Parece el argumento de una película de ciencia ficción: un tren que viaja a la velocidad del sonido por un tubo de acero al vacío. Pero, lo cierto es que es una realidad sobre la que ya se está trabajando, y que, según los pronósticos oficiales, verá la luz en 2030. Se trata de Hyperloop, el tren que viene dispuesto a convertirse en el siguiente salto evolutivo en lo que a transporte terrestre se refiere.
Para quien aún no lo sepa, Hyperloop es un sistema de transporte terrestre de alta velocidad basado en unos vagones o cápsulas que circulan, casi levitando, a través de unos tubos continuos de acero parcialmente al vacío, consiguiendo una velocidad muy próxima a la del sonido (1.200 km/h). Cada cápsula flota sobre una capa de aire de entre 0,5 y 1,3 milímetros, por medio de un elevador de aire similar al sistema que hace que los discos de una mesa de hockey queden suspendidos en el aire.
Hyperloop, el sueño de Elon Musk empieza a tomar forma
La marca comercial Hyperloop está registrada a nombre de SpaceX, empresa de la que Elon Musk es cofundador. No en vano, fue Musk quien, en 2012 presentó un primer prototipo del Hyperloop y en 2013 habló de la posibilidad de implementar esta tecnología para unir San Francisco con Los Ángeles y recorrer los 560 kilómetros que las separan en tan solo 35 minutos a una velocidad de 970 km/h.
Sin embargo, el director de Tesla no ha sido el único en barajar esta posibilidad. En el siglo XVIII, el ingeniero mecánico George Medhurst fue el primero en concebir la posibilidad física y técnica de crear un medio de transporte al vacío. Un siglo más tarde, Kingdom Brunel, otro ingeniero británico, experimentó con la manipulación del aire comprimido para transportar carros a mayor velocidad.
El sueño se hizo realidad en 2017 en Nevada (Estados Unidos), cuando SpaceX realizó la primera prueba completa en Hyperloop a 112 km/h.
Aún quedaba mucho por hacer, pero este fue el punto de inflexión para que se comenzara a planificar un trazado de rutas para el Hyperloop, como Córcega-Cerdeña, Ciudad de México-Guadalajara, o Gales-Escocia-Inglaterra. Eso sí, todas aún en el aire.
Por el momento, el país que más se acerca a ver cumplido este sueño futurista es La India, con un proyecto -cuyas obras comenzarán en 2020- que pretende unir Mumbai y Pune, realizando una parada en el aeropuerto de Navi (Mumbai). Una distancia que en coche supone unas dos horas y media, pero que con Hyperloop tardará 35 minutos.
España también tendrá su Hyperloop
España no ha permanecido ajena a todo esto. En nuestro país, la primera ruta que se beneficiará de este tren supersónico es la que une Cádiz-Barcelona. Más de mil kilómetros de distancia que actualmente se tarda en recorrer unas once horas en coche, pero que con el Hyperloop se reduciría a una hora.
Pero la apuesta de España en este proyecto va más allá. La empresa de origen gaditano Carbures (denominada ahora Airtificial) ha sido la primera en fabricar una cápsula Pod de pasajeros, llamada Quintero One: un espacio de 30 metros de largo y 2,7 metros de diámetro, de 20 toneladas de peso, con capacidad para entre 28 y 40 viajeros y una velocidad de hasta 1.223 kilómetros por hora.
Tras la fase de prueba en la que se encuentra, sus primeros clientes serán los Emiratos Árabes y China.
Además de Carbures, hay otras muchas multinacionales que están trabajando en el mismo proyecto dentro de nuestras fronteras. Una de ellas es Virgin Hyperloop One que, tras un acuerdo firmado en 2018 con Adif (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias) -la entidad pública dependiente del Ministerio de Fomento-, se encarga de la creación de un centro especializado avanzado para el Hyperloop en Bobadilla (Málaga), con el objetivo de desarrollar el tren Hyperloop y probarlo sobre el terreno.
¿Cuándo estará listo el Hyperloop en España?
La fecha apuntada por la empresa Virgin para finalizar este programa es a mediados de 2020, pero puesto que está en sus primeras fases solo es una previsión. Hay que tener en cuenta que la finalización del prototipo no implica su puesta en marcha, ya que ese paso final también dependerá la regulación para este nuevo sistema de transporte que las diferentes administraciones deberán llevar a cabo.
Lo que está claro es que, si ya es difícil ver este medio de transporte circulando antes de 2030 en otros puntos del planeta, para disfrutarlo en España habrá que esperar aún más. Según algunos pronósticos, tendremos que esperar incluso décadas.
Comentarios (0)