Probamos a fondo el BMW Serie 2 Coupé 220d

Probamos a fondo el BMW Serie 2 Coupé 220d
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Con un diseño atractivo, el BMW Serie 2 Coupé es un claro ejemplo de deportividad y seguridad, con un motor refinado y potente.

Resumen del contenido

  1. La mejora es evidente y siempre continua
  2. Un motor muy agradecido y elástico
  3. Deportividad con comportamiento impecable
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Con el típico estilo deportivo de la marca bávara, probamos este atractivo y funcional BMW Serie 2 Coupé 220d con 190 CV y equipamiento M Sport, para uso urbano y de carretera, concebido para un perfil de usuario joven, amante de la conducción y de las emociones al volante. Ofrece un buen nivel práctico con sus 2 puertas y dos volúmenes y medio, estética exclusiva y dimensiones adecuadas.

Como se sabe, los números pares son los que ahora designan en BMW a los coupés y cabrios, aunque excepcionalmente también entran en la Serie 2 otras carrocerías especiales como los Tourer y Grand Tourer. En esta ocasión, BMW ha optado por sustituir al anterior Serie 1 Coupé y darle un diseño específico y una identidad propia como Serie 2.

Fuente: Motor Mundial

Su estética, actualizada el año pasado con nuevos faros Bi-LED adaptativos y pilotos LED rediseñados, al igual que la parrilla, supone un valor añadido que se completa con el propio dinamismo del coche, como coupé compacto con amplias aletas, capota larga y cabina retrasada, una configuración que le da un aspecto muy dinámico no exento de elegancia.

La mejora es evidente y siempre continua

Como no podía ser de otra forma, la marca bávara ha marcado sus distancias frente al Serie 1 Coupé, al que supera en longitud (7 cm más, hasta los 4,43 m), en anchura (1,77 m, 3 cm más) y reduciendo su altura hasta los 1,42 m, o sea 5 cm menos que el Serie 1 Coupé, sobre una plataforma con 3 cm más de batalla (2,69 m).

Fuente: Motor Mundial

Gana también en ancho de vías (+4 cm), formando un estilizado y aerodinámico conjunto (Cx de 0,28). Destaca la longitud del capó, las puertas con ventanas sin marco y la anchura de la parte trasera, que delata se trata de un coche de propulsión trasera y más si nos fijamos en sus llantas de aleación opcionales de 18” calzadas con neumáticos (225/40 delante por 245/35 detrás).

El interior es el de un auténtico 2+2, con 4 plazas bastante cómodas, ganando en longitud, anchura y altura interior. Las butacas delanteras traen regulación eléctrica y las traseras están muy bien aprovechadas, acogiendo bastante bien a sus ocupantes, si bien detrás las personas de más de 1,80 m deben de escurrirse un poco para no dar con el techo en sus cabezas.

Y de propina, nos ofrece un maletero de 390 litros de capacidad, de los mayores de su clase, (son 20 litros más sobre el anterior Serie 1 Coupé), aunque al llevar la batería bajo su piso, no puede llevar rueda de repuesto. Y como corresponde a esta marca “premium”, los ajustes y acabado son impecables, con una buena calidad de materiales, aunque no llegan al nivel de un Serie 4.

Fuente: Motor Mundial

El salpicadero se orienta más hacia el conductor, con el rediseñado cuadro de instrumentación Black Panel, muy completo y de fácil lectura, protegido por una cúpula. Lleva en la parte superior central el Navegador Professional (opcional), con pantalla táctil de 8,8 pulgadas, mando por voz y controlador iDrive con función táctil.

El conductor puede elegir los reglajes personalizados, con cuatro modos de utilización; Eco Pro (permite hasta un 21% menos de consumo, incluye conducción en modo inercia al soltar el acelerador, desacoplando la marcha engranada previamente); Confort (conducción más suave) y Sport (actúa sobre la dirección, cambio de marchas y aceleración, de forma inmediata).

Por último, el Sport+ está orientado a una conducción muy deportiva, y con los mismos reglajes del modo Sport, pero activando el control de tracción DTC, lo que retrasa la intervención de control de estabilidad DSC, dejando derrapar controladamente el coche.

Si decidimos prescindir también del DSC, se activa la función ADB-Sport (bloqueo activo electrónico del diferencial del eje posterior), activando el freno de la rueda motriz que patina al acelerar en curvas cerradas.

Fuente: Motor Mundial

BMW cuida la seguridad activa y pasiva con dispositivos como seis airbags, la protección de peatones mediante un capó activo que se retrae automáticamente en caso de atropello, zona frontal de deformación programada, asistente de luz en carretera, aviso anticolisión y mantenimiento de la trayectoria en carretera.

Otros sistemas de asistencia al conductor -ya opcionales- son el Control de Crucero activo con función Stop&Go y el Driving Assistant con aviso de abandono del carril y una función de frenado de emergencia en el tráfico urbano.

