Si lo que estás buscando son buenas prestaciones y no realizas demasiados kilómetros al año, la mejor opción es el motor de gasolina. En cambio, si estás en carretera la mayor parte del tiempo y sueles realizar viajes largos, el motor diésel es la alternativa. Por su parte los coches híbridos son los más indicados para hacer muchos kilómetros en el medio urbano.
Ventajas y desventajas de cada tipo de motor
Aunque debemos indicar que existen excepciones: hay motores de gasolina algo flojos y poco aconsejables, otros diésel con altísimas prestaciones o coches de lujo híbridos con un gran confort de marcha. Por ello, a continuación te contamos qué elegir, si gasolina, diésel o híbrido, en cada caso.
Motores de gasolina
Este tipo de motores se dividen en dos categorías: convencionales atmosféricos y modernos turboalimentados de menor cilindrada y consumo más ajustado.
La primera categoría no es muy aconsejable, aunque su precio suele ser bastante atractivo. Entre los coches pequeños y medianos son recomendables los motores de gasolina modernos para todo aquel conductor que no haga muchísimos kilómetros al año. Con esta solución conseguirás ahorrar bastante dinero comparándolo con una variante diésel equivalente y al mismo tiempo también mejora el tacto de conducción y reduce el coste de algunos mantenimientos.
Si realizas 15.000 km al año aproximadamente, un Peugeot 308 1.2 PureTech de 110 CV es más aconsejable que el mismo coche con el motor diésel 1.6 HDI de 115 CV, porque te ahorras 2.000 euros y con ese kilometraje se tardará demasiado en amortizar el diésel.
Para coches grandes y con buenas prestaciones, el motor de gasolina es factible sólo si puedes permitirte su consumo y no quieres un motor diésel por nada del mundo.
Como ejemplo, un BMW 520d diésel de 190 CV es prácticamente igual de rápido y agradable que un BMW 520i de 184 CV de gasolina, siendo incluso más barato por sus menores emisiones y consumo.
En cambio, cuando hablamos de coches deportivos, los motores de gasolina se presentan como la primera opción, ya que su capacidad para entregar mucha potencia a altas revoluciones ofrece muchas más posibilidades en conducción deportiva que el diésel o que el típico motor híbrido.
Motores diésel
Estos motores se convierten en irresistibles para un gran público gracias a sus buenas prestaciones con consumos muy bajos. Aunque en la otra cara de la moneda encontramos que su precio es mayor, tienen complicados sistemas de anti polución y su funcionamiento es menos suave.
Cuanto más grande y pesado es el coche más interesante es el diésel para contener el consumo, por lo que en los SUV medianos y grandes, por ejemplo, es el combustible a elegir sin importar el kilometraje que se vaya a hacer.
Para coches pequeños y compactos, el motor diésel es menos interesante, a no ser que se vayan a realizar muchos kilómetros al año para amortizar su precio.
Si por ejemplo haces 30.000 km al año o más, un diésel como el Seat León 1.6 TDI de 110 CV será más ventajoso que con el motor más agradable y potente 1.4 TSI 125 CV, sobre todo si ese alto kilometraje se hace mayormente por autopista.
Para los vehículos grandes, es preferible elegir un motor diésel, sobre todo con motores de seis o más cilindros, que ofrecen una finura de funcionamiento excelente, muchísimo par motor para dar prestaciones, menores consumos y gracias a las emisiones, tienen menos impuestos y a veces precios mejores. Un ejemplo de ello es el BMW X5 xDrive30d de 252 CV, que será mucho más llevadero a la larga que la variante de gasolina de 306 CV y prácticamente igual de rápido en la conducción real.
Motores híbridos
Como hemos dicho anteriormente, los motores híbridos se aprovechan mucho más en la conducción por ciudad, un sitio donde el aporte eléctrico permite reducir el consumo de combustible fósil en las constantes paradas y arrancadas, y a velocidades reducidas en calles estrechas o aparcamientos.
Por lo tanto, si vives en una ciudad o conduces habitualmente por ella, la mejor solución es un motor híbrido. Algunos ejemplos son el Toyota Prius o el Lexus IS 300h.
En el sector de los coches de gran lujo, los motores híbridos empiezan a ganar terreno. Esto es así porque se benefician del sistema de impuestos que grava las emisiones homologadas y que hace que en algunos casos tengan precios más competitivos. Es el caso del lujoso Mercedes Clase S, donde las variantes más baratas son híbridas, y en el todoterreno de lujo Porsche Cayenne, donde la versión híbrida enchufable es más barata que la versión de gasolina o la diésel de potencia similar.
Cuando ya sabes qué elegir, si gasolina, diésel o híbrido, sólo quede decidirte por el modelo de coche. Y recuerda contratar el Seguro de Coche MAPFRE que más se ajusta a tus necesidades para conducir con total tranquilidad y protección.
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