¿Pero, por qué un coche consume más aceite del normal? Primero debemos definir la importancia del aceite en el vehículo. El aceite es el lubricante que se encarga de proteger las diferentes piezas que conforman el motor cuando rozan unas con otras, como por ejemplo el cigüeñal, las bielas, los cilindros o las válvulas.
Dada la importancia de este producto en el correcto funcionamiento del motor, es aconsejable elegir siempre un aceite de buena calidad y cambiarlo cuando toca.
Motivos de un consumo de aceite excesivo
Lo más habitual es que el coche consuma un litro de aceite por cada 1.000 kilómetros, aunque siempre hay que tener en cuenta una serie de factores, como el tipo de motor, la calidad del aceite utilizado o el estilo de conducción, donde una conducción segura contribuye a disminuir el consumo. A pesar de ello, en ciertas ocasiones, un coche consume más aceite del normal debido a diferentes motivos:
- Fugas exteriores por un fallo al colocar el tapón del cárter, por el desgaste de la junta del cárter o porque el sensor de presión se encuentre en mal estado, entre otras causas.
- Cuando algún elemento del motor está en mal estado se incrementa el consumo de aceite porque exige una mayor lubricación.
- En los motores con turbocompresor, si este tiene algún defecto, también puede originar un incremento superior en el gasto de lubricante.
- La cantidad de aceite consumida es mayor cuando el motor gira a altas velocidades. Si hubiera algún problema en la lubricación del pistón, el tubo de escape expulsaría humo azul y las prestaciones del motor se irán reduciendo progresivamente.
¿Y si consume de más por una avería?
En función del nivel de aceite que se consuma en exceso en un determinado periodo de tiempo, podremos valorar la avería como leve o grave. Pero, en cualquier de los casos, no queda otro remedio acudir al taller mecánico cuanto antes para que revisen el vehículo y pongan en marcha las medidas necesarias antes de que la avería provoque mayores estragos en el motor. Los problemas con el aceite no son de esos que se puedan dejar pasar y hay que ponerles solución lo antes posible o, por lo menos, recibir un diagnóstico certero.
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