Los coches de coleccionista están volviendo a vivir una segunda juventud. La atracción por lo retro y la inconfundible estética de los vehículos creados en los 50 y en los 60 han hecho que cada vez haya más personas dispuestas a pagar por un automóvil clásico. Entre los principales compradores están los amantes de los coches, pero también inversores que buscan sacar un rédito por su dinero. Repasamos qué modelos y fabricantes son los más demandados.
Qué tipos de coche de coleccionista existen
Es preciso diferenciar entre los distintos vehículos vintage que atraen a los coleccionistas. En primer lugar están los clásicos que fueron populares en su época y que se han convertido en iconos de una generación. Nos estamos refiriendo por ejemplo al mítico Seat 600, al Citroën 2 caballos, el Fiat 500, el mini original o el Volkswagen Escarabajo. Cuando compras una de estas máquinas estas adquiriendo un pedacito de historia. Sin embargo debido a que fueron productos masivos y que son fáciles de conseguir su precio suele ser accesible para todo tipo de personas.
Por otro lado están los coches de coleccionista que son más exclusivos. En este grupo se engloban los deportivos o aquellos modelos que se encuentran en buen estado pese al paso de los años. Las décadas de los 50 y los 60 son las más demandadas, hasta tal punto de que existen fabricantes, como Hurtan que realizan modelos actuales basándose en la estética propia de esos años. Las marcas más cotizadas son Ferrari, Porsche o Bentley y su adquisición supone un importante desembolso.
Existe un último escalón reservado para los grandes coleccionistas dispuestos a gastarse mucho dinero en comprar un coche. Nos estamos refiriendo a prototipos, vehículos con pocas unidades creadas o aquellos con una intensa historia detrás. Su precio puede llegar a ser superior a los superdeportivos más caros de la actualidad.
Los coches de coleccionista más caros
Se llegan a alcanzar grandes cifras por vehículos clásicos de edición limitada. Muestra de ello es el coche más caro del mundo, un Ferrari 335 S Spider Scaglietti por el que se llegaron a pagar 35,7 millones de euros. Una cifra ligeramente inferior, 33 millones de euros, se pagó por un Ferrari 250 GTO. El tercer puesto del pódium pertenece a un Mercedes W196 de 1954 que llegó a conducir el mismísimo Juan Manuel Fangio y que fue subastado por 26 millones de euros.
Otro coche de la marca italiana, concretamente un Ferrari 275 GTB, costó 24 millones de euros debido a su increíble estado de conservación y por haber sido conducido por Steve McQueen en la película El Caso de Thomas Crown. La exclusividad del Ferrari GTB/C Speciale del que se fabricaron solamente tres unidades atrajo a un coleccioncita que pagó por él 23 millones de euros.
No podríamos finalizar esta lista sin mencionar el Bugatti Type 57SC Atlantic, pues, aunque no se conocen las cifras exactas, en 2010 uno de los tres únicos modelos que se fabricaron fue adquirido por entre 25 y 35 millones de euros. Una gran cantidad económica que es compensada por ser un auto sumamente difícil de encontrar y que en su época tenía unas prestaciones sorprendentes que equivaldrían las que actualmente tiene el impresionante Bugatti Chiron.
Como hemos visto, no hace falta ser rico para adquirir un coche de coleccioncista, pues puedes conseguir algún clásico popular sin rascarte mucho el bolsillo. Sin embargo, a medida que aumentamos en exclusividad y en antigüedad la cotización aumenta hasta tal punto que son los automóviles clásicos los que alcanzan un mayor precio en las subastas. Independientemente de cómo sea tu automóvil, el Seguro de Coche MAPFRE es una gran alternativa para aquellos que buscan que su vehículo esté protegido por una amplia cobertura.
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