Una nueva gama de motores y una carrocería de mayor tamaño eran las innovaciones de Mini en 2014 y, entre ellos, se encontraba el tricilíndrico de gasolina turbo. Hoy repasamos cómo era este Mini Cooper de gasolina con 136 CV a la espera de poder probar el SE, eléctrico integral.
Un Mini Cooper mejor
Tanto estética como internamente, los Mini han ido cambiando a lo largo de su historia para mantenerse en la primera línea como coche de capricho y personalidad donde el atractivo y la diferencia son sus principales ventajas.
Para cumplir con los estándares de seguridad y protección, tanto de los ocupantes del coche como de los peatones el Mini Cooper de 136 CV aumenta de tamaño, fundamentalmente en la parte frontal: en esta versión crecía hasta los 3,82 metros de largo, aunque recuerda que el más grande de los Mini es el Countryman.
En el habitáculo también se mejora su comodidad y se reduce la brusquedad que solía mostrar este modelo en los baches, según destacan las opiniones de los probadores y propietarios de este vehículo.
Motor de tres cilindros
El motor de este Cooper es de tres cilindros para ofrecer máxima eficiencia para las versiones de gasolina y diésel, con baja cilindrada, aunque con buenas prestaciones gracias a la turbocompresión.
Antes de probarlo y sobre el papel, un motor de gasolina de 1,5 litros parecía escaso; sin embargo, los test confirmaban que los tres cilindros de gran tamaño son un acierto: acelerar a fondo y llenarse esos cilindros de 500 cm3 con el turbo soplando, las aceleraciones y recuperaciones son sumamente altas y a veces, parecidas a las que conseguía el anterior Mini Cooper S de 184 CV.
Consumo
Este coche de 136 CV homologa desde su lanzamiento 105 g/km de CO2 y un consumo mixto de 4,5 l/100 km, aunque la realidad sobre la carretera avalada por los expertos en pruebas y muchos de sus conductores es algo distinta.
De acuerdo con las pruebas prácticas, con una conducción normal en un entorno urbano, el Mini Cooper se mantiene entre 6 y 7 litros según el conductor. En viajes largos, a velocidad mantenida, es probable ver algo más de 5 litros, sobre todo gracias a los largos desarrollos de cambio elegidos para reducir consumos que, por otro lado, no favorecían las sensaciones en una conducción dinámica.
Con este motor, el nuevo Mini Cooper era en 2014 para muchos la mejor opción de gasolina, pudiendo mantener unos consumos accesibles, con buenas reservas de potencia y prestaciones, y evitando tener que decantarse obligatoriamente por el menos fino y divertido Mini Cooper D diésel. En 2020, la gama se amplía acogiendo los SE.
https://youtu.be/s20U17rl5hM
Conducción
Los probadores de Mini reconocen que, con respecto a la anterior versión, el Mini Cooper de 2014 conseguía mejorar mucho la calidad de la rodadura en conducción normal. El trabajo hecho en la suspensión y el filtrado de baches convirtió a este Mini en un coche mucho más cómodo, sin la anterior brusquedad al pisar cualquier irregularidad y sin transmitir hasta la última grieta.
La suspensión se compaginaba con la firmeza y la agilidad al volante, con poco balanceo en curvas y una dirección eléctrica muy directa. Mientras, se mantenía el incomparable estilo y sus prestaciones como ha hecho el fabricante británico en cada cambio de ciclo.
Si tienes la suerte de conducir todavía este Mini Cooper de gasolina con 136 CV, sabrás bien lo que es disfrutar al volante, experimentando un equilibrio perfecto entre eficiencia, ligereza y estética rompedora.
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