Aprender cómo funciona un taxímetro puede arrojarnos luz en esos trayectos en los que no estamos muy seguros del taxista o desconocemos la ciudad, y, por ello, la ruta más rápida. En cualquier caso, conviene primero destacar que el coste de un taxi varía según el país o las circunstancias en las que se coja y tiene algunos extras en función de cómo lo cojamos, aunque todos los taxímetros tienen la misma función: ser un árbitro imparcial del precio de nuestro viaje, basándose en el tiempo y la distancia que en él hemos recorrido.
¿Los taxis cobran por tiempo o por distancia?
Sin embargo, todos sabemos que un mismo trayecto en nuestra ciudad no cuesta lo mismo en diferentes circunstancias, y que hay otros factores a tener en cuenta a la hora de esperar lo que tenemos que pagar cuando cogemos un taxi.
Estas diferencias dependen directamente de las tarifas; cada tarifa, por simplificarlo, establece la frecuencia de tiempo en que se dan esos impulsos eléctricos que avisan al taxímetro de que ha aumentado la distancia o el tiempo y que, por tanto, hay que añadir un poco más de cantidad. Es decir, a más frecuencia de impulsos, más cara la tarifa.
Los precios de las tarifas se determinan previamente en el taxímetro y deben adecuarse a la cantidad obligada por la compañía a la que pertenece el taxi o por las regulaciones de la localidad donde nos encontremos. Pero a las tarifas por distancia y velocidad, se pueden añadir otros costes.
¿Cómo mide un taxímetro la distancia?
Para que el taxímetro convierta en una tarifa cuantificable la distancia recorrida y el tiempo empleado (incluido cuando está parado), el sistema de medición se sirve de unos impulsos eléctricos que da el transductor del vehículo, un sensor unido a la transmisión que ofrece datos al taxímetro sobre la velocidad y el número de kilómetros recorridos. Estos impulsos se dan cuando se ha rodado una distancia que se ha definido previamente en el taxímetro.
¿Y cómo mide el tiempo?
Se entiende que si vamos en un taxi y estamos atrapados en un atasco sin movernos, el taxista sigue trabajando, por lo que también se cuantifica ese tiempo de espera cuando estamos detenidos. Esto es mucho más sencillo, ya que lo único que hay que hacer es establecer una medida de tiempo en el taxímetro, que irá añadiendo, de nuevo mediante impulsos eléctricos, cuantía a la cantidad final.
Si se está en marcha, los impulsos eléctricos que se cuentan (y que van aumentando el precio) son los de velocidad; si se está parado, se contarán los de tiempo.
¿Qué más se me puede cobrar?
La bajada de bandera es lo que hay que pagar inicialmente, solo por poner en marcha el contador de precio. Su importe depende de la localidad. Además de esto, hay que añadir los siguientes suplementos:
- Aeropuerto: si nos recogen o nuestro destino es uno.
- Estación de autobuses y ferrocarril: si vamos o nos recogen de una.
- A veces cobran suplementos por parques feriales y recintos de eventos.
- Festividades como Nochebuena o Nochevieja.
- Zonas: si el taxi nos lleva a otra localidad, el importe que paguemos puede incluir lo que le cueste regresar al punto de partida.
- Equipaje.
- Personas: se puede cobrar un euro a partir de la quinta persona.
Así es, grosso modo, cómo funciona un taxímetro. Si estamos planeando un viaje pronto a Estados Unidos, por ejemplo, ya sabemos qué esperar de los trayectos en taxi si necesitamos que nos lleven con nuestras maletas, con más personas, etc.
En cualquiera de los casos, hacernos con un Seguro de Viaje MAPFRE o un Seguro de Coche nos ayudará a contar con la mayor tranquilidad durante toda nuestra ruta.
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