Este tercer “restyling” que sufre la tercera generación del Mazda 6 (sedán y wagon) surge de la necesidad de adaptarse a las nuevas regulaciones en emisiones (Euro 6d TEMP) y consumos (norma WLTP), también para ponerlo al día en materia de conectividad y algunas ayudas a la conducción.
Más elegante y refinado
Sus medidas apenas cambian, ya que parte de una carrocería bastante grande (4,87 m de largo el Sedán), ofreciéndose en sedán y familiar wagon, con la curiosa particularidad de ser este último algo más corto (4,81 m) y con menor batalla (2,75 m por 2,83 m el Sedán).
Y ya de paso ofrece nuevos niveles de acabado, establecidos en tres: el básico Evolution, el medio Zenith y el alto Signature, con una mejora desdoblada en el primero (Evolution y Evolution Tech) y el segundo (Zenith y Zenith + Pack Black o White). Su nivel es muy completo, con climatizador automático bizona y sensores de aparcamiento desde el Evolution, equipo de sonido Bose desde el Zenith y tapicería en piel napa en el Signature).
La parrilla es más estilizada, los faros de diodos son más finos, con los antiniebla integrados en los grupos ópticos principales, hay nuevos paragolpes y grupos ópticos traseros y en el interior se aprecia un notable aumento de calidad percibida. Se mantiene la aerodinámica del vehículo.
¿Qué hay bajo el capó?
Encontramos 4 opciones motrices, dos en gasolina:
- 0 SkyActiv-G de 145 CV
- 5 SkyActiv-G de 194 CV
y dos en motores diésel, ambos equipados con los sistemas i-Stop e i-Eloop:
- 2 SkyActiv D en 150 CV
- 2 SkyActiv D en 184 CV
Como novedad, el 2.5 se ofrece con desconexión selectiva de 2 cilindros en uso a carga parcial, lo que rebaja en hasta un 12% su consumo. Y en cuanto a la dirección y la suspensión también reciben modificaciones.
Progresa en seguridad
Las ayudas a la conducción se perfeccionan, con el sistema Mazda i-Activesense actualizado, con mejoras en el control de crucero adaptativo inteligente, ahora optimizado para la conducción en atascos, siendo capaz de detener el coche por completo, y reanudar la marcha, y también incorpora sistema de cámaras de visión a 360º.
La conectividad se amplía, funcionando bajo entornos Android Auto y Apple Car Play. Y también recibe una serie de ayudas de serie o en opción, según los niveles de equipamiento, lo que en definitiva representa importantes mejoras para el usuario del coche a lo que se añaden cambios en los asientos, volante, cuadro de instrumentos y la consola central.
Destacan los faros integrales de diodos ALH con cambio automático de luces y haz variable (hasta 80 m más de alcance en luz larga), visión perimetral a 360º, asistente de velocidad inteligente (ISA), control de crucero inteligente (MRCC), asistencia avanzada a la frenada urbana (SCBS), alerta de tráfico trasero, detector de fatiga, lector de señales de tráfico, sensor de presencia en ángulo muerto, aviso por salida involuntaria de carril (y mantenimiento activo en el mismo), etc… Ayudas de serie o en opción según los niveles de equipamiento.
Otras variaciones en los motores
En la parte técnica, el 2.0 G de gasolina adopta nuevas tomas de admisión, y una nueva forma de los pistones con una relación de compresión que sube a 13:1, con inyectores multiboca a alta presión, etc.
Todo ello permite aumentar un 6% el par desde bajo régimen, con unas emisiones que cumplen con holgura la nueva normativa WLTP / RDE incluso en partículas, sin necesidad de filtro de las mismas.
El 2.0 de 145 CV entrega su potencia a 6.000 rpm con un par de 21,7 mkg a 4.000 rpm, con un consumo medio de 6,2-6,3 l/100 km (141/144 g/km de CO2). Por su parte el 2.5 G desarrolla 194 CV a 6.000 rpm con un par máximo de 26,3 mkg a 4.000 rpm, con un consumo medio de 6,7-6,8 l/100 km (153/156 g/km de CO2), estrenando un sistema selectivo de desactivación de 2 cilindros de los 4 si se circula en llano a velocidad constante (desde 80 km/h).
En los diésel 2.2, se ha adoptado un nuevo sistema de reducción catalítica selectiva (SCR) a base de urea, que reduce sustancialmente las emisiones de NOx y permite cumplir la exigente normativa europea de emisiones (EURO 6d temp). Monta un nuevo turbocompresor doble de geometría variable de dos etapas que eleva la potencia del más potente a 184 CV a 4.500 rpm y el par máximo a 45,4 mkg a 2.000 rpm.
La versión de 150 CV los entrega también a 4.500 rpm, con un par de 38,7 mkg de 1.800 a 2.600 rpm y un consumo medio de 4,4-5,4 lts/100 km (117-142 grs/km de CO2), frente a los 4,7-5,4 lts/100 km del 184 CV.
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