Prueba del Hyundai Santa Fe 2.2 CRDI 4x4 Style

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Esta cuarta generación del Hyundai Santa Fe (nació en 2001) es el SUV más grande que oferta la marca coreana, mejorando su habitabilidad con acierto para 7 pasajeros (al desaparecer el Grand Santa Fe). Hemos querido probar su versión más alta, con motor diésel de 200 CV, modelo 4×4 Style.

Cuarta generación del Hyundai Santa Fe, novedades

El nuevo Hyundai Santa Fe da la talla. Aunque no nos referimos a su tamaño grande, sino a su suavidad de rodadura y confort tanto el de su espacio habitable como el de suspensión, mejora de la calidad percibida y equipamiento tecnológico, y un buen puesto de conducción, lo que le convierten en un SUV muy a tener en cuenta para viajar en familia.

Su estilo de carrocería sigue la tendencia de los últimos modelos de la marca coreana, con un frontal completamente nuevo, parrilla en forma de cascada y los faros en dos “pisos”, con una fina banda de luces sobre los faros (Led en opción), capó algo más largo (con los pilares del parabrisa más retrasado) y un abultado parachoques.

Monta llantas de aleación de 7,5×19 pulgadas con neumáticos 235/55 R19 (que pasan a ser de 17” en los niveles Essence y Klass, con neumáticos de 235/65 R17 y de 18” en el Tecno, con 235/60 R18). Lleva las luces de diodos para posición, freno e intermitencia sobre el portón, y en el paragolpes los de marcha atrás y antiniebla, en un grupo óptico conjunto.

Sale a la venta en 55.200 €, aunque sobre este precio el concesionario suele descontar como ayuda hasta unos 4.500 euros si se financia con él. Aunque también hay que decir que si bajamos al más básico de gasolina 2.4 GDI de 184 CV y tracción solo delantera con cambio automático, tampoco es una mala opción familiar  y el precio baja a 37.000 euros, descuentos aparte.

Volviendo a la versión probada, la más lujosa, con la tracción total desconectable y el cambio automático de 8 velocidades, solo cabe alabar su rigidez, comportamiento y habitabilidad, comprobados en un recorrido de más de 1.000 km por seis personas turnándose en las posiciones de los asientos para ser más objetivos. Y resaltar que los pasajeros de los asientos traseros no van nada mal.

Prueba de Hyundai Santa Fe 2.2: sobresaliente en habitabilidad

Pero vayamos por partes, empezando por la ganancia en habitabilidad y maletero que sus nuevas medidas permiten; con 4,77 m de largo (7 cm más que la versión anterior) y 2,77 m de batalla (también +7 cm), por 1,89 m de ancho y 1,68 de alto, no sólo gana en amplitud interna sino también en funcionalidad y versatilidad.

Destaca también el mejor acceso a la tercera fila de asientos, y un nuevo sistema de plegado de asientos más rápido (en la 2ª y 3ª fila), la segunda deslizable y la tercera se puede esconder bajo el suelo del maletero aumentando su capacidad a 625 litros. Incluso con 7 plazas ocupadas le quedan 215 litros, suficientes para un uso cotidiano, aunque no para viajes largos.

Eso sí, con todos los asientos plegados salvo los dos delanteros el volumen total sube a 1.625 litros… De todas formas,  lo conveniente es llevar bolsas de viaje en lugar de maletas ya que abultan menos para esos viajes con 6 o 7 personas, y dificultan menos la visibilidad a través de la luneta trasera, bastante amplia.

Destacado puesto de conducción

En el centro destaca la pantalla multifunción flotante (de 7” u 8” si lleva navegador) en una posición más alta, y se aprecia un notable aumento de la calidad percibida en materiales, ajustes y acabados (con tres tonos de tapicería a elegir tanto en piel como textil). El sistema multimedia reconoce los Apple CarPlay y Android Auto.

Novedades también a destacar son el “head up display” a color frente al conductor, y el soporte para la recarga inalámbrica de móviles. Y puede incorporar el asistente de salida segura, para prevenir la aproximación de un vehículo por detrás, estando el coche parado. En ese caso, el Santa Fe bloquea las puertas, desbloqueándolas cuando el peligro ha pasado.

Confort de rodadura

Su motricidad no puede ser más convincente: con su par de casi 45 mkg (entre 1.750 y 2.750 rpm), logra un muy buen nivel de rendimiento, adelantando con facilidad y anunciando 203 km/h de velocidad punta y 9,4 segundos de 0 a 100 km/h. Los frenos son contundentes y el pedal tiene buen tacto.

Este gran SUV tiene una rodadura suave, está bien insonorizado, no hay exceso de movimientos laterales ni delanteros de cabeceo de la carrocería y su paso por curva es rápido. Transmite un gran agrado de conducción acompañado por unos buenos frenos y confortable dirección y rodeados por un equipamiento de seguridad muy alto.

Durante la prueba del modelo, hemos apreciado la proyección de datos en el parabrisas a color, así como el nuevo cuadro digital (8”) que indica la cantidad de par que recibe cada rueda en el momento, y en combinación con los modos de conducción, adapta su reparto para primar la aceleración, la estabilidad o la eficiencia energética.

Cuatro modos de conducción

Respecto a los modos de conducción, conviene recordar que modifican también el reparto de la tracción total HTRAC dentro del control Drive Mode, con los tres primeros prefijados (Eco, Confort y Sport) y un cuarto variable (Smart):

• El modo Eco busca la máxima eficiencia en consumo con tracción sólo delantera.
• El modo Confort tiende a un compromiso entre ésta y las prestaciones, pudiendo mandar hasta el 35% del par motriz al eje trasero.
• El modo Sport se decanta por estas últimas subiendo hasta el 50% la posible entrega de par al eje posterior.
• Por último, el modo Smart combina de forma automática las variables de los tres modos según las condiciones del tráfico, siendo el más recomendable en condiciones normales, y siendo además, junto con los dos primeros, el que logra el mayor silencio de marcha, gracias a la buena insonorización del habitáculo.

El reparto de tracción en el modo Smart es imperceptible, y se nota que esta tracción total HTRAC es un claro avance respecto a la anterior, lo mismo que el cambio automático de 8 relaciones, que viene de serie con levas de cambio al volante, lo que facilita mucho su uso secuencial, siendo bastante suave y preciso.

El turbodiésel 2.2 CRDi tiene buena tracción y alto par, empujando con firmeza a bajo y medio régimen, sin ser apenas ruidoso y con un consumo bastante razonable (no llega a 7 litros cada 100 km en carretera a velocidades legales y 8 litros en ciudad – según el ordenador de a bordo-), siendo su comportamiento menos ágil en ciudad por su tamaño y peso de 2 toneladas).

Luego tenemos las ayudas a la conducción ya conocidas, como el asistente de mantenimiento en carril, la alerta por tráfico cruzado trasero, aviso de presencia en el ángulo muerto o la frenada de emergencia para evitar, entre otras, las colisiones frontales.

Todo un conjunto que busca consagrar su firme posición en el mercado de los SUV familiares, como lo demuestra el éxito de sus ventas. A ello contribuye su atractivo precio y un completo equipamiento avalados por una garantía de 5 años.