El grafeno es un material flexible, transparente y con una gran resistencia. Esta puede ser 200 veces superior al acero. Por otro lado es cinco veces más ligero que el aluminio y cuenta con múltiples aplicaciones en distintos sectores. Uno de los más importantes es el de la fabricación de baterías para coches y motos eléctricas.
Qué es una batería de grafeno
En la actualidad, las baterías convencionales están equipadas con una serie de celdas interiores en las que hay láminas metálicas. Estas pueden ser de aluminio o de acero y son las encargadas de hacer que la corriente eléctrica se desplace hasta las terminales de corriente fabricadas, generalmente en níquel.
Las baterías de grafeno para coches, por su parte, buscan sustituir todos estos metales por grafeno y nanomateriales de carbono. De esta forma se vuelven más seguras, ya que se elimina el riesgo de explosión o incendio y contacto con el aire. Además, el volumen y el peso de la batería se reducen y aumenta la densidad energética de la misma. Este incremento se encuentra entre el 30 y el 60 por ciento con respecto a las baterías convencionales.
Son menos contaminantes y más sostenibles ya que no cuentan con metales en su fabricación, se pueden reciclar y reducen la huella de carbono provocada en el medio ambiente. A todo ello hay que sumarles, que gracias a que consiguen ser más compactas, potentes, ligeras y seguras logran autonomías mayores, situándose alrededor de los 800 kilómetros en los coches eléctricos. Este punto es relevante, ya que cuentan con una vida útil cuatro veces superior a la de las baterías de litio.
Cómo se produce el grafeno
El grafeno no es un elemento existente en la naturaleza y por tanto debe ser producido en un laboratorio. Mediante el procesamiento del grafito (existente en la naturaleza) es posible obtener el grafeno. Se trata de un proceso complejo que aporta un producto de un bajo nivel de producción, pero de gran calidad.
Ventajas de las baterías de grafeno
Además de lo visto anteriormente, las baterías de grafeno presentan otra serie de ventajas con respecto a las baterías de litio usadas en la actualidad en coches y motos eléctricas:
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Desperdician muy poca energía durante su funcionamiento y ofrecen una densidad tres veces mayor que las de litio.
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Tienen un comportamiento muy estable ante la temperatura. No se calientan al cortocircuitarse y después son capaces de volver a funcionar y recargarse hasta el 60-70% de su capacidad, gracias a su densidad energética.
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Mayor durabilidad: la vida de una batería de grafeno es el doble que una de litio y hasta cuatro veces más larga que las de hidruro metálico.
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Estas baterías pueden permitir una reducción de peso del 75% respecto a las habituales, ocupando entre un 20 y un 30% menos. El menor peso se traduce en un mayor rendimiento.
Por el momento, este tipo de baterías se encuentran en fase de desarrollo y los coches y motos eléctricos en la actualidad funcionan gracias a la incorporación de dispositivos tradicionales de litio. Los coches del futuro, requieren coberturas adecuadas, como los que te ofrece el Seguro para coche eléctrico de MAPFRE.
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