Uno de los gases más nocivos para el medioambiente es el dióxido de carbono (CO2) ya que causa cerca del 63% del calentamiento global, por lo que luchar para conseguir la neutralidad de carbono es una prioridad total para los 195 países (incluida la UE) que firmaron los Acuerdos de París de 2015.
Además, las emisiones de gases contaminantes son responsables del cambio climático que están desencadenando episodios climáticos y meteorológicos en todo el mundo desconocidos hasta el momento (inundaciones, incendios sin control, grandes sequías, pérdida de biodiversidad, aumento del nivel del mar…).
La huella de carbono neutral o neutralidad de carbono
Esta neutralidad de carbono se consigue en el momento en el que las emisiones de dióxido de carbono hacia la atmosfera se absorben de forma natural por los bosques y las plantas del planeta para transformarlo en oxígeno.
Muchos estudios medioambientales demuestran que los bosques, el suelo y los océanos, son sólo capaces de eliminar entre 9,5 y 11 gigatoneladas de CO2 al año, mientras que las emisiones superan ya por mucho las 38 gigatoneladas anuales.
En esta lucha hacia la neutralidad del carbono hay varios estadios en la actualidad:
- Carbono cero o “carbon zero”: cuando no se producen emisiones de carbono en la producción de un bien, ya que no se emite carbono desde el primer momento de su producción hasta su deshecho final (prácticamente no existe aún…).
- Carbono negativo: en el caso en que una actividad elimina todo el CO2 que emite, produciendo un efecto muy positivo.
- Carbono positivo: es el caso contrario del anterior y es cuando una actividad libera más CO2 de que es capaz de eliminar, siendo este el caso más dañino para el medioambiente.
Los objetivos mundiales de la neutralidad de carbono y como alcanzarlos
En 2015 los países firmantes del Acuerdo de París se comprometieron a alcanzar la total neutralidad de carbono en 2050, lo que supone la puesta en marcha de medidas para limitar el calentamiento global a 1,5 grados que se considera el umbral seguro en el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC).
Este objetivo supone una reducción de emisiones de por lo menos el 50% ya en 2030, respecto a los niveles de 1990.
Se oye mucho hablar últimamente de las consecuencias de las emisiones que desprenden los automóviles y de lo necesario que es implantar una movilidad eficiente que respete el medioambiente, pero la neutralidad de carbono no se alcanzará solo limitando dichas emisiones.
Por ello en los Acuerdos de París la UE se comprometió a reducir las emisiones de todos los gases de efecto invernadero en el 40% (respecto a 1990) en 2030 para todos los sectores de actividad, por lo que las medidas puestas en marcha comprenden también;
- Apuesta por las energías renovables.
- Eficiencia energética para los edificios y zonas de servicio.
- Reciclaje y utilización eficiente de recursos.
- Reducción de gases de efecto invernadero en la industria.
- Etc.
Si se cumplieran todos los protocolos Europa podría ser el primer continente capaz de absorber todas las emisiones que produzca en 2050.
Actividad de la industria del automóvil para reducir la emisión de CO2
Los estudios demuestran que el transporte es responsable de más del 30% de las emisiones de CO2 en la UE. De esta cantidad el 72% proviene del transporte por carretera en general y el 60.7% específicamente de los coches.
Para poder alcanzar los compromisos de los Acuerdos de París para la neutralidad de carbono en 2050, es necesario reducir las emisiones de los vehículos.
La industria del automóvil ha reaccionado construyendo vehículos más eficientes desde la fabricación hasta su desguace, y cambiando el combustible que se utiliza (gasolina y gasoil) hacia tecnologías de cero emisiones (eléctricos), aunque actualmente el 60% de los automóviles nuevos matriculados siguen estando equipados con motores de gasolina.
Algunas marcas ya se han comprometido a conseguir la neutralidad de carbono incluso algunos años antes de 2050 (Hyundai, Kia,…), mediante la expansión de sus vehículos eléctricos (BEV) en todas sus gamas, así como los propulsados por pila de combustible de hidrógeno (FCEV), intentando que al menos el 80% de los automóviles a nivel mundial equipen ya este tipo de tecnologías limpias, además de implantar políticas en las que se sustituye el consumo eléctrico en las fábricas por energías renovables para alcanzar esta deseada huella de carbono neutra.
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