El nuevo BMW Serie 1 tercera generación, ha cambiado tanto, en tecnología y en diseño, que casi no se le reconoce.
Rival directo de la Clase A de Mercedes y el Audi A3, abandona la propulsión trasera para pasar a la tracción delantera (como ya hicieron los modelos Serie 2 Active, Gran Tourer, X1 y X2) es más ligero y sus motores van en posición horizontal. Tiene menor batalla, pero superior habitabilidad y un maletero algo mayor, y su silueta también cambia ofreciéndose solo en 5 puertas, desapareciendo el motor de 6 cilindros.
Además, los ingenieros de la casa han realizado un excelente trabajo para que el coche tenga ese “toque de carretera” digno de sus antepasados, manteniendo un dinamismo deportivo fácil de conducir con una gran calidad de rodadura.
Las medidas externas apenas cambian, pero estas variaciones, en contra de lo que pudiera parecer, mejoran incluso su habitabilidad en la zona trasera.
Gana en habitabilidad y confort
En realidad, la mayor ganancia interior es la casi desaparición del túnel central de transmisión (ahora mucho menos voluminoso) pese a que su imagen es ahora más compacta, con un capó menos largo (antes necesario para retrasar el motor y favorecer un reparto de pesos más neutro en el antiguo modelo) y algo más de maletero, al carecer de puente motriz (380 litros ahora frente a 360 antes, con 1.200 con los asientos traseros abatidos).
El peso disminuye algo (el nuevo chasis es 30 kg más ligero, gracias a un mayor uso del aluminio -capó y portón trasero- y del acero de ultra alta resistencia.
La nueva plataforma no implica cambio de suspensiones, que repiten el esquema conocido: por eje McPherson delantero y multibrazo trasero, pero BMW ofrece tres tipos distintos de tarados; el de serie (con distinto ajuste final en función de la motorización escogida), el deportivo M Sport (con amortiguación más dura y altura rebajada 1 cm) y finalmente la suspensión con amortiguación electrónica variable, con dos niveles de ajuste (Comfort y Sport).
Se aprecian los 20 litros más de capacidad de maletero, igualando su volumen con el del Audi A3 Sportback y el Volskwagen Golf (y con 10 litros más sobre los Clase A de Mercedes) y se mejora el acceso al mismo gracias al mayor hueco que ahora despeja el portón, algo menos vertical que antes. Los asientos traseros se pliegan por mitades asimétricas (60/40), si bien en opción los respaldos lo pueden hacer de forma triple e independiente (40/20/40).
Al volante, el cuadro de instrumentación presenta los dos clásicos relojes analógicos y una pantalla de información de 5,1 pulgadas (dentro del cuadro que es de 8,8” de serie), pero en opción puede equipar el cuadro digital «Live Cockpit Professional», con pantalla digital de 10,25”, que es el mismo tamaño de la pantalla multimedia de la consola central.
Esta pantalla ofrece varias posibilidades de configuración y el sistema operativo 7.0 de BMW que además del manejo gestual puede actualizar su programación por conexión inalámbrica.
Además, el nuevo BMW Serie 1 estrena un nuevo estilo de decoración y luz ambiental por diodos, con molduras integradas en el salpicadero e iluminación cenital en colores, que puede elegirse en función del estado de ánimo de los pasajeros.
Cuatro niveles de acabado y muchas opciones
El nuevo BMW Serie 1 se ofrece en cuatro niveles: el básico Advantage, dos medios –uno de confort, el Luxury, y otro deportivo, el Sport Line- y el exclusivo M Sport como alto de gama. Estos niveles implican algunos cambios externos como perfiles en negro mate o brillo, cromados en perfiles, espejos o contorno de lunas laterales (Shadow Line, etc.).
De serie todos equipan elementos como la frenada de emergencia urbana o la alerta activa por cambio involuntario de carril. En opción se ofrece el control de crucero activo (capaz de detener el coche y reanudar la marcha de forma automática en las versiones con cambio automático).
Otras opciones posibles son la alerta por tráfico posterior cruzado (con función de frenado automático), el asistente de marcha atrás o el asistente de aparcamiento semiautomático.
Hay otra singularidad para entrar y salir del coche, así como arrancar y apagar el motor prescindiendo de la clásica llave, en base a la aplicación «BMW Digital Key», que permite el acceso y arranque desde un teléfono móvil, una vez instalada en este.
También opcional es el asistente personal inteligente. Los faros de diodos “full LED” son también opcionales, algo que hoy ya resulta difícil de explicar en una marca premium como BMW.
Sin embargo, otras opciones sí resultan más razonables para su oferta comercial, como el techo panorámico de vidrio o el Head-up Display a color sobre una superficie de proyección de 9,2”, lo mismo que el portón con apertura y cierre automáticos, la iluminación ambiental con tres programas predefinidos en 6 colores o el sofisticado equipo hi-fi Harman/Kardon con 16 altavoces.
Y como en otros BMW, el Serie 1 tendrá un selector de modos de conducción (Driving Experience Control) con 4 predefinidos -Eco, Comfort, Sport y Sport+- que modifican la respuesta del motor, caja de cambios, suspensión, dirección, etc, según el modo elegido. Aunque lógicamente, a mayor deportividad obtendremos mayor consumo.
De momento, más diésel que gasolina
A nivel motriz, BMW estrena su nueva Serie 1 con 5 variantes, dos de gasolina y tres diésel, todos cumplidores de la normativa Euro 6d TEMP y todos turboalimentados y con inyección directa. Es evidente que se trata de una oferta inicial que más adelante se irá completando.
Los turbocompresores son todos de doble entrada (Twin Power Turbo), y dado el cambio de tracción del eje posterior al anterior, BMW ha aplicado algunas novedades para mantener el “tacto” y rapidez de respuesta habitual de sus coches en este Serie 1 “todo delante”. Así, todos los Serie 1 traerán de serie un control vectorial de par que permite un paso por curva más rápido actuando sobre los frenos de la rueda interior en curva.
Y, además, todos los Serie 1 equiparán también de serie el control de tracción ARB, un limitador de deslizamiento de rueda controlado por la centralita de gestión del motor, y no por la del control de estabilidad (ESP) como hasta ahora.
Así, se logra una transmisión de datos entre el control de tracción y la unidad de gestión del motor hasta tres veces más rápida, mejorando la precisión de respuesta del sistema para reducir las pérdidas de adherencia y las reacciones en la dirección.
Estos aditamentos serán especialmente útiles en el hasta ahora Serie 1 más potente, el M135i xDrive de 306 CV (51.700 euros), que además incorpora un diferencial autoblocante para el eje delantero, una caja de cambios con función «Launch Control» (para salir desde parado con la máxima aceleración posible), una dirección con ajuste específico y un sistema de frenos reforzado.
También presenta algunos elementos propios, como una parrilla delantera específica, unas salidas de escape de 10 cm de diámetro o unas exclusivas llantas de aleación de 18”.
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