Un asiento correctamente colocado multiplica de forma exponencial la seguridad del conductor al tiempo que garantiza la comodidad al volante.
Es necesario combinar adecuadamente la posición del volante y del asiento, determinando así el correcto funcionamiento de todos los sistemas de seguridad pasiva en caso de accidente.
Es fundamental adoptar una postura suficientemente adecuada para poder reaccionar de la forma más rápida y eficaz ante cualquier potencial incidente.
La postura de conducción es, en consecuencia, mucho más importante de lo que normalmente los conductores creen, y por ello desarrollamos a continuación algunos detalles que se deben conocer y poner siempre en práctica.
Son varios los aspectos que influyen en la colocación correcta del asiento del vehículo, teniendo presente que se puede regular la profundidad, la inclinación y la altura en la gran mayoría de los vehículos actuales, de manera que un análisis parcializado de todas las posibilidades nos dará un resulta eficaz.
La visibilidad se basa en la altura del asiento
La altura del asiento se debe configurar para poder ver siempre con facilidad por encima del salpicadero y el volante del vehículo, impidiendo que los muslos lleguen a rozar la parte inferior del volante para evitar inconvenientes en los giros.
Fuente: revista Motor Mundial
La altura regulable de la mayoría de los vehículos actuales facilita esta posición, evitando la tendencia de muchos conductores a subir el asiento en exceso con la finalidad de visualizar el morro del vehículo. Esto es contraproducente ya que impide una visión correcta de la circulación que es donde se debe fijar siempre la mirada.
En consecuencia, será mejor mantener el asiento lo más bajo posible sin que esto dañe la visibilidad, alejando además la cabeza del techo y de la parte superior del cerco de la puerta, siendo ambas cosas de vital importancia ante potenciales accidentes para evitar golpes en la cabeza en su caso.
La profundidad del asiento con referencia a la distancia a los pedales
Fuente: revista Motor Mundial
La regulación de la profundidad del asiento debe referenciarse a la distancia hasta los pedales, ya que se debe siempre colocar el asiento de manera que se puedan pisar los mismos de forma completa, manteniendo además las piernas ligeramente flexionadas, para así poder ejercitar la fuerza necesaria sin esfuerzos extraordinarios, y siempre procurando que las rodillas o los muslos no interfieran en ningún caso en los giros del volante.
En definitiva, las piernas deben quedar ligeramente flexionadas cuando se pisan los pedales (acelerador, freno, embrague) hasta el fondo de su posible recorrido.
Un respaldo recto garantiza mayor seguridad
La inclinación del respaldo es también fundamental para acceder a una postura cómoda y segura, manteniendo una posición recta y no recostándose demasiado por dos razones fundamentales:
- En caso de impacto por la trasera, al estar demasiado inclinado, los reposacabezas no realizarán su función, con lo que se puede sufrir un latigazo cervical con mayor facilidad.
- En caso de impacto delantero, se puede producir el denominado efecto “submarino” con el cinturón de seguridad (deslizamiento hacia delante fuera del cinturón de seguridad).
Con todas estas indicaciones, una vez que se ha elegido correctamente la inclinación del respaldo, conviene posar las muñecas sobre la parte superior del volante para asegurar que las mismas llegan perfectamente al aro completo adelantando si es necesario un punto o dos más el asiento para acceder a una posición del todo correcta.
De esta forma, en caso de un choque inminente, no se podrán estirar los brazos y las piernas por completo generando así menos posibilidades de lesiones graves en la cadera, fémur, clavícula o brazos.
Tanto el respaldo recto, como el adelantamiento del asiento en su caso, permiten fijar la distancia correcta al volante, que debe estar ni demasiado lejos (costaría mucho girar el volante), ni demasiado cerca cosa que complicará la posibilidad de maniobrar, poniendo además en riesgo el torso o incluso la cara en caso de impacto contra el volante (o con el airbag que explota con mucha fuerza).
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