En realidad, se esperaba un “restyling” (el típico ajuste cosmético a los tres años) pero la verdad es que este Mercedes GLE surge como modelo totalmente nuevo, con una estética más próxima a la de los últimos modelos de la marca de la estrella. Al fin y al cabo, el “restyling” ya tuvo lugar en 2015 con el cambio del nombre. Fabricado en EE.UU. (Tuscaloosa, en Alabama), viene dispuesto a competir con los BMW X5, Audi Q7 y Volvo XC90, por citar sólo su más directa competencia “premium” europea.
Por tamaño se sitúa entre el GLC (4,66 m de largo) y el GLS (5,13 m), estrenando la nueva plataforma MHA (derivada de la MRA que emplean las berlinas Clase E o el CLS), con 3 m de batalla (8 cm más que el actual modelo).
Destaca su frontal con lamas dobles cromadas horizontales en la parrilla, aunque sus faros son de diseño específico (pudiendo montar los Multibeam de diodos), sus grandes llantas de 18” a 22” de diámetro y unos pasos de rueda con protecciones en plástico. Su línea se afila algo más, mejorando su aerodinámica (Cx de 0,29, frente a 0,32 ahora) gracias también al carenado de bajos, los nuevos deflectores y los retrovisores exteriores de nuevo diseño y detrás luce nuevos grupos ópticos más estilizados.
Los cambios en el interior
El salpicadero es distinto y se pasa a la instrumentación totalmente digital, trayendo de serie dos grandes pantallas de 12,3” pulgadas, una para el cuadro y la otra multimedia. En el apartado multimedia incluye el sistema MBUX (con más funciones de conectividad) que permite entre otras cosas distintas configuraciones para el cuadro. El sistema cuenta también con realidad aumentada para el navegador, asistente de voz («Hola Mercedes»), y función predictiva, con sugerencias.
El manejo del sistema multimedia se efectúa tanto desde los mandos del nuevo volante, como de forma táctil sobre la pantalla, y también por órdenes de voz y gestuales (según Mercedes puede distinguir entre los que hace el conductor y el pasajero). Así, podemos encender o apagar la luz de lectura con solo acercar la mano al retrovisor interior o bien contar en el cuadro con información específica en uso “off-road”.
Hay una neta mejora de la habitabilidad interior, gracias a los 8 cm más de aumento de distancia entre ejes, que no sólo mejora el espacio para piernas de las plazas traseras, sino que permite ofrecer en opción dos plazas más adicionales (5+2) en una tercera fila de asientos. Los asientos de la segunda fila están divididos en tres partes en proporción 40:20:40, con varios niveles de inclinación y banquetas con ajuste longitudinal, pudiendo ser eléctrico en opción.
Este aumento se traduce también en un aumento de la capacidad del maletero, que ahora anuncia 825 litros (135 más que antes), siempre con 5 plazas (con 7 no tenemos datos, aunque aún le deben quedar del orden de 250), subiendo hasta 2.055 litros con las dos filas traseras plegadas. Es un volumen impresionante, sólo superado por el Audi Q7 (890 litros).
Equipación tecnológica
Al nuevo GLE no le supera ningún otro coche de su competencia en ayudas a la conducción y sistemas de seguridad: control de crucero activo Distronic (que ahora reconoce los atascos y retenciones del tráfico por Internet y se anticipa disminuyendo la velocidad hasta los 60 km/h, e incluso es capaz de crear un pasillo para vehículos de emergencia); el asistente activo de la dirección (que mantiene el vehículo centrado en el carril) y el de distancia (que mantiene una distancia prefijada respecto a los coches precedentes).
También cuenta con la frenada de emergencia con función de giro, que frena el coche hasta detenerlo si detecta que hay riesgo de colisión al realizar un giro hacia la calzada contraria. Y luego hay otras ayudas de seguridad más o menos conocidas, como el detector de vehículos en el ángulo muerto con aviso al salir del vehículo a coche parado; el asistente de maniobra con remolque; o los faros de diodos con función Ultra Range (que iluminan con la máxima intensidad permitida legalmente hasta una distancia de más de 650 metros). Son ayudas opcionales en su mayor parte.
La oferta mecánica
Inicialmente se limita a un solo motor de gasolina, el 6 cilindros en línea de 3 litros de cilindrada, sobrealimentado y de inyección directa (GLE 450 4Matic), que con 367 CV y 51 mkg de par le permitirán unas prestaciones más que suficientes, máxime cuando también contará con una hibridación ligera (“mild hybrid”) gracias a una batería más de 48 voltios capaz de procurarle otros 22 CV y 25,5 mkg extra a través de situaciones puntuales (EQ Boost).
Más adelante llegarán otras motorizaciones diésel y gasolina, en 4, 6 y hasta 8 cilindros, incluida también una híbrida enchufable de gran autonomía.
El cambio corre cargo de la caja automática 9G-Tronic, con nueve relaciones, y la tracción es la total 4Matic, con reparto variable de 0 al 100 por cien, aunque en las futuras versiones con motores de 4 cilindros menos potentes, llevarán también una tracción 4Matic de reparto fijo al 50/50 en ambos ejes.
En cuanto al bastidor, Mercedes ofrece tres tipos de suspensión en este nuevo GLE; una normal convencional a base de muelles helicoidales y amortiguadores hidráulicos de ajuste fijo (de serie), otra neumática (opcional) con amortiguación electrónica variable, y una tercera (igualmente opcional) pero aún más sofisticada y llamada E-ABC (Electronic Active Body Control), también neumática pero con amortiguación electrónica activa de ajuste independiente, que se sirve de la red eléctrica a 48 voltios para el control de la misma a través de una cámara situada en el parabrisas.
La función principal de esta última es la de neutralizar los movimientos de la carrocería (balanceo, cabeceo, etc…) anticipándose a las acciones correctoras mediante la información que sobre el estado del terreno realiza la cámara, mejorando así el confort. Esta suspensión se reserva para los motores de 6 cilindros (y para el futuro V8).
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