Después de cinco años durante los que Mercedes colocó a su Clase V como la referencia entre los monovolúmenes grandes, ahora le ha llegado una necesaria puesta al día. Aporta una nueva imagen de su frontal, nuevos colores y diseños de llantas, mejora de elementos de acabado añadidos en su interior, conectividad y sistemas de seguridad y ayuda a la conducción. Y lo más importante: el turbodiésel 2.0 (239 CV) como rey de su gama y el cambio 9G-Tronic.
Cómo es el motor del Mercedes Clave V
Cumpliendo con el dicho popular “unos llegan y otros se van”, la llegada del nuevo motor de 239 CV (OM 654 para Mercedes), con un par de 500 Nm se convierte en un muy buen refuerzo para la Clase V.
Sin embargo abre la puerta de salida al V 200d de 136 CV cuya potencia es algo escasa para un monovolumen como este de casi 2 toneladas de peso. Quedando así ahora como escalón de acceso el 220d de 163 CV y el 250d de 190 CV (con el mismo bloque de 5 cilindros), como oferta intermedia. Los precios van de 62.176 a 98.505 euros.
Sin duda la llegada de un nuevo motor diésel con más par era lo necesario y la mayor novedad, ya que con este nuevo motor la Clase V estrena la caja de cambios automática de 9 relaciones 9G-Tronic (que reemplaza a la 7G), con unas prestaciones bastante notables para un coche de este formato y características, anunciando una velocidad punta de 220 km/h y 7,9 segundos para cubrir el 0-100 km/h.
Todos los motores van en posición delantera longitudinal y son de tracción trasera, con la opción de tracción total 4Matic para los 250d y 300d.
El motor del V300d da 239 CV y 51 mkg, pero además dispone de la fase adicional “overtorque” por la que puede dar 3 mkg extra de forma puntual durante unos segundos cuando se acelera a fondo.
Esta unificación diésel simplifica mucho la oferta de la Clase V, con un solo motor de 4 cilindros para toda ella (el OM 654) en tres niveles de potencia.
Así, este OM 654 lleva recirculación de gases de escape (EGR) a alta y baja presión, incluyendo la refrigeración, un catalizador de oxidación diésel para eliminar las emisiones de monóxido de carbono e hidrocarburos no quemados, filtro de partículas con función de conversor catalítico SCR (sDPF) y finalmente un catalizador SCR con inyección de urea (AdBlue) para reducir los óxidos nitrosos (NOx).
El catalizador de urea es especialmente eficiente, ya que el amonio se mezcla con los gases del escape del sDPF en la forma de AdBlue, y actúa también como catalizador de oxidación de amoníaco en el tubo de escape.
Con todo ello, los consumos siguen siendo muy moderados, con un promedio oficial mixto de 5,9 a 6,3 l/100 km (154 a 165 g/km de CO2).
Los cambios por fuera y por dentro
Por lo demás, esta renovada Clase V apenas cambia por fuera. El frontal registra algunos cambios menores, con nuevo parachoques con mayores tomas de aire y una nueva estructura de diamante en la parrilla.
En el interior cambian los aireadores de climatización (ahora tipo turbina e iguales a los de los últimos turismos de la marca) y también los nuevos asientos Luxury (opcionales para la 2ª fila), que en vez de una banqueta de tres pueden ser sólo dos individuales de gran tamaño, con ajuste eléctrico en todas sus funciones, de calefacción, refrigeración, masaje, etc.
Conviene además destacar que estos nuevos Mercedes Clase V reciben el mismo y súper elevado paquete de ayudas a la conducción que los turismos de la marca.
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