Este nuevo X5 se sitúa un peldaño por debajo de su hermano mayor X7, pero sin perder su vocación de estatus y representatividad. Su nueva plataforma roza los 3 m de batalla (4 cm más que antes) y pese a ello es más ligera y rígida.
Más espacio para el nuevo BMW X5
También es más largo, alto y ancho (3,6 cm más de largo por 6,6 cm más de ancho -2 m justos- y casi 2 cm más de alto (1,75 m), aumento de cotas que se traduce en un habitáculo más espacioso, con posibilidad de ofrecer como hasta ahora 5 o 7 plazas (al igual que hacen rivales como los Audi Q7 o el Volvo XC90), bajo una configuración dotada de ajuste eléctrico en opción para mover longitudinalmente la segunda fila de asientos en el caso del 7 plazas.
Los respaldos de la segunda fila están divididos en tres partes (40:20:40) y abatidos permiten aumentar la capacidad de un maletero que cubica nada menos que 645 litros con 5 asientos (500 l en el híbrido enchufable, por las baterías), el mismo del actual X5, aunque es de suponer que la versión de 7 plazas tendrá menos volumen (aunque no mucho menos, el actual X5 de 7 plazas anuncia 575 litros).
Continuidad estética del diseño
Estéticamente, el nuevo X5 presenta una estampa claramente continuista tanto en el frontal como en la zaga, muy similares a las del actual X3, con nuevos faros y grupos ópticos OLED (por diodos orgánicos). Los faros son de diodos de serie.
El portón trasero va partido, con la mitad superior con la luneta de apertura vertical hacia arriba, y la mitad inferior hacia abajo, ambas accionadas eléctricamente. La cortina cubre-equipajes se recoge automáticamente en su alojamiento al abrir la parte superior y se esconde eléctricamente bajo el suelo del maletero accionando un botón, dejando una superficie de carga plana.
En el interior encontramos un cuadro digital de 12,3” junto a una pantalla táctil multimedia del mismo tamaño, además de varios elementos comunes con los demás X de BMW. También hay disponibles numerosos huecos útiles, soporte de recarga inalámbrica para teléfonos móviles y el sistema operativo BMW 7.0 para la instrumentación digital y del sistema multimedia que permite, según BMW, mayor personalización de la información con un manejo más rápido e intuitivo del sistema. Y aunque la pantalla central es táctil, como sucede en otros modelos de la marca bávara, también se puede manejar mediante la ruleta giratoria iDrive desde la consola central.
Hay dos líneas de acabado, xLine y M Sport, la primera con una estética más “off road” y la segunda más deportiva. El BMW xLine se distingue sobre todo por su parrilla en aluminio mate, con taloneras, barras del techo y marcos de ventanillas en aluminio satinado. Por su parte el M Sport lleva los pasos de rueda, parachoques y faldones laterales en color carrocería, mayores tomas de aire en el parachoques delantero y lamas de la parrilla en aluminio mate.
Y en cuanto al tren rodante, el nuevo BMW X5 parte de llantas de 18” de serie en el nivel básico, que suben a 19” en los xLine y hasta 20” en los M Sport, pudiendo llegar en opción hasta las 22”.
La suspensión, incluye la amortiguación variable (con dos modos de actuación, Confort y Sport), pero la suspensión neumática capaz de regular la altura libre al suelo (en hasta 4 cm de más o de menos) es siempre opcional, pudiendo además variar su altura de forma automática (a partir de 140 km/h, se baja 2 cm en el modo de conducción Sport).
Igualmente, opcionales son las barras estabilizadoras activas (según las circunstancias, modifican su resistencia a la torsión para incrementar el confort o disminuir el balanceo de la carrocería), y la dirección activa integral a las ruedas traseras, que, en función de la velocidad, hace que éstas giren en la misma dirección o en la opuesta a las delanteras, en beneficio de la estabilidad o la capacidad de maniobra. Y también el paquete específico todoterreno es opcional, incluyendo una protección de bajos más robusta, suspensión neumática y bloqueo del diferencial trasero.
Nuevo BMW X5 2019: Predominio diésel
La oferta mecánica inicial para Europa se limita a un motor de gasolina de 340 CV (xDrive40i) y dos diésel de 265 y 400 CV (xDrive30d y M50d), motores mucho más eficientes que la gasolina. Los tres de 6 cilindros turboalimentados, con inyección directa y 3 litros de cilindrada (2.998 cm³ el gasolina y 2.993 cm³ los diésel).
