Prueba del Seat Arona 1.0 TSI 95

Prueba del Seat Arona 1.0 TSI 95
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Poco emocional pero agradable de conducir, el Seat Arona 1.0 sorprende por su silencio y su suavidad de marcha.

Resumen del contenido

  1. Toques de diseño inéditos, pero poco emocionales
  2. Suspensión y frenos necesitan mejora
  3. Un motor muy bien estudiado de bajo consumo
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Encuadrado en el segmento de mercado de los más compactos y ciudadanos B-SUV, el Seat Arona ha tardado mucho en llegar. Su estilo es armonioso pero un tanto falto de personalidad (copia a su hermano Ateca), resultando algo soso por fuera pese a su pintura bicolor.

Lo probamos aquí con el motor 3 cilindros de 95 CV y cambio manual de 5 velocidades sobre la plataforma MQB A0 del grupo Volkswagen (la misma del Ibiza y Polo y también del más moderno Audi A1). Una plataforma excelente por sus resultados en las pruebas de choques, de las que se beneficia más al Seat Arona por su peso contenido de 1.165 kg.

Sí nos convence por su agrado de conducción, habitabilidad, buen maletero y un precio competitivo, con una dotación generosa y un consumo muy razonable, lo que queda ensombrecido por la suspensión y lo alargada que resulta su frenada.

Toques de diseño inéditos, pero poco emocionales

Con sus 4,14 m de longitud, compite con modelos como el Citroën C3 Aircross, Ford EcoSport, Hyundai Kona, Kia Stonic o Mazda CX-3 entre otros, aunque si buscamos los rivales comerciales más directos, estos son el Renault Captur y el Peugeot 2008, aunque tendrá que defenderse también del éxito de los coreanos Kona y Stonic, que gustan mucho.

Fuente: Motor Mundial

La marca de origen español ha pretendido innovar, adoptando pautas de diseño inéditas hasta ahora en Seat, como el techo de diferente color, combinándose con el acabado de la carrocería, y el adorno metálico en el pilar trasero.

Todo el perímetro inferior de la carrocería va protegido por un recubrimiento plástico especial, proporcionando al Arona un aspecto diferenciado del resto de la gama.

Fuente: Motor Mundial

En el interior, su habitabilidad es de las mejores en las plazas delanteras y correcta tirando a buena en las plazas posteriores, disfrutando además de un maletero de 400 litros, uno de los mejores en su segmento, que cuenta con un hueco bajo el suelo ya incorporado a esta medición, beneficiándose también de la banqueta trasera corrediza y su respaldo abatible 60-40.

Fuente: Motor Mundial

En cuanto a los acabados y ajustes en el nivel Xcellence de la unidad probada es correcto, aunque flojea en los plásticos utilizados en la zona baja y superior del salpicadero que tienen poco atractivo y los tiradores de las puertas son claramente mejorables. La ergonomía para el conductor raya a buena altura, aunque la pantalla central sobre la consola queda un tanto baja.

En cuanto a los asientos, situados 5 cm más altos que en el Ibiza y tapizados en Alcántara son excelentes en todos los sentidos, cómodos, eficaces en curva y muy agradables al tacto, aunque la forzada e inútil forma de su zona superior no contribuye a sujetar mejor la zona de los hombros.

Fuente: Motor Mundial

Suspensión y frenos necesitan mejora

Al margen de su estilo, las innovaciones técnicas del Arona derivan de la utilización de la plataforma modular MQB-A0 que permite gracias a su versatilidad, diversas dimensiones en lo que a longitud y distancia entre ejes se refiere, pero sobre todo implementar en el vehículo los controles de seguridad y ayudas a la conducción disponibles en el grupo Volkswagen.

En el caso del Seat Arona probado, destacamos sobre todo la posibilidad de montar el sistema ACC, que proporciona la seguridad de que el vehículo va a actuar en el caso de que nos despistemos, frenando de forma autónoma si nos acercamos peligrosamente al coche que nos precede, para evitar el impacto contra él.

Lógicamente, el comportamiento del Seat Arona es variable en función de la velocidad a la que circulemos y del trazado, pero después de haber conducido hace poco tiempo un Seat Ibiza diésel de 115 CV y acabado FR con parecidos neumáticos a los Pirelli P7 del Seat Arona en medida también exagerada 215/40 en llanta 18, podemos decir que no se parece prácticamente en nada, sobre todo por la frenada, que este coche alarga demasiado y a la que falta más contundencia.

Fuente: Motor Mundial

La estructura técnica es similar en ambos coches, con un sencillo eje de ruedas tiradas traseras mediante eje torsional, que cumple ligeramente las veces de barra estabilizadora. No obstante, a pesar de su sencillez, que proporciona excelentes resultados en los otros modelos que lo montan, en el Arona no mantiene el mismo nivel y genera cierta inseguridad.

Según subamos la velocidad de crucero y ataquemos las curvas con más decisión, la zaga toma demasiado protagonismo haciéndose notar cada vez con más nitidez. Y no es precisamente para ayudarnos a entrar en la curva, lo que sería de todo punto deseable, ya que no vira plana en exceso. Por supuesto al final tenemos al sistema de control de estabilidad (ESP) para poner las cosas en su sitio.

La sensación de no ir demasiado sujetos por el tren trasero no es precisamente agradable.

Fuente: Motor Mundial

Un motor muy bien estudiado de bajo consumo

Sin embargo, lo que estropea en parte los reglajes del Seat Arona probado, lo arregla sin duda el motor. Hay que perder el miedo a este tipo de motores de tres cilindros y en especial a éste turboalilmentado y de inyección directa del propio Volkswagen. Su única pega pueden ser las vibraciones y ruido cuando superamos las 5.000 rpm. Pero el resto de juicios son todos positivos.

Bien por su elasticidad y mejor por sus consumos, con 6 litros de media con recorridos en ciudad, carretera con tramos de curvas y autopista. Si solo medimos carretera podremos bajar hasta los 5,5 litros sin problemas, y si la marca hubiera pensado en poner la caja de seis relaciones, ajustando lógicamente los desarrollos de la 4ª y 5ª velocidades, los consumos serían aún más brillantes.

Este motor de 95 CV nos lleva a buenos niveles de velocidad máxima, aunque tardaremos en conseguirlos, ya que sus aceleraciones no son demasiado notorias, con 11,6 segundos en llegar a los 100 km/h, debido en parte por la potencia del motor, pero también por los 1.165 kg de peso, realmente nada exagerado, aunque ligeramente superior al de los turismos de tipo polivalente (segmento B).

Respecto al manejo del cambio y la dirección, los juicios son muy favorables y salvo a alto régimen, el Seat Arona es un vehículo suave, incluso silencioso y muy agradable de conducir. Y en cuanto al precio, sus 22.260€ (sin descuento), está bastante separado de sus competidores directos, a pesar eso sí, de que la unidad de pruebas contaba con una generosa dotación.

En definitiva, la apuesta de Seat en este segmento es bastante sólida y brillante en ventas con el Ibiza, pero el comportamiento del Arona es mejorable, y sus precios (sin descuento) resultan algo elevados, aunque el conjunto reúne los atributos para resultar interesantes para muchos clientes de la marca.

Para finalizar, cerramos esta prueba con nuestro resumen de lo más destacado. A favor su habitabilidad y maletero; consumo aquilatado; suavidad y silencio de marcha; dotación generosa. Y en contra el alargamiento de la frenada y el comportamiento del tren trasero mejorables; la suavidad y vibraciones del motor a alto régimen; y su precio algo alto.

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