Realizamos la prueba del Mercedes Clase B 200 D que cuenta con un motor turbo-diésel de 2.000 cc que aporta 150CV, dotado de cambio automático 8G-DCT y con un equipamiento muy elevado.
Las nuevas versiones de esta clase mantienen prácticamente las dimensiones de las anteriores (largo 4,42 m, ancho 1,80 m, alto 1,56 m y 2,73 m de batalla), aunque con ciertas modificaciones en faros, parrilla y zaga que aportan mejoras de aerodinámicas, grandes logros en visibilidad y aspecto más limpio en sus líneas.
En el interior, nos encontramos con un salpicadero igual al del nuevo Clase A, con una instrumentación digital avanzada y una calidad percibida muy elevada. En consecuencia, incorpora las ya dos reconocibles pantallas (en tamaños distintos o iguales según elección) y el mando por voz tan divertido y útil en la conducción.
Gran amplitud y versatilidad en un interior remodelado
Moverse en un nuevo Mercedes Clase B es cómodo para 4 personas y un poco menos para 5, gracias también a la versatilidad de los asientos traseros que son totalmente abatibles y graduables en inclinación para mejor ajuste, así como los asientos delanteros, algo más altos, cuentan con todas las movilidades y ajustes posibles y necesarios.
En lo que se refiere al maletero que cuenta con dos niveles de ajuste en su piso, tiene una capacidad que va desde 455 litros hasta 1.540 litros con toda su capacidad de plegado de asientos, que es una cota digna de mención.
Una mecánica suave y brillante de consumos contenidos
Hemos conducido el nuevo Clase B con el motor más “tranquilo” (1.950 cc y 150 CV con cambio automático DCT de 8 marchas) y con mayor potencial de ventas y que supera la Euro 6d-Temp, si bien el modelo se presenta también en una versión diésel de igual cilindrada y mayor potencia (220 D de 190 CV), y un motor por debajo de origen Renault 1.5 turbodiésel de 116 CV.
Detectamos una importante suavidad y un gran par de empuje con apenas vibraciones y una sensación de silencio muy destacable, más aún contando con el cambio automático que funciona perfectamente.
Se trata de una excelente mecánica rutera que accede a los 219 km/h de velocidad máxima y pasa de parado a 100 km/h en 8,3 segundos, con un consumo muy moderado en el modo Eco.
No hay duda de que sus consumos le posicionan como leader en su segmento con estas medidas.
Sensación de seguridad y gran comodidad en carretera
Sus dimensiones y pesos aportan una gran comodidad en carretera con algo más de esfuerzo de giro en recorridos con curvas, pero eso sí, con un importante silencio y una suavidad más que notable, adaptándose perfectamente a cualquier clase de piso, sea bacheado o liso, gracias a sus reacciones progresivas y también potentes cuando es necesario.
A todo ello ayuda mucho la suspensión de serie que permite elegir entre dos grados de firmeza vinculados al tipo de conducción (confort y sport), aportando un confort de marcha muy bien tarado y que logra muy buenas sensaciones (Suspensión posterior por eje torsional y delantera MacPherson).
Es imprescindible explicar que este nuevo clase B cuenta con una gran dotación de ayudas a la conducción y seguridad:
- Frenada de emergencia en velocidades urbanas con detección de ciclistas y peatones
- Detección de presencia del ángulo muerto
- Alerta de cambio involuntario de carril con utilización automática de frenos del lado opuesto para corregir trayectorias.
- Frenada automática de emergencia
- Control de crucero con sistema “Distronic” con asistente activo de la dirección.
- Faros de diodos con cambio automático de luces.
En suma, estamos frente a un monovolumen compacto realmente muy interesante y con un gran nivel de dotación, cuyas mayores virtudes son su nivel de habitabilidad, la suavidad y confort de marcha con que cuenta y la muy notable relación de prestaciones y consumos que aporta.
Un coche tan completo como este merece un seguro a su altura. Consulta las condiciones de los Seguros de coches MAPFRE y compara sus coberturas.
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