Un motor muy agradecido y elástico

Nos ha gustado mucho el motor turbodiésel 220d, un prodigio de suavidad y refinamiento. Es el mismo y ligero 4 cilindros de 16 válvulas todo de aluminio del desaparecido Serie 1 Coupé, pero aún mejorado (sus 1.995 cc dan ahora 190 CV en vez de 184, siempre al mismo régimen de 4.000 rpm), sobre todo en su par máximo que sube –y se nota– de 38,8 a 41,4 mkg entre 1.750 y 2.500 rpm.

La alimentación se efectúa por inyección directa y la sobrealimentación por un turbo Twin-Scroll, con distribución variable Vanos y Valvetronic. También se ha mejorado la rigidez del bastidor para garantizar el comportamiento del coche en carretera, aunque su conjunto es bastante ligero.

Fuente: Motor Mundial

La suspensión delantera es de tipo McPherson con brazos interiores de aluminio y barra estabilizadora, mientras que la trasera de tipo multibrazo también lleva amortiguadores hidráulicos y barra estabilizadora. La dirección monta asistencia eléctrica variable según la velocidad y los frenos disponen de 4 discos ventilados. En definitiva, el nuevo coupé compacto no va mal servido.

El motor no solo es un prodigio de suavidad y refinamiento, tiene mucho par disponible a bajas vueltas con una respuesta inmediata sobre las 1.500 rpm, que le permiten un uso muy tranquilo, sin perjuicio de dar todo lo mucho que lleva dentro a partir de 3.000 rpm, hasta llegar casi a 5.000 rpm, aunque la potencia máxima la da a 4.000 rpm.

Sus prestaciones son realmente brillantes, con una velocidad máxima oficial de 230 km/h, acelerando de 0 a 100 km/h en sólo 7,1 segundos. Cubre el km en 28,1 segundos, datos de referencia en su categoría, con unas recuperaciones también muy brillantes (con la palanca del cambio en “D” y a 50 km/h cubre los 1.000 en 26,8).

Y todo con un consumo oficial bajísimo de gasóleo, ayudado por su aerodinámica y por su cambio a automático ZF Steptronic, que con las medidas de llantas opcionales de 18” y sus neumáticos, suben fácilmente un litro. También ayuda el cambio de 8 marchas, de relación bastante cerrada en las 5 primeras y más abierta en las tres últimas, para rodar en marchas largas con suficiente potencia y bajo consumo.

Deportividad con comportamiento impecable

Al arrancar notamos su bajo nivel sonoro, fruto de su buena insonorización, y una vez en marcha ofrece un comportamiento realmente intachable, con mínimos movimientos de carrocería y un óptimo equilibrio entre eficiencia y confort. Es un coche que da confianza y cuya conducción resulta satisfactoria en todo tipo de condiciones y carreteras.

A todo lo anterior contribuye la experiencia de la firma bávara, al beneficiarle un equilibrado reparto de peso al 50/50, su mayor batalla y anchura de vías, su mayor rigidez torsional y un centro de gravedad muy bajo. Pese a sus 1.410 kg, el coche se muestra ágil y con un total aplomo.

Si se rueda rápido por carreteras muy viradas, el diferencial trasero se hace notar aplicando el freno sobre la rueda motriz interior para mantener invariable la trayectoria, apreciándose un ligero sobreviraje.

En un coupé tan deportivo como este, no podía faltar la suspensión deportiva “M” opcional (reduce la altura del vehículo 10 mm), bastante firme, muy efectiva y bien resuelta como tuvimos ocasión de probar en diferentes condiciones, incluso después de un largo trayecto, los riñones apenas lo acusaban, y eso que al principio da la sensación de ser muy dura.

El coche es muy silencioso, sólo se aprecia el ruido del motor si lo subimos mucho de régimen, aunque el que sí es alto y constante es el ruido de rodadura, consecuencia de sus enormes neumáticos.

Durante la prueba el control de estabilidad actuando en modo DTC (control dinámico de tracción) retrasa su intervención para dar más agilidad a la conducción y cuando se desconecta actúa el modo ADB, que bloquea el diferencial. En cuanto a la dirección Servotronic es directa y muy precisa, con un tacto muy natural que permite sentir la carretera.

Fuente: Motor Mundial

Los frenos tipo “M” (4 discos ventilados, con pinzas de 4 pistones delante y 2 detrás), ofrecen una frenada potente, recta y precisa, que facilita frenar más tarde y recto antes de llegar a la curva y después se sitúa la dirección en el vértice con suavidad, obligando a corregir un ligero sobreviraje.

En definitiva, todo un lujo que luego hay que pagar bastante caro, lo que redunda en un precio final algo alto, partiendo la gama de 37.900 euros (43.995 € la unidad probada), pero es el precio de una exclusividad práctica bajo la última tecnología de vanguardia.

Y a la hora de calificarle, Motor Mundial destaca a favor su atractivo diseño y confort; la calidad percibida de su interior; su comportamiento rutero y consumo contenido; y naturalmente, la potencia y el refinamiento de su motor. Y en contra muy poca cosa: la suspensión algo dura, las llantas de 18 pulgadas y el ruido de rodadura.

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