¿Se puede hackear un coche?

¿Se puede hackear un coche?
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Los automóviles actuales son dispositivos complejos y conectados con grandes mejoras de seguridad, pero el hackeo es un riesgo real debido a la gran digitalización de los vehículos modernos.

Resumen del contenido

  1. Las vulnerabilidades más comunes
  2. Ejemplos de hackeos conocidos de coches
  3. Las mínimas medidas de seguridad a realizar
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Los sistemas actuales de los vehículos modernos están interconectados a través de una red interna llamada CAN (Controller Area Network), que es la que permite la comunicación entre diferentes componentes del coche.

Muchos coches están también ya conectados a Internet, lo que permite actualizaciones de software, diagnósticos remotos y servicios de conectividad.

Precisamente esta conexión de los sistemas a través de redes externas (internet, Bluetooth) es la que introduce la posibilidad de ataques cibernéticos que podrían ser realizados por atacantes con las habilidades adecuadas para poder tomar el control de ciertos sistemas del vehículo, cosa que puede plantear importantes preocupaciones de seguridad.

Las vulnerabilidades más comunes

Sorprendentemente las vulnerabilidades a las que están expuestos los vehículos modernos son las siguientes:

  • Acceso remoto: Los sistemas de conectividad que permiten a los coches comunicarse con aplicaciones móviles o servicios en la nube son puntos de entrada potenciales para los hackers. Por ejemplo, un atacante podría aprovechar una vulnerabilidad en una aplicación móvil para desbloquear las puertas del coche o incluso arrancar el motor.
  • Manipulación del software: Los coches modernos dependen de software para controlar casi todas sus funciones. Un hacker podría intentar modificar el software del coche para alterar su comportamiento. Por ejemplo, podría desactivar los frenos antibloqueo (ABS) o interferir con los sistemas de asistencia al conductor.
  • Ataques al sistema CAN: El CAN es el sistema nervioso central de un coche moderno, y si un hacker logra acceder a esta red, podría enviar comandos falsos a los diferentes componentes del coche. Esto podría permitirles controlar funciones críticas como la dirección, los frenos o el acelerador.
  • Acceso a través del OBD-II: El puerto OBD-II (On-Board Diagnostics) es una interfaz estándar que se utiliza para realizar diagnósticos en el vehículo. Si un atacante obtiene acceso a este puerto, podría manipular el funcionamiento del coche de manera significativa.

Fuente: revista Motor Mundial

Ejemplos de hackeos conocidos de coches

Existen muchos casos documentados de hackeos de coches que demuestran estas posibles amenazas. Comentamos dos casos conocidos y publicados, aunque algo antiguos, lo que no quiere decir que actualmente no se sigan produciendo episodios similares:

  • En 2015, dos investigadores de seguridad lograron tomar el control de un Jeep Cherokee mientras se encontraba en movimiento. Utilizando una vulnerabilidad en el sistema de entretenimiento Uconnect, los investigadores pudieron desactivar los frenos, interferir con la dirección y controlar varias funciones del coche de forma remota.
  • En 2016, un grupo de investigadores chinos de “Keen Security Lab” logró hackear un Tesla Model S y tomar el control del vehículo desde una distancia de 19 kilómetros, siendo capaces de accionar los frenos, abrir las puertas y manipular el sistema de entretenimiento, todo sin tener acceso físico al coche.

Las mínimas medidas de seguridad a realizar

  • Ante estas posibilidades de hackeo, los fabricantes han instaurado medidas de seguridad mucho más elaboradas, para proteger sus vehículos y a sus ocupantes, siendo las medidas más conocidas:
  • Actualizaciones de software: Al igual que en los ordenadores y teléfonos inteligentes, las actualizaciones de software son esenciales para corregir vulnerabilidades. Los fabricantes están implementando sistemas de actualización remota (OTA, Over-The-Air) para mantener el software de los coches siempre actualizado.
  • Segmentación de redes: que separa los sistemas críticos, como los frenos y la dirección, de los sistemas menos importantes, como el entretenimiento. De esta manera, incluso si un hacker logra acceder a una parte del sistema, no podrá controlar todo el coche.
  • Autenticación y encriptación: Los sistemas de comunicación dentro del coche y entre el coche y el mundo exterior deben estar protegidos por mecanismos de autenticación y encriptación para prevenir accesos no autorizados
  • Pruebas de penetración: por parte de equipos de expertos que intentan hackear el coche para identificar posibles vulnerabilidades antes de que lo hagan los delincuentes.

Fuente: revista Motor Mundial

La posibilidad de hackear un coche es una realidad en el mundo moderno, y la creciente conectividad de los vehículos solo aumenta este riesgo. Aunque los fabricantes están tomando medidas para mitigar estas amenazas, la evolución de las técnicas de hacking y la continua digitalización de los automóviles hacen que este sea un desafío en constante cambio.

Es crucial que tanto los fabricantes como los propietarios de vehículos sean conscientes de estas vulnerabilidades y tomen medidas proactivas para protegerse. Esto incluye mantener el software del coche actualizado, ser cauteloso con las aplicaciones y dispositivos conectados al vehículo, y estar informados sobre las mejores prácticas de seguridad ya que la seguridad en el mundo automotriz es una responsabilidad compartida entre los desarrolladores y los usuarios.

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