Aunque nos preguntemos cuál será la dirección de los coches en el futuro, o nos arriesguemos a afirmar que en diez años no habrá más coches diésel, parece que la dirección de la automoción está en tres puntos clave: los coches eléctricos, el coche conectado y el coche autónomo.
Hay muchas empresas que están intentando entrar en el futuro de la automoción. Desde marcas que llevan fabricando coches desde hace 90 años hasta marcas que no han fabricado uno en toda su existencia. Es un mercado que promete expandirse con unos beneficios tales, que todos quieren sentarse a la mesa.
El Grupo PSA es el mayor grupo de automóviles de Francia, y el segundo en Europa, por detrás únicamente de Volkswagen. Se formó a partir de la adquisición de Citroën por parte de Peugeot, desarrollaron DS (que era propiedad de Citroën) y recientemente han adquirido Opel a General Motors.
Los grupos grandes no quieren quedarse atrás en un mercado que está cambiando con la llegada de las nuevas tecnologías. Coches como el nuevo Mercedes Clase E pueden aparcar solos, con el conductor fuera del vehículo. Tesla tiene un sistema semi-autónomo denominado Autopilot que se mejora a sí mismo con cada kilómetro recorrido, recopilando la información de otros conductores que lo usan.
Tipos de coche autónomo
La Organización Internacional de Fabricantes de Automóviles ha creado una clasificación de grados de autonomía que puede tener un vehículo. Los niveles se distribuyen así:
“Hands-on”: el vehículo puede desempeñar funciones automáticas (distancia de seguridad, mantenerse en el carril…), pero requiere que el conductor mantenga las manos en el volante. Muchas funciones de asistencia a la conducción de los coches modernos se pueden considerar nivel 1.
- “Hands-off”: la conducción es automática, pero requiere la atención constante del conductor, para que intervenga en caso necesario. La mayoría de vehículos semi-autónomos de hoy en día se encuentran en este nivel.
- “Eyes-off”: el coche se puede conducir de manera autónoma en ciertas condiciones sin la necesidad de la supervisión del conductor, a menos que lo exija el sistema.
- “Mind-off”: el paso siguiente es prácticamente permitir al coche realizar casi todas las funciones él mismo, con una intervención mínima del conductor. En este nivel, los conductores podrán prestar atención a cualquier otra cosa aparte del volante.
- “Driverless”: el último nivel para los coches autónomos, asume que no hará falta ningún tipo de presencia por parte del conductor. Su movimiento se hará de forma completamente automática y es posible que no tengan ni volante.
Aunque todavía nos suene a ciencia ficción, lo cierto es que los fabricantes llevan muchos años ya trabajando en estas funciones para sus coches. Todavía queda mucho camino por recorrer, pero ya hay en el mercado vehículos con nivel 3 de autonomía. Los modelos de pruebas son más sofisticados, pero llegará el momento en el que desaparezca el error humano de la ecuación de los vehículos.
Y es que, es precisamente el error humano la mayor causa de accidentes en la carretera. Todavía hay personas que conducen bajo la influencia del alcohol, el sueño o las distracciones y nuestro organismo no está diseñado para reaccionar a las velocidades a las que se mueven los coches, tiempos abismales si los comparamos con la precisión de máquinas equipadas con sofisticados sensores y procesadores capaces de hacer cálculos complejos en milésimas de segundo.
El Grupo PSA en concreto, lleva probando su sistema autónomo desde 2015 en las carreteras francesas; el pasado marzo comenzó la prueba en carreteras abiertas por “conductores no-expertos”. De hecho, muchos de sus coches, como los Peugeot 208, 308 o 2008, o los Citroën C4 Picasso o C3 ya cuentan con funciones de nivel 1.
Sin embargo, no piensan detenerse allí: están trabajando en un plan llamado AVA (Vehículos Autónomos para Todos, por sus siglas en inglés), que traerá por primera vez funcionalidades de nivel 2 el año que viene en su DS7 Crossback, un SUV de lujo que contará con conducción autónoma en carreteras y autopistas, además de un sistema de reconocimiento de obstáculos basado en la visión nocturna.
El siguiente paso está previsto para 2020, cuando esperan que toda su gama (Peugeot, Citroën, DS y Opel) cuente con funciones autónomas que permitan delegar completamente el trabajo en el ordenador de a bordo de sus coches.
De momento, llevan ya más de 120.000 kilómetros recorridos con sus sistemas autónomos, cuentan con 15 prototipos de pruebas de sus diferentes marcas que sirven para comprobar la seguridad operativa de sus coches y calibrar las situaciones peligrosas a las que se puedan enfrentar. Tienen tres años para pulir los desperfectos y presentar un sistema que sea completamente fluido y sin fallos, hay mucho en juego y pretenden dejar el listón bien alto.
Es innegable que la mayoría de fabricantes se están volcando para conseguir que los nuevos coches autónomos sean lo que el público espera de ellos: sistemas sofisticados que parezcan sacados de una película de ciencia ficción. Hasta entonces queda tiempo todavía, pero menos de lo que muchos creen. Eso sí, los fabricantes deberán seguir trabajando para hacer de las carreteras un lugar sin accidentes por culpa del error humano.
De momento, tendremos que asumir nuestra responsabilidad y contar con un seguro que nos cubra precisamente de ese error humano todavía presente en las carreteras. La oferta de los Seguros de Coche MAPFRE es amplia y tiene un abanico de coberturas diseñadas para los conductores (o los sistemas autónomos) más exigentes.
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