central electrónica que realiza 100 cálculos por segundo, proporcionando un ángulo de giro eficiente y que varía en función de la velocidad, girando las ruedas traseras entre 60 y 80 km/h (según modelo) en dirección opuesta a las ruedas delanteras, y girando las 4 ruedas en el mismo sentido al sobrepasar dichas velocidades.
Dicha central electrónica accede a informaciones sobre velocidad, ángulo de giro del volante y aceleración transversal y longitudinal, para así determinar en cada momento el ángulo de giro a aportar por las ruedas traseras de manera constante.
Ventajas
Las mejoras que este novedoso sistema aporta a la conducción del vehículo son:
- Desgaste más compensado de los neumáticos del eje trasero
- Facilidad al estacionar
- Mayor agilidad en la conducción
- Mejor maniobrabilidad a baja velocidad
- Reducción del radio de giro
Inconvenientes
En cuanto a inconvenientes, son citables:
- No viene de serie en casi ningún modelo del mercado, sino que normalmente es opcional con su correspondiente aumento de precio (que suele ser además importante).
- Al contar con uno o dos motores eléctricos añadidos al standard, además de unidades electrónicas de control y varios actuadores eléctricos nuevos, se aumenta la posibilidad de contar con más averías, lo que podría también suponer una gasto extra respecto a un vehículo que no cuenta con este sistema, además de la importante dificultad que conlleva su puesta a punto correcta.
Aparentemente, este sistema de eje trasero Auto-direccional no se expandirá como absolutamente normalizado en el sector, debido a su coste, peso que ejerce sobre el equilibrio de los coches y la gran dificultad técnica que conlleva con sus correspondientes complicaciones mecánicas y tecnológicas, a no ser que esta evolución presente en los próximos años algunas mejoras que parecen de difícil consecución.
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