El Peugeot Rifter Long, fabricado en la planta de PSA en Vigo y puesto a la venta desde 16.900 euros, cuenta con una modularidad de un monovolumen compacto y un espacio de carga que lo convierten en el compañero ideal tanto para el ocio como para el trabajo.
El Peugeot Rifter Long está diseñado para ofrecer resistencia y duración bajo un diseño y equipamiento muy próximo a la estética y prestaciones de los SUV, como las molduras laterales o el control de agarre Advanced Grip con asistente de descenso en cuesta (Hill Assist Descent).
Su longitud total se va a 4,75 m (ahora 35 cm más que el Rifter normal), de los que 19 cm corresponden al aumento de batalla (nada menos que 2,97 m).
Estéticamente, refuerza su estampa entre SUV y furgoneta con el mismo frontal de la versión corta, y un capó alto con un voladizo anterior corto. Pero su zaga asume unas señas de identidad propias de un monovolumen compacto, por modularidad, plano de carga bajo o el gran portón trasero con luneta practicable.
Cuenta con un amplio maletero, con un mínimo de 209 litros con 7 plazas (y casi 600 con 5) hasta 4.000 totales con sólo el conductor (abatiendo los asientos de la segunda fila y el respaldo del asiento del acompañante delantero, y dejando un fondo útil de hasta 3,05 m).
Los asientos pueden también extraerse además de plegarse, y los de la segunda fila cuentan con ajuste longitudinal, y quedan enrasados con el piso una vez plegados (aunque los dos de la tercera fila no).
Presenta un umbral de carga bastante bajo y sobre todo, la ventaja de la luneta trasera practicable para acceder fácilmente al maletero sin tener que abrir todo el portón. Su tren rodante parte de llantas de 16 pulgadas para todos los niveles, a excepción del GT Line, el más deportivo, que trae de serie llantas de aleación de 17”.
Su habitabilidad es su punto fuerte
La segunda fila es muy espaciosa, con tres asientos correderos, y las dos plazas de la tercera tienen también asientos bastante cómodos, pero más altos lo que obliga a una posición más vertical de las piernas. Con la banqueta central corredera se gana espacio para piernas si se desplaza hacia atrás o capacidad de maletero si se avanza hacia adelante.
Contando como el Rifter normal con tres asientos individuales, son opcionales los dos extra de la tercera fila (por 430 euros más) dado que hay también un Rifter Long con sólo 5 plazas. Los tres asientos son cómodos, aunque el respaldo queda un poco recto, pero el espacio para piernas es muy generoso, lo mismo que la altura libre al techo.
Las puertas laterales correderas (una es de serie, la segunda ya opcional) facilitan el acceso trasero y operaciones como el ajuste de sillas infantiles, notándose un gran aumento en calidad percibida y confort a bordo.
Su puesto de conducción es el mismo de los nuevos turismos de la marca, el Peugeot i-Cockpit, con un volante pequeño y achatado por arriba y por abajo para leer el cuadro por encima del mismo, lo que va a gustar a unos más que a otros.
Según el nivel de acabado puede llevar de serie pantalla táctil multimedia de 8” a color, freno de estacionamiento eléctrico, control de crucero activo y, además, puede equipar lector de límites de velocidad, alerta activa de cambio involuntario de carril, frenado autónomo por riesgo de colisión.
Cuenta además de navegador en 3D (Peugeot Connect NAV), equipo de audio, bluetooth con conectividad con teléfonos móviles, cargador inalámbrico de los mismos, techo panorámico de vidrio… Ni más ni menos que el mismo equipo opcional de un Peugeot 3008.
Y como el Rifter normal, el Long también puede montar según versiones el techo Zenith, con un cofre de 60 litros de capacidad y un arco traslúcido flotante con otros 14 litros más y un compartimento de otros 18 litros inspirado en los portaequipajes superiores de los asientos de aviación.
Amplia oferta de motores y cambios
Dispone de las mismas motorizaciones del Rifter normal, o sea dos en gasolina (los PureTech 1.2 turbo tricilíndricos de 110 y 130 CV) y dos turbodiésel 1.5 BlueHDi de 100 y 130 CV. Todos pueden estar asociados a un cambio manual de 5 (el Blue HDI 100 CV) o 6 velocidades y en el BlueHDi 130, con la opción además del cambio automático EAT8 de 8 relaciones.
Para un uso “semi SUV”, Peugeot ofrece en opción el sistema Advanced Grip Control, para mejorar la motricidad en condiciones adversas. Este Grip Control trae de serie neumáticos M+S, en este caso Michelin Latitude Tour, aptos para nieve y barro sin tener que montar cadenas; unido a la tracción normal delantera, y con una serie de programas predefinidos a elegir mediante un dial situado junto a la consola central.
El Advanced Grip Control actúa sobre el deslizamiento de las ruedas para permitir el máximo agarre sobre tierra, grava y pisos deslizantes, trabajando junto con el Control de Descenso para mantener una velocidad óptima en pendientes pronunciadas.
En todo caso, si pensamos en un Rifter Long con este equipamiento, doble puerta corredera, motor de 100 ó 110 CV como mínimo y con 7 plazas, el presupuesto de su compra en un nivel medio como el Active se va ya al umbral de los 20.000 euros.
Versión campera “Rifter by Tinkervan”
Para reforzar el aspecto lúdico de este “semi SUV utilitario”, Peugeot ha recabado la colaboración del especialista Tinkervan para aprovechar la modularidad y capacidad de adaptación de este Rifter Long con una versión campera susceptible de usarse como una mini autocaravana y dotada del Advanced Grip Control.
El “Rifter by Tinkervan” ofrece elementos novedosos como la libre elección del color de la carrocería, el tipo de tapicería, las funciones de ayuda a la conducción, el navegador Connect NAV y los equipamientos estéticos y de confort.
Todo con la ventaja de su discreción, ya que, visto desde fuera y con el techo plegado, apenas hay indicios que delaten su condición de “camper” super equipado.
Su versatilidad se apoya también en su modularidad. En cuestión de minutos, pasa de ser un turismo de 5 plazas a una autocaravana preparada para 3 días de contacto con la naturaleza, destacando por sus ambientes diferenciados en formato compacto (con un dormitorio en el maletero y la fila trasera, y un saloncito central gracias a la mesa plegable y los asientos giratorios). El coste de esta transformación se sitúa en el entorno de los 5.000 euros.
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