Los coches cabrio o descapotables, siempre han llevado asociada la imagen de libertad y a su paso consiguen llamar la atención de todo aquel que lo ve. Sin embargo, a la hora de elegir uno, nos pueden asaltar las dudas si son convenientes para el día a día: por ello, existen distintos tipos de coches cabrio, dependiendo de si tienen capota rígida o lona, y es que las diferencias entre una y otra nos pueden hacer decantarnos por uno antes que por otro, a la hora de decidir cuál es nuestro descapotable ideal.
Coches cabrio de capota rígida
Le evolución en este tipo de descapotable ha sido muy notable: desde la aparición de techos desmontables, en el más estricto sentido de la palabra, hoy podemos encontrar cómodas capotas rígidas retráctiles que se recogen en la parte trasera del coche, desapareciendo casi por completo, en muchos de los casos, a la vista.
Los aspectos positivos de este tipo de techos es que, una vez cerrados, ofrecen un aislamiento, tanto acústico como térmico, que en nada tiene que envidiar a los coches de carrocería tradicional. Además, debido a su composición rígida, son mucho más resistentes que las de lona y, por tanto, mucho más seguros en caso de accidente con el techo encapotado.
Por el contrario, y como aspectos negativos, suelen exigir un gran espacio a la estructura del coche precisamente para plegar sus niveles rígidos en el modo descapotado, que evidentemente, estará sacrificando en otras cosas como puedan ser unos asientos traseros o un maletero de carga más competente. También es importante que consideres que suelen ser capotas que no se pueden accionar estando el coche en marcha. Por último, aumentan en mucho también el peso del vehículo, ya que el mecanismo del motor que lo pliega y despliega es de una gran complejidad y, por tanto, de un gran número de piezas. El peso puede afectar tanto en el consumo de gasolina como en el de otros combustibles en caso de ser un descapotable eléctrico.
Coches descapotables de techo de lona
Como las capotas rígidas, las de lona también han sufrido un desarrollo importante con el tiempo, que las ha convertido en una opción igualmente competitiva. Si bien es cierto que antes no era así, las capotas de lona ofrecen hoy en día un sistema de cierre y apertura automático, por lo que ya no habrá que acordarse de esos descapotables antiguos en los que el conductor tenía que bajarse del vehículo para manipularlas. Del mismo modo, son capaces de conceder un aislamiento notable, muy parecido al que permiten los techos duros, aunque en estos términos, siempre será la capota rígida la que se lleve el premio.
Además, al contrario que los techos duros, apenas necesitan espacio y, por tanto, no incrementan demasiado el peso del coche. Normalmente se pueden accionar estando en marcha, por lo que la conducción no se verá afectada si quieres encapotar el coche. Otro rasgo positivo a tener en cuenta es que suelen ser capotas que no inciden en la estética del coche, por lo que su línea no se ve afectada en nada.
Como desventajas, hay que señalar que su mantenimiento es mucho más laborioso que el de la capota rígida y que son mucho más inseguras, tanto en caso de accidente, como de posibles robos.
Estos son, a grandes rasgos, las principales diferencias entre los coches cabrio de capota rígida o lona. Si tu intención es hacerte con uno y probar la libertad que te dan este tipo de vehículos, no lo dudes, como tampoco lo hagas con adquirir un Seguro de Coche que te ofrezca la más amplia cobertura con la confianza de ser una compañía de siempre.
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