El sistema de escape de un vehículo es el conjunto de tubos o conductos por los que fluyen los gases producidos por la combustión del motor para salir al exterior. Su función es la de reducir el sonido generado por la explosión de los gases, transformar parte de las sustancias contaminantes en no tóxicas y optimizar el rendimiento del motor.
Puede parecer que este sistema se inicia y finaliza en el dispositivo de evacuación que ve en la parte exterior del vehículo, sin embargo, se compone de un grupo de elementos más complejo. A continuación, veremos las partes del tubo de escape para comprender mejor su funcionamiento.
En el sistema de escape encontramos dos grupos: el que corresponde al motor y el del tubo de escape propiamente dicho.
En la parte del motor cabe destacar estos elementos por su relación con el sistema de escape:
- Las válvulas de escape: son las que abren y cierran la salida de la cámara de combustión. Por ellas salen los gases producidos por el motor.
- El múltiple de escape: es el conjunto de tubos que hace que los gases fluyan hasta un colector único que está conectado al escape.
- El colector: es un conjunto de cuatro o seis tubos curvos que confluyen en uno solo hacia el motor. Por ellos salen los gases de la combustión.
Estos gases circulan hasta la parte trasera del vehículo a través del tubo de escape, pasando por las siguientes partes:
Sensores de oxígeno
El sensor de oxígeno –también denominado sonda lambda (Sonda-λ)- está situado justo antes del catalizador. Esta ubicación le permite medir la concentración de oxígeno en los gases de escape antes de que sufran alguna alteración.
Si la cantidad de oxígeno no es la adecuada, enviará una señal a la unidad procesadora central del sistema de inyección para que regule la cantidad de gasolina y el convertidor catalítico funcione. Es decir, detecta si el motor está funcionando con la mezcla correcta de aire y combustible.
Convertidor catalítico
Es el encargado de transformar los gases nocivos procedentes del motor en no tóxicos con el objetivo de reducir las emisiones de gases contaminantes a la atmósfera.
Se trata de una malla cerámica de canales longitudinales revestidos de materiales nobles (platino, rodio y paladio). Cuando los gases nocivos entran en contacto con estos materiales, se generan unas reacciones químicas que descomponen y oxidan dichos gases convirtiéndolos en inocuos para el medio ambiente.
Silenciador
Es el dispositivo cilíndrico y longitudinal que hace que la onda de choque producida por la explosión de los gases se haga en un flujo continuo y silencioso.
Para ello, la hace pasar por diversas cámaras y tubos con diferentes sistemas de absorción, tales como placas o tubos perforados, cámaras de expansión, materiales aislantes, o resonadores de Helmholtz, entre otros sistemas.
Resonador
Se trata de un tubo cilíndrico de acero hueco que se coloca junto al silenciador con la finalidad de minimizar el ruido. La diferencia con el anterior es que el resonador lo que hace es generar ondas sonoras que anulan un cierto rango de frecuencias de sonido.
El ruido del escape pasa por una cámara expansora que causa una interferencia destructiva capaz de cancelar el sonido emitiendo las ondas opuestas.
Tubo de cola
Es el final del tubo, es decir, la parte metálica que se ve en la zona trasera del vehículo. Su función es expulsar definitivamente los humos que emanan del motor y evitar que se queden debajo del vehículo.
Como ves, el tubo de escape es una de las partes imprescindibles del vehículo y, aunque en la actualidad puede durar casi toda la vida, la mejor forma de alargar sus años útiles es hacer un uso continuo del vehículo, combinar trayectos cortos y largos, y no descuidar su mantenimiento. Recuerda que si cuentas con un Seguro de Coche MAPFRE puedes hacer uso de sus centros de servicio de atención al automóvil, donde te ofrecerán soluciones rápidas a tus problemas y se encargarán de todo el proceso de reparación y los trámites necesarios.
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