La sobrealimentación varía desde un turbocompresor simple (xDrive 30d), un “twin scroll” de doble entrada (xDrive 40i) y hasta cuatro (M50d), montando todo el cambio automático ZF Steptronic de 8 relaciones (según BMW, con desarrollos alargados y distinta gestión electrónica para mejorar su eficiencia).
La tracción total xDrive también es de serie en los tres motores, habiendo variado su reparto, ahora más rápido y preciso. En condiciones de buena adherencia todo el par motriz va a las ruedas traseras, y en cuanto pierde agarre, parte del mismo se traslada a las delanteras.
Cuenta también con una configuración «deportiva» mediante la cual se prioriza el reparto de par hacia el eje posterior, y en opción (de serie en el M50d y en los paquetes M Sport y Off-Road) se ofrece el diferencial autoblocante electrónico trasero.
El M50d además monta una suspensión especial con amortiguación más firme. Respecto al rendimiento de cada motor, el del xDrive40i da sus 340 CV entre 5.500 y 6.500 rpm con un par de casi 46 mkg de 1.500 a 5200 rpm, con una inyección directa de gasolina a 350 bares y 11:1 de relación de compresión, con un turbo de doble entrada y distribución variable Valvetronic y Doble VANOS.
De los dos diésel, el xDrive30d entrega sus 265 CV a 4.000 rpm con 63,2 mkg de par entre 2.000 y 2.500 rpm. Su inyección directa trabaja a 2.500 bares y monta turbocompresor variable y catalizador SCR de reducción selectiva con inyección de urea (AdBlue) para rebajar emisiones de NOx, mientras que el del X5 más potente, el M50d da sus 400 CV a 4.400 rpm y 77,5 mkg entre 2.000 y 3.000 rpm, con la diferencia frente al x30d de su sobrealimentación cuádruple (con dos turbos de baja presión y dos de alta presión). A bajo régimen soplan los dos de baja presión y uno de alta, y a partir de 2.500 rpm, también el segundo de alta.
Nueva versión híbrida enchufable
Más adelante, llegará la versión híbrida enchufable xDrive45e iPerformance con 394 CV de potencia y 600 Nm de par máximo. Dotada de un motor 6 cilindros gasolina específico de 286 CV (de la actual familia BMW EfficientDynamics) combinado con la última generación de tecnología BMW eDrive, que desarrolla una potencia del sistema eléctrico de 112 CV asociada a una batería de iones de litio.
El sistema híbrido está acoplado también a la caja Steptronic de 8 velocidades y al sistema inteligente de tracción total BMW xDrive que transfiere el par motor a las cuatro ruedas cuando se conduce solo con energía eléctrica, se usa el motor de combustión o se emplean ambas unidades motrices. La autonomía en modo eléctrico casi se triplica respecto a su antecesor, llegando hasta los 80 km, con un consumo combinado de 2,1 l/100 km (49 g/km de CO2).
Nuevo BMW X5 2019: Gran muestrario de ayudas tecnológicas
El nuevo X5 llegará a la última, con frenada autónoma de emergencia que detecta también a peatones y ciclistas, sensores de aparcamiento delanteros y traseros, aviso de mantenimiento de carril y muchos sistemas más. Pero los más novedosos serán opcionales, como el control de crucero inteligente (activo), capaz de arrancar de nuevo el coche si antes ha habido que detenerlo. Y si la detención dura más de 30 segundos, el conductor debe pisar el acelerador para que el control se reinicie.
También opcional es el asistente activo de mantenimiento de carril (capaz de actuar sobre la dirección a fin de mantener el vehículo dentro de las señales), asistente que también puede cambiar de carril de manera automática activando el intermitente del lado al que se quiere ir (siempre y cuando no haya riesgo de colisión con otro vehículo que esté en ese carril.). La seguridad es una prioridad, y hace excelente pareja con un Seguro de Coche MAPFRE.
Igualmente, opcional es el asistente de aparcamiento autónomo, que actúa sobre dirección, freno y acelerador para hacer las maniobras y, sobre todo, una nueva y curiosa ayuda: el asistente de marcha atrás, un sistema que asume el control de la dirección al ir marcha atrás por un trayecto previamente recorrido hacia delante (puede retroceder hasta 80 m de recorrido); el conductor sólo debe controlar la velocidad.
Este sistema se activa pulsando un botón con el selector del cambio está en la posición «P». Según se avanza, el sistema registra y memoriza los movimientos de volante, y además almacena los datos para utilizarlos al momento o bien más tarde.
En suma, una completa dotación para un SUV “premium” cuyos precios parten de 72.800 € en el X5 xDrive40i, pasando por los 76.000 € del xDrive30d y llegando a los 111.900€ del más potente M50d.
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