Como reacción a la actual preferencia de los motores gasolina sobre los diésel, las marcas han ido evolucionando y perfeccionando sus motores de gasolina, como es el caso de este 1.3 litros de Renault en colaboración con Mercedes. Un motor muy conseguido para un coche tan familiar y confortable.
Ofrece una habitabilidad conocida en su carrocería de 5 puertas con sus mismas medidas de 4,36 m de largo, 1,81 m de ancho y 1,45 m de alto, y casi el mismo maletero.
Los respaldos se pueden plegar de forma asimétrica y de este modo el maletero alcanza los 1.247 litros, aunque sin ofrecer una superficie de carga plana (queda un escalón de 13 cm entre su piso y el plano de los respaldos).
Un compacto de libro
Detrás se aprecia el aumento de anchura aunque el espacio para las rodillas sigue siendo algo escaso. A su favor tienen que recogen bastante bien el cuerpo y que disponen de mayor altura libre al techo, además de tener miniconsola propia (con aireadores y toma de corriente a 12V).
Al volante se nota la posición algo más baja de conducción, ajustable mediante la palanca de reglaje. Tenemos un cuadro digital de lectura perfecta, con 5 configuraciones según el modo de conducción elegido, con el velocímetro central siempre digital. Su color cambia según el modo elegido (verde en Eco, azul en Sport, naranja en Confort…) pero siempre muestra los datos de velocidad, ordenador de viaje, indicador de marcha recomendada y el modo de conducción elegido, así como los indicadores laterales de nivel de combustible y temperatura del motor.
En el interior también abundan los huecos portaobjetos con uno grande bajo el apoyacodos central delantero. Lleva freno de mano eléctrico y guantera con luz y los huecos de puertas son amplios.
La pantalla vertical táctil de 8,7” con el sistema R-Link 2 es rápida al activar sus funciones básicas, además de mostrar simultáneamente los datos de los tres y activar cada uno de ellos sin perder de vista los otros.
Un motor muy eficiente
La gran novedad de este Mégane 1.3 TCe está en su motor, fruto de la colaboración de la alianza Renault-Nissan-Mitsubishi con el grupo Daimler, y concebido para reducir al máximo las pérdidas energéticas, tanto por estructura (adoptando el cubicaje ideal unitario del tercio de litro por cilindro) como por tecnología de fricción.
Un 4 cilindros de aleación ligera, con culata multiválvula y distribución por cadena, turboalimentado y con inyección directa, disponible en tres potencias (115, 140 y 160 CV) y asociado al cambio manual de 6 velocidades (aunque tanto la versión 140 CV como la 160 CV pueden montar en opción el cambio automático EDC de doble embrague y 7 marchas).
Con 140 CV a 5.000 rpm y un par máximo de 24,5 mkg a 1.600 rpm en el coche probado, su rendimiento es más que suficiente para proporcionar unas brillantes prestaciones, incluso deportivas, aunque no se le pueda considerar un “GTi” dado que Renault ha puesto más el acento en el confort que en la deportividad, pero sin descuidar esta última.
Oficialmente acelera de 0 a 100 km/h en 9,5 segundos (9,3 en nuestra prueba) y alcanza los 205 km/h de velocidad punta, y nuestra unidad de prueba, bastante rodada (más de 10.000 km) rozó los 200 km/h sin demasiado lanzamiento (en 5ª sin llegar a 4.000 rpm, y en 4ª superándolas, hasta las 4.300/4.400), y bajando de 31 segundos en el km desde parado.
Es una mecánica brillante, sobre todo en modo Sport. Los consumos han dado un promedio de 6,2 l/100 km en modo Eco, un máximo urbano de 7,4 y un mínimo en carretera (90/100 km/h de crucero) de 5, que subió a 6,2 en autovía (120/130 km/h), siempre en modo Eco.
En todo caso un consumo muy contenido para su nivel de prestaciones, pudiendo contar con una media de 6 l/100 todo uso en conducción moderada.
Y como tiene un botón para el uso puntual del modo Sport, nuestro consejo es recurrir al mismo cuando sea necesario (un adelantamiento, etc), lo que apenas penaliza el consumo.
Un comportamiento muy familiar
El Megane 1.3 TCe se muestra firme y seguro en carretera, con una suspensión muy equilibrada que se traduce en una actitud muy neutra y segura en curva.
Su aplomo de rodaje y precisión en carretera es muy alto, lo que unido al confort de suspensión favorece un grato ambiente de viaje, suave y silencioso, con un buen aislamiento donde a alta velocidad ni el ruido del motor ni el de rodadura se notan apenas.
Renault ha mejorado la firmeza de la amortiguación, reduciendo el balanceo con un tacto general más firme y también más progresivo. La dirección es rápida y precisa, pero quizá algo ligera.
En cuanto a los frenos, son progresivos y de buen tacto, aunque como ya es casi general no frenan bien hasta que están calientes, e incluso así las distancias de frenado no son muy cortas.
En conclusión, además de considerarlo una buena oferta por su relación precio-equipamiento, se destaca su habitabilidad en alza, su elevado confort y agrado de conducción, una dirección muy precisa y una buena relación consumo/prestaciones. Termina de equipar este vehículo con el Seguro de Coche MAPFRE, que te ofrece asistencia en carretera desde el kilómetro 0, además de otros muchos servicios.
Comentarios (0)