En los últimos años, la normativa europea ha comenzado a ser algo más estricta en cuanto a las emisiones contaminantes de los vehículos. Por este motivo, los fabricantes han tenido que ingeniárselas para seguir ofreciendo la misma potencia aunque con una menor contaminación. Bajo este contexto se han tendido a sustituir los motores atmosféricos que se solían utilizar por otros más modernos y eficientes (sobrealimentados o turboalimentados).
Esta tendencia no sólo se extiende a los modelos más deportivos, sino que también la encontramos en cualquier coche utilitario. Además de lo que hemos comentado, también existen otras diferencias entre un motor turbo y otro atmosférico.
Puntos diferenciadores entre un motor turbo y un motor atmosférico
En un motor atmosférico convencional el aire llega a los cilindros por presión atmosférica y en el caso de los motores turbo, se utiliza una turbina para proporcionar el aire a presión aprovechando los gases de escape. Esto significa que en los motores más modernos, la presión se incrementa entre 0,5 y 1,5 bares con respecto a la presión atmosférica. Teniendo en cuenta el funcionamiento de un motor y otro, se pueden establecer ciertas diferencias:
- Los motores turbo necesitan un mantenimiento mucho más minucioso que los atmosféricos, dado que trabajan a unas temperaturas más elevadas y si ocurre alguna avería, la reparación será demasiado costosa (700 euros aproximadamente). Fundamentalmente, hay que prestar especial atención a los cambios de aceite para conseguir que todas las partes del motor estén perfectamente lubricadas y funcionen sin ningún problema.
- El motor turbo también ofrece un mayor rendimiento. La respuesta del coche cuando se conduce a bajas y medias revoluciones es mucho más potente. En el caso de un motor atmosférico, notas más potencia también en bajas y altas revoluciones, aunque en términos medios se encuentra en clara desventaja con respecto a su competidor. En un motor convencional, para alcanzar la aceleración máxima, hay que usar el cambio de marchas y apurar hasta el límite. Esto no sucede con un atmosférico, donde es posible conducir con suficiente holgura en marchas largas.
- En los consumos también encontramos notables diferencias entre un motor y otro. De hecho, una de las grandes ventajas que suelen comunicar los fabricantes es la reducción de consumo que se consigue con un motor turbo. Esta afirmación tiene ciertos matices, ya que sí es cierto que se consigue un menor consumo en comparación con un atmosférico si se tiene en cuenta la misma potencia y determinadas situaciones. Sin embargo, si constantemente sometemos el motor turbo a la máxima velocidad, el gasto de combustible será mayor. Por su parte, los motores atmosféricos no son demasiado susceptibles a los acelerones, lo cual refleja un menor consumo en la máxima potencia que un turbo.
- Centrándonos en la fiabilidad, a grandes rasgos no se encuentran grandes distinciones, exceptuando el hecho de que el motor atmosférico incluye una pieza menos y con lo cual, un componente menos que pueda averiarse. Además, los motores turbo incluyen un refuerzo para conseguir que aguanten la alta presión que se crea al funcionar.
- Al conducir un vehículo que incorpora un motor turbo notarás como la conducción es mucho más agresiva y enérgica. En el caso de los atmosféricos, la sensación es bien distinta, ya que ofrece una mayor suavidad.
Motores turbo fijos o variables
Dado que los motores turbo son el futuro, debes tener en cuenta que se diferencian en dos tipos: fijos y variables. Un turbo variable se encarga de dosificar la cantidad de los gases de escape que pasan por la turbina y en consecuencia, se regula la presión del turbo. Este aspecto influye positivamente en la respuesta y el rendimiento que ofrece el motor.
Conociendo las diferencias entre un motor turbo y atmosférico, ¿cuál crees que supone una mejor solución para los vehículos? Tanto si conduces con un equipamiento o con otro, no olvides contratar un Seguro de Coche MAPFRE que te ofrece todas las coberturas necesarias para solventar cualquier imprevisto o incidente que pueda ocurrir en tus desplazamientos diarios.
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