Un jerrican es un cubeto de retención totalmente estanco que en general se ha venido utilizando para evitar posibles derrames o vertidos en la manipulación de líquidos peligrosos.
La capacidad original de los jerricanes era de 20 litros, aunque en actualidad se comercializan con capacidades más variadas que van desde 1 litro hasta los 10 litros y, por supuesto de 20 litros, para asumir así todo tipo de necesidades de los usuarios, y en todo caso deben contar con la certificación UN para así garantizar la total seguridad de los envases y para autorizar su transporte, conteniendo productos peligrosos por vía terrestre, aérea y marítima.
Su regulación se expresa en el Real Decreto 656/2017 “Reglamento de Almacenamiento de Productos Químicos”, en el que se expresa al detalle la normativa de aplicación a los diversos cubetos de retención.
¿De dónde procede el término jerrican?
Los jerricanes se diseñaron por los alemanes antes de la Segunda Guerra Mundial para un transporte seguro y hermético de combustibles y agua en su uso militar, con un diseño excelente ya que evitó los tan incómodos embudos y herramientas para su gestión, por lo que se convirtió en un diseño prácticamente establecido militarmente.
De hecho, los aliados copiaron su diseño en la segunda guerra mundial, acuñando el término “Jerry Can” que procedía del nombre “Jerry” que era como se solía denominar de forma despectiva a los alemanes por parte del ejército aliado.
Tras la guerra, el uso de los jerricanes se extendió a toda la industria, en particular en el mundo del motor y muy especialmente en los vehículos todoterreno, que en muchos casos contaban ya de origen con su propio jerrican.
Visión del jerrican como cubeto de retención
La característica fundamental de un jerrican es que se trata de un contenedor totalmente estanco que evita cualquier tipo de derrame o vertido en los procesos de manipulación, por lo que muchas veces se utiliza para contener líquidos peligrosos.
Su utilización y el tipo de material del jerrican están totalmente vinculados y determinados en función del tipo de líquido a introducir, el tamaño necesario y las operaciones de manipulación que se realizarán posteriormente.
Por supuesto la capacidad mínima de los cubetos de retención se calculará siempre teniendo en cuenta solo los recipientes que viertan en él.
Materiales de fabricación de los jerricanes
Como decíamos, los jerricanes se fabrican con diferentes materiales según el tipo de líquido que van a contener, pudiendo ser:
- Jerrican de acero, que en general se utiliza para líquidos inflamables o muy peligrosos, y son los más históricos, contando también con una confección multicapa.
- Jerrican de polietileno, para líquidos corrosivos y contaminantes en general, siendo también el contenedor preferido por la industria alimentaria a nivel global.
En lo referido a los fabricados en polietileno, actualmente en el mercado se ofrecen:
- De polietileno de alta densidad (HDPE – High Density Polyethylene) que se forma de múltiples unidades de etileno con una dureza y capacidad de retención muy elevadas.
- De Coex o multicapa para la mejor conservación posible de su contenido y con la capacidad de soportar sustancias más corrosivas sin deteriorarse.
Cuál es la diferencia entre jerrican y bidón
El bidón fue la forma original creada como contenedor de plástico con su posibilidad de ser paletizado debido a su parte plana, para así poder ahorrar espacio en su almacenaje y en el transporte ya que se pueden apilar uno encima de otro.
En general un jerrican y un bidón tienen la misma utilidad y apariencia similar, ambos cuentan con asa para su transporte, pero tienen una ligera diferencia que los acredita como medios diferentes. La finalidad del jerrican es el transporte de agua y otros líquidos en su interior, especialmente peligrosos y corrosivos.
Por su parte, un bidón puede ser también un contenedor portátil, pero siempre más grande y pesado que los jerricanes, que pueden transportarse a mano cuando son de plástico y ocupan menos espacio que su confección en metálico.
Sin embargo, los bidones son contenedores de mucha capacidad y en general se utilizan para el almacenaje y transporte de materiales a granel, con capacidades para contener y transportar entre 20 y 950 toneladas en cada carga y en función del tipo de industria. Existen tanto en configuración de tapa abierta o de tapa cerrada, incluso como tambores de media cascara o completa.
Queda así clara la diferencia de utilización entre un jerrican y un bidón, que, aunque parezcan muy similares en realidad son muy distintos en su uso.
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